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 17 de julio: Día de la Alegría  

El 17 de julio de 1979, hace 43 años, el dictador Anastasio Somoza renunció ante el Congreso Nicaragüense y huyó del país. Fue sustituido por el Presidente del Congreso somocista Francisco Urcuyo Maliaños, que tenía la intención de quedarse hasta 1981. Sin embargo, el FSLN reafirmó su convicción de luchar hasta que no quedara vestigio del somocismo. Este día es conocido y celebrado por los nicaragüenses como el Día de la Alegría.

Antecedentes históricos

Anastasio Somoza Debayle, hijo del también dictador Anastasio Somoza García, al igual que su padre, fue un dictador que reprimió en todo momento al pueblo nicaragüense, sucesor de su hermano Luis Somoza Debayle y continuador de la dinastía Somoza.

Entre los años de la dinastía, Anastasio Somoza Debayle, es considerado el más cruel de los Somoza. Su primogénito, Anastasio Somoza Portocarrero “El Chigüín” (entrenado militarmente en EEUU e Inglaterra) estaba al frente de la Guardia Nacional (GN) y la Escuela Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), principales gestores de sus actos de represión a la manifestaciones del pueblo, en especial los jóvenes, más si estaban involucrados al Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Fueron numerosas las detenciones y torturas a las que fueron sometidos muchos dirigentes importantes del FSLN como el Comandante Tomás Borge, la Comandante Doris Tijerino que fue torturada y ultrajada por la genocida Guardia Nacional o los asesinatos de los Comandantes Carlos Fonseca, José Benito Escobar y Julio Buitrago y más de 30 mil nicaragüenses, que murieron por la genocida Guardia de Somoza.

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Del silencio al estallido

El Frente Sandinista fundado en 1961, se dio a conocer a nivel internacional después de más de una década de su fundación, el 27 de diciembre de 1974, con la toma de la casa de Chema Castillo por el Comando “Juan José Quezada”. Con este operativo, terminaba el periodo denominado acumulación de fuerzas en silencio y el FLSN demostró su fuerza organizativa y preparación militar, así como quedó patentizado que estaba dispuesto a hacerle frente a la dictadura militar somocista.

En el año 1976, en desigual combate con la Guardia, fue herido mortalmente en Zinica, el padre la Revolución y Comandante en Jefe Carlos Fonseca; posteriormente se dio la insurrección de la heroica ciudad de Monimbó, departamento Masaya, donde cayó el Comandante Camilo Ortega, a cargo del Frente Oriental Carlos Roberto Huembes.

Entre 1978 y 1979

Las acciones de ofensivas por parte del FSLN continuaron durante todo el año 1978, se insurreccionó Estelí y Somoza seguía enviando a sus guardias a reprimir y matar a la población involucrada, pero el movimiento insurreccional ya se hacía sentir en todo el territorio nacional a través de los Frentes de guerra del FSLN: Frente Norte “Carlos Fonseca”, Frente Sur “Benjamín Zeledón”, Frente Oriental “Carlos Roberto Huembes” y Frente Occidental “Rigoberto López Pérez”.

Llegado el año 1979, el movimiento guerrillero siguió avanzando, y en marzo de ese año se diera la unidad de las tendencias dentro del FSLN: Tendencia Insurreccional, Tendencia Proletaria y Guerra Popular Prolongada.

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Por su parte, Somoza convirtió a la Guardia Nacional rápidamente en la clase alta del país, con hospitales, centros educativos, playas y zonas residenciales propias, de manera que no tuvieran mayor interacción con el resto de los ciudadanos. El terror se extendió entre los nicaragüenses, que sufrieron un estado de sitio hasta el año 1979.

La censura también se encontraba a la orden del día, se prohibió la difusión de la mayor parte de los medios de comunicación considerados como ‘opositores’, hechos que fueron denunciados por numerosas organizaciones de Derechos Humanos.

Fue asesinado el 10 de enero de 1978 el periodista Pedro Joaquín Chamorro, crítico y opositor de la dictadura, su muerte. El asesinato desató la insurrección del pueblo nicaragüense, el cual apoyó al FSLN hasta el derrocamiento de la dictadura. Un año y cinco meses más tardes, la muerte del periodista estadounidense Bill Stewart asesinado por la GN el 20 de junio de 1979, causó fuerte impacto a nivel internacional.

Este último evento fue grabado por el camarógrafo del periodista Stewart: las imágenes recorrieron el mundo y terminaron de desprestigiar la imagen de Somoza Debayle en el exterior, en especial, con su principal aliado, el gobierno de los Estados Unidos.

Los EEUU planeaban instalar un somocismo sin Somoza

A través de su embajador Lawrence Pezullo, el gobierno norteamericano había estado negociando la salida de Somoza del poder, un día antes de la huida del dictador muchos de aliados y grandes empresarios abandonaron el país junto a su familia. Se rumoraba que Somoza también se iba a ir, un secreto a voces, que todo el pueblo de Nicaragua esperaba con ansias escuchar y la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que estaba en Costa Rica, anhelaban recibir la noticia sobre la renuncia de Somoza.

