Barricada

Los Héroes de Veracruz

El 16 de abril de 1979, hace 44 años, los miembros del Estado Mayor del Frente Occidental Rigoberto López Pérez”, Óscar Pérezcassar, Edgard Lang, Róger Deshón, Aracelly Pérez, Carlos Manuel Jarquín e Idania Fernández, fueron asesinados por la Guardia Nacional en el Reparto Veracruz de la ciudad de León.  El Equipo de Barricada/Historia propone a sus lectores un breve resumen del contexto que vivía nuestra Nicaragua de aquel entonces, acompañado del relato de ese día y una reseña biográfica de los Héroes y Mártires de Veracruz.

Contexto político y militar

A partir del ensayo insurreccional de septiembre de 1978, la dictadura había desarrollado intensos métodos represivos, manteniendo ese estilo y con mayor eficiencia durante los últimos meses que se logró mantener en el poder. Sin embargo, a pesar del golpe inolvidable del 16 de abril de 1979, la dictadura era ya incapaz de detener el avance del movimiento revolucionario, el pueblo empuñó las armas y otros cuadros continuaron la lucha, quienes a su vez asimilaron las enseñanzas y experiencias en el mismo espíritu que ellos las heredaron, para conquistar el triunfo revolucionario, tres meses después, el 19 de julio de 1979.

Por otra parte, el contexto político en el que cayeron los “Héroes de Veracruz”, era difícil, debido a que tanto la burguesía como el imperialismo comenzaron una ofensiva política, con la cual se pretendía confundir a nuestro pueblo, proponiendo la salida de Somoza, a través de una mediación y no por la vía armada. Esta situación, fue enfrentada por el FSLN, desde el punto de vista político pero manteniendo la presencia militar, además de hacer prevalecer la alternativa revolucionaria, que era la insurrección, ya que la alternativa del imperialismo y de la burguesía era el Somocismo sin Somoza, hacer desaparecer al dictador más no a la dictadura.

La caída de los compañeros, fue utilizada por la GN para plantear que era un absurdo continuar por la vía armada, queriendo desmoralizar a los combatientes y que aceptaran la mediación. El Frente Sandinista se vio en la obligación de duplicar esfuerzos, muchos cuadros se desarrollaron aceleradamente, en vista de la caída de los Héroes de Veracruz, quienes se habían formado directamente con los comandantes Carlos Fonseca y Germán Pomares. Es decir, estos cuadros que cayeron el 16 de abril, eran difícil de reponer.

Los compañeros cayeron cuando se planteó la creación de las últimas condiciones que desencadenarían la ofensiva final. Pese a ese cruel y sangriento incidente, de esa lección inolvidable e imborrable en la historia de nuestro pueblo, la dictadura continuó siendo incapaz de detener el avance del pueblo empuñando banderas y consignas. Los Héroes de Veracruz cayeron, pero otros continuaron su lucha.

16 de abril de 1979

Momentos antes de la masacre del 16 de abril, los compañeros habían planificado lanzar una ofensiva armada para aliviar la presión que la Guardia Nacional ejercía sobre los compañeros que se encontraban en Estelí. Se trataba de la segunda insurrección de Estelí, dirigida por el Comandante Francisco Rivera Quintero, del Frente Norte, a quien en varias ocasiones la Guardia había dado por muerto.

La planificación se haría esa noche en casa de Francisco Quiñonez, en León, según la citación urgente que el compañero Oscar Pérezcassar, había hecho. Poco después de iniciarse la reunión, Óscar Pérezcassar, Róger Deshón, Ana Isabel Morales, Aracelly Pérez Darias, Edgar Lang, Idania Fernández Ramírez y Carlos Manuel Jarquín, quienes se encontraban en la casa recibieron una llamada telefónica, advirtiéndoles sobre la presencia de la guardia somocista en el sector. Efectivamente, una tanqueta se había estacionado a unos 90 metros de la casa, mientras los soldados se parapeteaban en los alrededores de la vivienda.   

Entonces el comandante Óscar PérezCassar pidió a los ppresentes que abandonaran la casa, lo cual se hizo en varios grupos. Oscar Pérez Cassar y Roger Deshón esperaron que todos los compañeros evacuaran. Entretanto, los soldados comenzaron a disparar para provocar pánico y zozobra en el lugar.

La compañera Ana Isabel Morales conocida como la comandante “Lucia”, única sobreviviente de la masacre de Veracruz, relata “después de la insurrección de 1978, nosotros los clandestinos del FSLN, nos movíamos tranquilamente en la ciudad sin armas porque te paraban a cada rato y revisaban la valijera y la guantera, si no veían armas te dejaban de seguir. La Guardia ya no tenía capacidad pues era todo un pueblo en su contra. Eran dos situaciones completamente distintas.

