Barricada

Comandante Fidel Castro saluda a la revolución sandinista el 26 de julio de 1979

A 40 años de la visita histórica a Cuba de un contingente de guerrilleros y Comandantes de la Revolución Popular Sandinista, quienes participaron en la conmemoración del Vigésimo Sexto Aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Manuel de Céspedes, Barricada/Historia presenta extractos del discurso pronunciado por el Comandante Fidel el 26 de julio de 1979.

En esa ocasión, Fidel saludó y rindió homenaje al triunfante pueblo sandinista. En ese viaje se ratificó la victoria de Nicaragua y Cuba.

Asimismo, 40 años de Revolución sandinista se cumplieron este 19 de julio de 2019. En el Acto de conmemoración del 40/19, el Primer Vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés, expresó:

“El próximo 26 de julio se conmemorarán también 40 años de la histórica visita del compañero Daniel y los comandantes de la Revolución a nuestro país para conmemorar el Vigésimo Sexto Aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Manuel de Céspedes y expresar a solo unos días del triunfo sandinista su solidaridad con la revolución cubana.

Un día después, el 27 de julio de 1979, en un gesto valiente y solidario de este hermano pueblo hacia la aguerrida Cuba fueron restablecidas las relaciones diplomáticas entre ambos países”, recordó.

Foto de Barricada impresa de 1979, retomada por Oswaldo Pérez

A continuación, presentamos a nuestros lectores extractos del discurso del Comandante Fidel Castro en la Plaza de la Revolución «Mayor General Calixto García Iñiguez» de Holguín, Cuba, el 26 de julio de 1979.

[…] Hace menos de 48 horas supimos que nuestro pueblo sería objeto de un honor extraordinario, que un numeroso contingente de combatientes, de jefes abnegados y heroicos, de dirigentes del hermano pueblo de Nicaragua deseaban estar con nosotros en este 26 de Julio, comprendí que este acto de hoy se convertiría inevitablemente en un acto sandinista.»¡Cuba, Nicaragua, unidas vencerán!».

¿De qué hablar, de qué otra cosa se podía hablar, qué acontecimiento más extraordinario en estos tiempos, qué hecho de mayor relevancia histórica, de mayor significado y connotación ha ocurrido en estos últimos tiempos que la victoria sandinista en Nicaragua? ¿Qué ha calado más profundamente nuestros sentimientos, qué nos ha interesado más en estas semanas, qué puede habernos emocionado más y alentado más que esta popular y heroica victoria? ¿Y qué honor mayor podíamos recibir nosotros, qué mayor realce a esta fecha revolucionaria nuestra, qué mayor honor para esta ciudad y esta provincia que la visita fraternal, afectuosa y solidaria de esta constelación de heroicos, valerosos, inteligentes y capaces Comandantes y combatientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua? (APLAUSOS)

[…] Durante tanto tiempo se nos bloqueó, se prohibió y se impidió el acercamiento y el desarrollo de los lazos naturales, históricos, lógicos entre el pueblo nicaragüense y el pueblo cubano.

Durante tantos años hemos recordado y hemos llorado a aquellos hermanos nuestros que murieron combatiendo en Girón, a raíz de aquella invasión que partió precisamente de territorio nicaragüense, en uno de los más infames servicios prestados por el tirano al imperialismo, puesto que este mismo Somoza —que ya no es ni sombra de lo que fue— era el jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua cuando Girón, cuando de allí partían los bombarderos B-26 a bombardear nuestros hogares, a matar familias campesinas, mujeres y niños, a descargar toneladas de bombas sobre nuestros milicianos y soldados.

Cómo no ver en este gesto de los sandinistas, en este gesto espontáneo… Porque no fue nuestra la iniciativa, ya que nosotros sabemos toda la tarea que tienen ahora, toda la ocupación, toda la necesidad de su presencia en el país, especialmente en estos días iniciales. No habríamos sido capaces de pedirles este honor, este inmenso, infinito honor, que partió enteramente de ellos (APLAUSOS PROLONGADOS).

Prueba de valor político del sandinismo, prueba de valor revolucionario, porque conocemos a este mundo y sabemos que no siempre abunda el valor político y el valor revolucionario.

Ellos no tuvieron prejuicios, no tuvieron temores. Ellos no tuvieron que pedir permiso a nadie para venir a Cuba. Ellos no tuvieron que rendir cuentas a nadie, ni preocuparse de lo que pensara nadie (APLAUSOS).

