Barricada

Moisés Absalón Pastora: Detalles del momento «Nuevas Victorias»

El Gobierno de Nicaragua pasa de esbozar, en tanto se concebía como un proyecto en gestión, a anunciar oficialmente, ya como un hecho, lo que será el Programa Nacional de Viviendas «Nuevas Victorias«, el cual estará entregando a 14 mil hogares y familias con el respaldo del Gobierno de la República Popular China, según nos anunció la vicepresidenta Rosario Murillo

«Queremos anunciar que al fin de mes, a principios también de abril, vamos a estar lanzando el programa de viviendas «Nuevas Victorias», un programa que tiene casi 14 mil viviendas con el respaldo del Pueblo y Gobierno de la República Popular China”.  

Señaló que se establecerán las urbanizaciones “Nuevas Victorias” en Estelí, Madriz, Nueva Segovia, León, Chinandega, Managua, Carazo, Granada, Masaya, Rivas, Boaco, Chontales, Matagalpa, Jinotega, Caribe Norte, Caribe Sur y Río San Juan.

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Anunció, Doña Rosario, que «son casas de una planta, con dos dormitorios unifamiliares y las urbanizaciones “Nuevas Victorias” en cada departamento de nuestra bendita patria contarán con calles, áreas comunales, energía eléctrica, agua potable, drenaje sanitario y drenaje pluvial. 

Debo recordar que la Constitución Política de Nicaragua, en su Artículo 64, reconoce el derecho de la ciudadanía a una vivienda digna y establece que el Estado es garante de ese derecho. En función de ese mandato, en 2009 la Asamblea Nacional de Nicaragua aprueba la Ley 677, “Ley especial para el fomento de la construcción de viviendas y de acceso a la vivienda de interés social” y se traduce en un avance sustantivo para la regulación del derecho a la vivienda y esta pasa a representar un punto de inflexión y una oportunidad para enfrentar el desafío de garantizar el acceso a la población de bajos ingresos a una vivienda digna que por allá del 2007, después de tres gobiernos neo liberales, heredaron a la entrante administración sandinista, que daba el paso a segunda etapa de su revolución, un déficit de 957 mil hogares destechados

Cómo entonces por aquellos tiempos la canción de Los Guaraguao “Las Casas de Cartón” nos golpeaban la frente y nos herían la conciencia cuando su letra era un latigazo que nos decía; “Que triste se oye la lluvia en los techos de cartón, , , que triste vive mi gente en las casas de cartón, , , en un mundo sin mañana que triste viven los niños, , , usted no lo va a creer, pero hay escuelas de perros y les dan educación, para que no muerdan los diarios, pero el patrón, hace años, muchos años, que está mordiendo al obrero. 

Las casas de cartón me recuerdan a cienes de gentes durmiendo tiradas en las calles cobijadas por la indigencia; a miles de gentes peleando con los perros por algo de comida descompuesta en lo que fueron los basureros de Acahualinca o escurcando en la misma pestilencia para encontrar un pedazo de plástico o un tuco de zinc que diera fortaleza al cartón que simulaba un cuartito levantado en cualquier ciudad de cualquier parte del país; o para no ir tan lejos me recuerdan aquellas champas, levantadas en la propia acera de la Avenida Bolívar, frente a la misma Asamblea Nacional, dónde las víctimas del Nemagon morían todos los días. 

Durante los gobiernos de Violeta Barrios Chamorro, Arnoldo Alemán y el tristemente célebre Enrique Bolaños, siempre se quiso tener como argumento para no hacer nada  que el problema de la vivienda en Nicaragua tuvo por origen la falta de acceso a la tierra urbanizada para la mayoría de la población nicaragüense porque se sostenía que la oferta formal de lotes urbanizados era poca y el suelo adecuado para el poblamiento tenía un costo elevadísimo y con ese cuento el déficit de vivienda en los sectores de bajos ingresos fue abultándose y abultándose empujando a una anarquía urbanística porque la población desprovista de asistencia técnica y financiera empujó a la creación natural de barrios y viviendas carentes de marcos jurídicos que dieran confianza y asidero al término de propiedad. 

Por esa misma razón la Encuesta de Medición del nivel de Vida realizada por el INIDE en el 2014, 3 de cada 10 familias nicaragüenses, vivían inadecuadamente hacinadas en viviendas de pésima calidad y con servicios insuficientes, mientras por otro lado 957 mil hogares ni siquiera tenían techo para albergar a cualquier otra cantidad de familias.

Partiendo de esa realidad el gobierno sandinista que retoma el poder en 2007 para hacer y no prometer, a pesar del saqueo heredado de los gobiernos neo liberales, que enriquecieron a la minoría y empobrecieron a la mayoría, se toma la responsabilidad en serio y por parejo empieza a enfrentar los gravísimos problemas que le dejaron servidos encima de la mesa, pero con alimentos vencidos, otros podridos y en muchos casos solo encontró el plato vacío, es decir llenos de rodajas de aire y chuletas de vientos. 

Así las cosas para cuando la asamblea nacional de Nicaragua aprueba la Ley 677, “Ley especial para el fomento de la construcción de viviendas y de acceso a la vivienda de interés social” ya el gobierno va en plan de ejecución, inspirado creo yo, en la respuesta inmediata que dio a las víctimas del Nemagon, que no fue que los mandó lejos, para esconderlos, sino que en la misma acera que había sido el símbolo de su resistencia y protesta les construyó sus casas como para decirles ustedes no son la vergüenza, la vergüenza son aquellos que durante tres gobiernos, en 17 años, los ignoraron porque jamás los vieron o los trataron como lo que son, seres humanos. 