Yo salí con Edgard, Carlos Manuel y Aracely. Mientras tanto, los demás compañeros se dirigieron inmediatamente, a la casa de Julio Castillo, contiguo donde estaban nuestros hermanos sandinistas. En esa casa estaban guardado dos FAL. Sin embargo, la GN ya había penetrado el recinto, se escucharon fuertes tableteos de armas pesadas. Allí masacraron a alguno de los jóvenes.”

En esa época, las casas de León se comunicaban con huecos entre cada casa para no salir por la calle. Ana Isabel apunta que después se dirigieron a la casa de Fabio Icaza, donde se trasladaban varias empleadas asustadas y niños gritando histéricamente.

Una de las cosas que debían de tener en claro todos aquellos militantes que pasaban a la clandestinidad, era que en un momento de tensión, lo que había que hacer era confundirse con la gente, es la única alternativa de salvación.

Entonces Ana Isabel les dice a los muchachos “Confundámonos con las empleadas” y relata que “Agarro a una niña que está gritando histérica porque ya la Guardia está con una balacera terrible. La niña, de los nervios, obviamente me agarra y me abraza, y todos salimos fuera de la casa al patio por la puerta de servicio, menos los muchachos porque se metieron en un cuarto. Estoy hablando de Edgard, de «Chinto» (Carlos Manuel), Idania y Aracelly. La Guardia se mete al cuarto y los sacan, pero los ponen como a unos quince metros de distancia más o menos de donde estábamos nosotros.

Yo estoy con los niños y las empleadas pero para ese entonces las empleadas no usaban lentes, yo atraje su atención porque usaba lentes, entonces un Guardia me saca del grupo y me pregunta quién era, y yo contesté que era empleada. Las compañeras que estaban trabajando de niñeras, todas sabían que nosotros éramos sandinistas. Ellas eran colaboradoras del Frente y una me había preguntado calladita mi seudónimo. JULIA, le digo yo, y entonces les decía a los niños:

– ¡Es la tía Julia, la tía Julia!

Entonces los niños decían:

– ¡Mi tía Julia, mi tía Julia!

En el jardín de la casa donde se encontraban arrodillados los compañeros, los soldados de la GN dispararon a la altura de la cabeza  del grupo, que estaba compuesto por unas 20 personas.

El llanto se había apoderado de los niños. Ana Isabel continuaba chineando a la niña que no dejaba de llorar. Luis Alberto Martínez un guardia somocista, sonrió y dijo “a todos los vamos a matar y los vamos a llevar al fortín”.

La compañera Ana Isabel continúa relatando que “En eso llega la dueña de la casa y ve su casa inundada de guardias, a sus hijos arrodillados, amenazados por la Guardia. Mira a cuatro jóvenes que nunca en su vida ha visto, otra que dice ser su familiar, a la que un guardia la tiene agarrada del pelo. A ella la bajan del pelo también y le preguntan que quién soy yo. La señora de ver a sus hijos de rodillas con la Guardia apuntándoles a sus cabezas y con la mirada de terror porque en su vida me había visto.

Cuando nos encaran, ella va a hablar y decir que no me conoce. Se le desgaja la quijada. Es horroroso ver a una persona que se le desgaja la quijada hasta el pecho, es un impacto horroroso. El guardia y todo mundo nos quedamos impactados. Ella se estaba ahogando en su propia saliva, y yo le grito al guardia que se quite el casco, con el que le echamos un poquito de agua para que no se ahogara, para tratar de encajarle la mandíbula. Pero al final el guardia desistió de encararnos.

Para entonces, todavía estoy viendo vivos a los cuatro compañeros: a Idania, Aracelly, Edgard y Carlos Manuel. A ellos los regresó la Guardia por el mismo lugar por donde pasamos, y ésa es la última vez que los veo. Después sólo escucho una gran balacera.

Más tarde, entran a esa casa unas camionetas de tina, y posteriormente, en las investigaciones que hacemos, se determina que allí iban los cadáveres de los muchachos. Nosotros no logramos ver a los compañeros, lo que sabemos es que los asesinaron a sangre fría.

Unos cinco minutos después que la Guardia se fue, llegó una columna del Frente Sandinista. Eso fue una cosa muy linda y da una idea del impacto que esa masacre tuvo en la gente de León, porque cuando la población se da cuenta que le están cayendo a Veracruz y que en la casa está la gente del Estado Mayor, sin ninguna orden de nadie, las columnas de León, las escuadras de combatientes, empezaron a sacar las armas, se organizaron delante de todo el mundo. Así fue en las calles de Sutiaba, públicamente salieron para Veracruz; pero cuando llegaron, la Guardia ya se ha ido. También llega Doris Meza, la compañera de Róger Deshón, con siete meses de embarazo.

Llega Óscar Cortez al frente de las escuadras de San Felipe y también Fanor Urroz, de Sutiaba. Yo les digo lo que había visto, que la Guardia se había llevado a Edgard, a Carlos Manuel, Idania y Aracelly. Que no sabía si Óscar y Róger habían logrado salir vivos o heridos del cerco, pero que yo creía que si hubieran logrado salir, habrían ido hacia Poneloya.