Prueba de honestidad política, porque no andan con simulaciones, no andan negando que son amigos de Cuba, que sienten respeto por Cuba, que son solidarios con Cuba. Son abiertos, no albergan temores. Y por ello, creo que inspirarán confianza no solo en nuestro pueblo sino en todos los pueblos y en la opinión política mundial […]

No temen que confundan a la Revolución Nicaragüense y la Cubana, porque ellos están más allá de esos prejuicios. Y no por ello van a indicar, ni mucho menos, que las dos revoluciones son exactamente iguales (APLAUSOS). Son dos revoluciones profundas, en muchas cosas iguales y en muchas cosas diferentes, como tienen que ser todas las revoluciones verdaderas (APLAUSOS)[…]

La Revolución Nicaragüense se destacó por su heroísmo, por su perseverancia, por la tenacidad de sus combatientes, porque no es la victoria de un día: es la victoria de 20 años de lucha, ¡veinte años de lucha! (APLAUSOS) Porque en el mismo año en que triunfó nuestra Revolución, ya había núcleos de combatientes dirigidos por aquel extraordinario y maravilloso combatiente Carlos Fonseca Amador, continuador de Sandino (APLAUSOS), y fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, guía del pueblo en aquellos días terribles, cuando la victoria estaba tan distante, jefe caído en la lucha, como cayeron tantos en nuestra propia tierra; como cayó Martí, como cayó Maceo, como cayó Agramonte; como cayeron, de nuestra generación, Abel y Frank País, sin lograr ver la victoria, ¡pero seguros de la victoria!

Las banderas de Fonseca fueron enarboladas por jóvenes combatientes. Sí, aquí se habló del promedio de la edad de 20 años, pero los dirigentes, ¿qué promedio de edad tienen? Treinta, treinta y tantos, algunos, los más antiguos, que empezaron a luchar desde que tenían prácticamente 15, 16, 17 años, y se enfrentaron a las dificultades y a los obstáculos durante 20 años. Veinte años para recoger los primeros frutos de la semilla sembrada, cultivada y regada con sangre durante tanto tiempo, para alcanzar la victoria en medio de una verdadera epopeya popular […]

¿Cuándo se ha visto una fuerza aérea dedicada a descargar toneladas y toneladas de bombas sobre las ciudades del propio país? Sobre Managua, sobre Masaya, sobre León, sobre Estelí, sobre ese conjunto de ciudades mártires. Cuando no se detenían en dar la orden de lanzar bombas de 500 libras sobre barrios poblados e incluso superpoblados, hechos que realmente llenaron de indignación y de asombro al mundo y que, de cierta forma, contribuyeron a crear toda esa gigantesca campaña y ese sólido sentimiento de solidaridad con el pueblo de Nicaragua y los combatientes sandinistas […]

También allí, en lo adelante, podrá reunirse el pueblo de Nicaragua, como nosotros nos hemos reunido después de nuestra Revolución; también pienso que un día, en plazas como estas, los retratos y las imágenes de los héroes mencionados aquí […] aparecerán junto al pueblo, ennobleciendo, dignificando el ambiente de los actos revolucionarios, y estarán sin duda las imágenes de Sandino, de Fonseca y de todos los patriotas que durante 150 años —como se dijo aquí— combatieron por la independencia de Nicaragua (APLAUSOS) .

El triunfo sandinista no es solo la victoria frente a 45 años de somocismo; es la victoria frente a 150 años de dominación extranjera en el país (APLAUSOS), es la victoria alcanzada sobre siglos y siglos de conquista, de explotación y dominio extranjero; porque si algo puede asegurarse es que por primera vez, ha sido totalmente libre e independiente el pueblo de Nicaragua en toda su historia, el 19 de julio cuando las aguerridas columnas de combatientes sandinistas entraron en Managua (APLAUSOS), puesto que del dominio español pasaron nuestros pueblos, y especialmente América Central, que se convirtió en coto de intervencionistas y hasta de piratas y filibusteros; al dominio yanki. Por tanto, se conmemora no solo el día del triunfo de la Revolución, sino el día del triunfo de la independencia de Nicaragua (APLAUSOS), dos grandes y trascendentales objetivos históricos en una misma batalla. Eso es para nosotros la importancia y el significado que tiene la culminación victoriosa de la lucha del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Pero esta victoria sandinista, esta lucha, significa más que eso todavía. Alrededor de la lucha sandinista se creó una gran solidaridad internacional, una gran unidad de toda la izquierda centroamericana y latinoamericana; alrededor de la lucha sandinista se creó, de manera tácita, lo que pudiéramos llamar un gran frente democrático-independentista-antiintervencionista en América Latina, algo que tiene significado histórico y enorme importancia […]