Aprobada la ley 677 se dispuso el subsidio para viviendas de interés exclusivamente social, que construidas por la empresa privada, comenzaron a verse como el gran rayo de luz en el horizonte y aquel ensayo demostró que el trabajador nicaragüense quería tener un techo digno que pudiera pagar, pero contar además con las facilidades que lo liberaran de tantos requisitos engorrosos que al final siempre resultan ser un desestimulo para las aspiraciones de quienes quieren sentirse orgullosos de tener algo por lo cual digan esto me costó a mí y aunque nadie me lo regaló sí hubo un gobierno que me lo hizo posible. 

En 2018, como una respuesta al terrorismo, a todos esos criminales y vende patria que nos quisieron arrancar la vida y la paz y en honor a un gran sandinistón, como es Bismark Martínez, que fue torturado primero y asesinado después por desalmados que algún día caerán, el gobierno del presidente Daniel Ortega, lanza un programa agresivo y masivo en todo el territorio nacional para fortalecer y catapultar lo que ya se venía haciendo desde el 2007 en esta materia que no es otra cosa que una bendición para los más necesitados.

El Programa es ejecutado por el Instituto Nicaragüense de la Vivienda Urbana y Rural (INVUR) y además participan empresas desarrolladoras y constructoras de viviendas del sector privado, así como instituciones bancarias. Sobre el tema el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, dijo en su oportunidad: “Como Banco de desarrollo nos sentimos orgullosos de respaldar iniciativas que benefician a miles de nicaragüenses con hogares dignos, aportando de esta manera a su desarrollo social y calidad de vida, a la vez que contribuimos a la economía del país con la generación de empleos directos e indirectos”, mencionó el presidente ejecutivo del BCIE, Dr. Dante Mossi. 

Junto con toda esa política social y habitacional otros aspectos en el mismo paquete de la vivienda digna son visibles en Nicaragua y es que se alcanzaron importantes logros en la ampliación de los servicios de agua potable y de energía eléctrica: el 89% de los hogares a nivel nacional tiene servicio de agua y el 94% de los urbanos posee energía domiciliar, mientras que el alcantarillado y las calles para el pueblo son visibles en gran parte del territorio nacional.

Por supuesto que aún queda por hacer, el problema no está resuelto, pero vamos al encuentro de la respuesta correcta para cada necesidad porque las organizaciones sociales especializadas han aportado a la producción social de viviendas y a la mejora del acceso a agua y saneamiento para sectores de bajos ingresos con apoyo de la cooperación internacional y mediante modalidades de alianzas y asociaciones y estas organizaciones especializadas han contribuido a la producción social de 12,000 viviendas en el país, según datos en poder del Instituto de la Vivienda Urbana y Rural. 

No me quedó, a propósito del título de este editorial “Nuevas Victorias” solo con el nombre del programa que llevaran las 14 mil viviendas que la República Popular China nos financiará en su calidad de nación amiga y en calidad de hermana revolucionaria de Nicaragua sino que creo propicio cerrar diciendo que esto de realizar que estamos dando más techo digno para nuestro pueblo es efectivamente una “Nueva Victoria”, pero también una victoria más de muchas alcanzadas y de otras que faltan porque es así que estamos siendo luz a las naciones. 

No podemos sentirnos satisfechos por tener el privilegio todos los días de anunciar o inaugurar siempre algo nuevo a pesar de sabernos vencedores de gigantes. Si queremos conquistar más victorias o tener nuevas victorias debemos tener en cuenta que nuestra inspiración debe ser una mejor nación, pero nuestra fuerza de energía el bien común privilegiando al que más necesita desde el trabajo que tengamos o desde el lugar que estamos para hacerlo posible, porque ese desprendimiento, ese mandato social nos tiene en la cúspide de temas que hemos sabido resolver gobernando de verdad y desde una posición de paz.     

Siempre celebramos nuestras nuevas victorias porque del 2007 a esta parte hemos sabido dar pasos de fe. Unos siempre creyeron, otros creímos mas tarde cuando el país se fue transformando, pero todos o la inmensa mayoría de los nicaragüenses, terminamos creyendo que el último agravante que nos pudo detener fue vencido en el 2018, que seguramente nos retrasó, nos desaceleró, nos hizo replantear el camino, pero no nos venció, por el contrario, nos despertó de un sopor peligroso del que ya despertamos.      

Amigos hay que definir y entender que la victoria es aquella superioridad que consigues sobre ti mismo y eso nos hizo espartanos frente a la agresividad del monstruo, que solo por soberbia jamás reconocerá que le vencimos, que siendo pequeños fuimos más que él y que todas esas batallas contra el mismo Goliat de siempre por supuesto que nos dejaron huellas, pero son huellas marcadas no sobre nuestras carnes porque no nos detiene el resentimiento para triunfar y vencer, sino sobre el tiempo y el contexto, porque esas mismas huellas son un límite y determinan un antes y un ahora, el antes de los lacayos y el ahora de los hombres y mujeres libres.    

El ser humano es un animal de contiendas más solo en la paz encuentra la victoria y no hay triunfo humano que te la garantice cuando es a costa y coste de otros. Por eso la mayor victoria es aquella que cedes a tu contrincante cuando te sientes superior y es fruto de la humildad que nos obliga a considerar a los demás más allá de nosotros mismos y por eso, como efecto de la bondad que nos prodiga el cristianismo, desde el pedestal de la victoria   dejamos ir a quienes nos quisieron destruir nuestra más grande vivienda, Nicaragua. 

Vamos por mejores sitiales, sí, pero recordemos siempre que habitamos el presente y estamos donde estamos porque vencimos al terrorismo, al odio, la violencia, la tortura, el espanto y la muerte para alcanzar la paz y estabilidad con la que avanzamos hacia la construcción de nuevas y más grandes victorias.