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Anastasio Somoza Debayle hasta los últimos momentos de su tiranía continuó manteniendo su posición anti sandinista y seguía enviando a la GN y la EEBI a reprimir brutalmente al pueblo insurreccionado, que alzó las armas para poder liberarse de una dictadura familiar que prevaleció por más de 45 años.

Una renuncia inevitable

Su renuncia era inevitable, la presión ejercida por el gobierno de Estado Unidos se hizo más notoria, cuando el 16 de julio el embajador norteamericano Lawrence Pezullo se retiró de la Embajada y ya nadie podía detener el avance del Frente Sandinista en las distintas partes del país. Recordemos que la heroica ciudad de Estelí había sido liberada justo el 16 de julio.

Una frase que dijo el Comandante Germán Pomares al respecto: Vamos a salir a darle los últimos golpes a la dictadura, yo les digo compas, que Nicaragua será libre antes que terminen las lluvias”

La razón estaba dicha, fue así que Anastasio Somoza Debayle renunció frente al Congreso Nicaragüense y a las 2:00 de la madrugada del día 17 de julio de 1979, tanto Somoza como su familia y sus colaboradores más cercanos huyeron del país hacia Miami, Orlando, en los Estados Unidos.

Una alegría incontenible

Miles de nicaragüenses ese día despertaron con la noticia que Somoza se había ido del país: el tirano, el dictador, el genocida, el dinasta ya no estaba más en Nicaragua, las calles fueron desbordadas por gran parte de la población que se mostró alegre ante la noticia y fue tal el evento sobre el fin de la una tiranía de más de cuatro décadas, que trascendió las fronteras con el vecino del sur, Costa Rica. Los colaboradores del FSLN que estaban en la frontera con Nicaragua, así como la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que se encontraban en una reunión en la Embajada de Venezuela en Costa Rica, celebraron la salida de Anastasio Somoza Debayle de Nicaragua.

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Hoy celebramos una fecha más que hemos denominado como el Día de la Alegría, el día en el que el último Somoza en el poder deja el país. Son 43 años de aquel momento, que aún persiste en el imaginario colectivo de quienes vivieron los años de la feroz dictadura. La militancia histórica sabe cuánto dolor y sangre derramó Nicaragua para llegar a ese momento de victoria ante el tirano.

Hacia Managua

Mientras Somoza abandonó el país, el FSLN siguió en avanzada hacia Managua: las columnas guerrilleras le arrebatan las posiciones que tenía la genocida Guardia Nacional en el municipio de Nagarote, expulsándolos de sus guaridas. Cayeron heroicamente los compañeros sandinistas: Fanor Urroz Jaenz (Mariano), la Chata Linarte, entre otros. Por su parte, desde Matagalpa avanzaba hacia Managua una fuerza regular de combatientes al mando del compañero Comandante Bayardo Arce, miembro de la Dirección Nacional del FSLN.

Con su huida, «el último de los Somoza» confirmaba además el inminente Triunfo de la Revolución sandinista, que se oficializaría dos días más tarde con la entrada de las primeras columnas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a Managua.

Fue tomado el cuartel de Waslala por columnas del Frente Nor-Oriental “Pablo Ubeda”. En el mismo contexto de avance de fuerzas revolucionarias ese día cayó  el cuartel de Juigalpa, tomado por las columnas del Frente Oriental “Carlos Roberto Huembes”. El FSLN controlaba Granada, se recuperaba gran cantidad de armas. Se dieron fuertes combates en Casa Colorada y El Crucero, departamento de Managua.

El Día de la Alegría, 43 años después: el pueblo nicaragüense sigue celebrando la salida del dictador, recordando también el cuarto aniversario de la liberación de los municipios de los tranques de la muerte, instalados en el marco del fallido intento del golpe de estado de 2018.

Hoy haremos homenaje a nuestros caídos en aquella cruel lucha del julio de 1979, pero también recordaremos a los que cayeron hace cuatro años, conscientes que el enemigo sigue siendo el mismo: el Imperio y sus aliados locales, burgueses y vende patria.

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El Día de la Alegría, además de la salida del tirano, es una fecha importante para celebrar la libertad y triunfo del pueblo ante el odio, ante las ambiciones de unos sectores perversos que tenían sed de poder, pero que se equivocaron al querer mermar la estabilidad de nuestro pueblo aguerrido, que no está dispuesto a volver al pasado.

Celebrar el Día de la Alegría es también rendir honor a nuestro Gobierno revolucionario, que ha estado promoviendo desde el 2007 la reconciliación y la unidad nacional. Por eso hoy rendimos homenaje a todos los héroes y mártires de nuestra patria que dieron su vida para que Nicaragua fuera libre.