En la creación de este frente democrático, antintervencionista que se ha creado, hay que mencionar no solo nombres de países, también de personas: los nombres de Torrijos (APLAUSOS), de Carazo (APLAUSOS), de López Portillo (APLAUSOS), de Manley, de Bishop (APLAUSOS). Y también es justo recordar el nombre de quien, aún cuando ya no es presidente en su país, ayudó mucho al desarrollo de esta solidaridad con la lucha sandinista: el ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez (APLAUSOS) […]

No hay dos revoluciones iguales. No puede haberlas. Hay muchas similitudes —como decía— en el espíritu, en el heroísmo, en el combate; pero los problemas nuestros no son exactamente los problemas de ellos, las condiciones en que se produce nuestra Revolución no son exactamente las condiciones en las que se produce la revolución de ellos, incluso en nuestro caso no hubo este frente de que hablaba anteriormente, incluso el imperialismo empezó inmediatamente con sus campañas, sus agresiones; el imperialismo sabía menos, porque el imperialismo algo ha aprendido también. […]

Es destacable algunas características que hemos observado en los compañeros revolucionarios nicaragüenses. En primer lugar es destacable el espíritu combativo del pueblo, el heroísmo, la valentía. Se han destacado como grandes combatientes, pero se han destacado también como grandes tácticos y grandes estrategas políticos; han demostrado una gran sabiduría, una gran capacidad de unir, una gran capacidad para actuar en medio de circunstancias difíciles y complejas.

Supieron combatir heroicamente, pero también han sabido ser flexibles, y cuando fue necesario negociar en cierta forma para evitar los riesgos de una intervención no tuvieron temor a negociar. Y tanto en la estrategia militar como en la estrategia política demostraron una gran capacidad, un gran talento; de lo contrario, desde luego, no se explicaría la victoria […]

El tal Urcuyo cuando es designado presidente declara que él está allí hasta 1981 (RISAS). Entonces los sandinistas dieron la orden de ofensiva y en menos de 72 horas desarmaron la Guardia Nacional, ya no hay Guardia Nacional (APLAUSOS). El Gobierno de Estados Unidos resulta que no pudo cumplir ni siquiera su parte en los compromisos […]

Los sandinistas han dado una prueba de una magnanimidad y una generosidad extraordinaria, ejemplar, ¡ejemplar! […]

Esperamos que no se repitan contra Nicaragua las aventuras imperialistas de intervención y de impulso a la contrarrevolución. Claro está, no podemos hacernos ilusiones. No vamos a pensar que la reacción va a dejar en paz a la Revolución nicaragüense, no obstante su magnanimidad, su espíritu amplio, sus propósitos democráticos […]

Los sandinistas son revolucionarios, no lo vamos a ocultar nosotros, no lo va a ocultar nadie, no lo van a ocultar ellos; pero no son extremistas, son realistas. Y de la madera de los realistas se hacen las mejores revoluciones (APLAUSOS), las mejores y las más profundas revoluciones. Y auguro que van a llegar lejos, porque no se apuran, porque no son extremistas, porque van despacio y saben qué objetivo corresponde en cada etapa de un proceso político y revolucionario y las formas que se corresponden con esos objetivos. De eso estoy seguro.

Fueron sabios también los sandinistas, porque supieron unirse; estrechamente en el momento decisivo sólidamente y la victoria está ahí, como fruto de toda la sabiduría con que han actuado. Y nuestra esperanza más profunda es de que esa unidad sea cada vez más sólida y más estrecha, como requisito indispensable del futuro. El pueblo, las armas, la unidad: no hace falta más nada para marchar tan lejos cuanto se quiera, tanto tiempo como se quiera […]

Nosotros no somos ricos, nosotros no podemos competir con Estados Unidos en número de aviones y en toneladas de alimentos. Algo mandaremos, porque de nuestra pobreza somos capaces de sacar algo (APLAUSOS). Y una cuestión muy importante: si no tenemos muchos recursos financieros o recursos materiales, tenemos recursos humanos […]

Aún en medio de la destrucción y de las ruinas, para un gobierno revolucionario es posible hacer una gran campaña en estos campos, y nuestro país tiene una gran experiencia en eso, podemos brindar algún asesoramiento, tanto en la campaña de salud, como en la de educación. Y —repito—, si para realizar esa gran campaña de educación no son suficientes los maestros de Nicaragua, estamos dispuestos a enviarles cuantos maestros necesiten (APLAUSOS).

No en balde tenemos más de 30 000 estudiantes en nuestras escuelas de maestros primarios, y decenas de miles, creo que 50 000 estudiando la carrera profesoral en los institutos pedagógicos, estamos bien (APLAUSOS).

Y sabemos igualmente que nuestros maestros van donde los manden, al rincón más apartado, a la montaña más distante, al pueblito más olvidado (APLAUSOS). No les interesa estar en la capital; conocemos a nuestros médicos y a nuestros maestros, y sabemos de lo que son capaces. Por eso, en estos dos aspectos, nuestro país puede hacer una colaboración de cierto valor.

Está de más nuestra disposición de colaborar también en todo lo demás que esté al alcance de nuestros modestos recursos.

No se trata de que vamos a hacer política allí. Y no faltará alguno que lo diga. Quién va a hacer política, quién va a influir en los sandinistas. Al contrario, nuestros maestros y nuestros médicos van a ser influidos por el espíritu sandinista, y nos sentimos muy satisfechos de eso y muy tranquilos (APLAUSOS). Van a ser bien influidos por el espíritu revolucionario de los sandinistas. Todo el mundo sabe cómo se consagran nuestros técnicos al trabajo […]

Claro que cuando estaba diciendo quién puede hacer más, ustedes se pusieron de pie, ¿qué piensan ustedes, qué piensan ustedes? (EXCLAMACIONES DE «¡Sí!») Que podemos hacer algo (EXCLAMACIONES DE «¡Sí!») y que estamos dispuestos a hacerla (EXCLAMACIONES DE «¡Sí!») Entonces, les pedimos que en nombre de todo nuestro pueblo levanten la mano como expresión de ese sentimiento de solidaridad con los nicaragüenses (LEVANTAN LAS MANOS EN SEÑAL DE APROBACION Y APLAUDEN). No puede ser otra nuestra actitud, nuestra respuesta (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: «¡Para lo que sea, y como sea, Comandante en Jefe, ordene!»)

Los sandinistas han dado una lección más de lo que puede el espíritu revolucionario. Los hombres de carácter débil no alcanzan jamás ninguna meta; los espíritus débiles no llegarán jamás a ninguna parte. El espíritu revolucionario es capaz de alcanzar las más increíbles metas.

Nosotros no solo les damos las gracias a los sandinistas por el gran gesto, el inolvidable gesto, el gran honor que nos han hecho con su presencia en este acto, sus expresiones afectuosas, fraternales. Les damos las gracias también porque nos estimulan en nuestro propio esfuerzo, en nuestra propia lucha, porque nos ayudan a ser mejores, a superarnos más. Nos estimulan en el esfuerzo de superar nuestras deficiencias, de perfeccionar nuestro trabajo, de perfeccionar nuestra Revolución en la lucha intransigente contra las debilidades, contra los errores, contra las cosas mal hechas; lucha que no es una campaña temporal, que no será de un día, ni de una semana, ni de un mes, ni de un año, que será una lucha que tenemos que llevar consecuentemente durante muchos años.

Ellos tienen ahora los problemas de los que comienzan un proceso sobre las ruinas del país, y nosotros tenemos ya 20 años de Revolución, estamos en condiciones distintas, circunstancias distintas.

¡Qué mejor manera de conmemorar este 26 de Julio, de recordar a nuestros mártires, qué mejor manera de honrar a nuestros visitantes que prometernos y comprometernos cada uno de nosotros a esforzarnos más, a luchar más, a trabajar más, a ser mejores!

¡Viva la victoria revolucionaria de Nicaragua!

¡Viva Sandino!

¡Viva el FSLN!

¡Viva el Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua!

¡Vivan la amistad y la solidaridad entre los pueblos de Nicaragua y de Cuba!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!