Nos dirigimos hacia allá a una casa de seguridad a esperarlos. Pasamos en vela toda la noche y a las 5 de la madrugada del 17 de abril, salimos de regreso a León. En el trayecto nos detiene un médico colaborador nuestro y nos dice que los muchachos están muertos, que la Guardia había llevado a los seis hermanos al Hospital San Vicente de León, asesinados atrozmente.

Nos dirigimos al Hospital San Vicente y vemos tirados los seis cuerpos, destrozados, a Edgard y Carlos Manuel los torturaron y acribillaron. Óscar Pérez Cassar tenía un enorme orificio en el pecho, de un balazo de Garand y otro balazo más. Yo no quería reconocer a Róger Deshon y le decía a Mariano (Fanor Urroz) que era una señora, pues tenía un balazo que le destrozó la barbilla.

Las muchachas estaban con sus ropas abiertas, desabrochadas. Idania tenía un balazo en la cabeza y Aracelly dos balazos en la parte trasera de la cabeza. Recuerdo que me puse a abrochar sus ropas, limpiarles la sangre de sus caras y a exigirles a las enfermeras que comenzaran a limpiarles la sangre a los muchachos.

Salimos del hospital una vez que ya estaban limpiándolos, Mariano y yo fuimos a casa de Aurorita Zamora, esposa de Óscar Pérezcassar, le damos la triste noticia y le pedimos que avise a Managua y que además pidiera en el hospital los cuerpos de los muchachos.

Después nos dirigimos a la casa de los padres de Lenin y William Fonseca, hermanos, quienes habían caído en la Insurrección de Septiembre de 1978. Allí era una casa donde el FSLN guardaba dinero. Recuerdo que salimos caminando de allí Mariano y yo, con cien mil pesos envueltos en papel periódico y los dos con nuestras pistolas en la cintura. Fuimos a la Funeraria en San Felipe y pedimos 6 cajas iguales, las mejores. Los trabajadores nos quedaban viendo con temor y el gerente nos dice que no había 6 cajas iguales de lujo, solo 6 cajas sencillas. Pagamos y les dijimos que fueran al hospital San Vicente a recoger los cuerpos y llevaran todo para velarlos en casa de Aurorita Zamora.

Salimos caminando con deseos de encontrarnos con la Guardia y enfrentarnos a ella con toda la rabia y dolor que teníamos. Fuimos a una floristería y compramos seis coronas iguales y dimos la dirección de Aurorita.

Fue un día largo pues a cada casa de seguridad que llegábamos teníamos que levantar la moral de los compañeros. La Guardia no salió del Comando en todo el día.”

Estos seis valiosos cuadros, eran compañeros de larga trayectoria en la lucha armada del FSLN por la liberación nacional. Su participación directa les permitió acumular virtudes, capacidades y valiosas experiencias políticas y militares. Es decir, habían adquirido experiencia en la lucha, a través del contacto directo con las masas, los trabajadores y los campesinos, cayendo en el momento que el FSLN preparaba la ofensiva final.

Biografía de nuestros Héroes y Mártires

Róger Pérez Deshon: Nace en 1940. Viaja a Moscú para realizar estudios universitarios, que abandona en 1966, integrándose al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Durante un buen tiempo reside en Cuba y en 1971 regresa a Nicaragua de manera clandestina, donde se encarga del trabajo revolucionario en diferentes lugares del país.

En la toma de la casa de José María “Chema» Castillo forma parte del comando “Juan José Quezada” que el 27 de noviembre de 1974 realiza esta acción para liberar a los presos políticos que guardaban prisión en las cárceles de la dictadura somocista y la difusión de comunicados en los cuales se denunciaban las represiones sangrientas. Viaja a Cuba junto con los presos liberados. A finales de 1975 regresa a Nicaragua y se integra a la Brigada “Pablo Úbeda” en la zona nororiental de Nicaragua hasta que pasa al Frente Norte “Carlos Fonseca”. En septiembre de 1978 se integra al Frente Occidental “Rigoberto López Pérez” en la ofensiva militar que lanza el Frente Sandinista en ese año.

Idania Fernández Ramírez: Nace en 1952, en un hogar de familia acomodada de la ciudad de Managua. Cursa la primaria en el colegio Sagrado Corazón de Jesús y la secundaria en el colegio francés El Sagrado Corazón. Después del terremoto de 1972, se traslada en compañía de su familia a Panamá en donde estudia Economía.

Para 1977 trabaja con el Comité de Solidaridad Panameño con el pueblo de Nicaragua. Se integra a la lucha revolucionaria en 1978, abandonando sus estudios y dejando en Panamá a su pequeña hija. Se integra al Frente Sur “Benjamín Zeledón” que se ubicaba a lo largo de la frontera con Costa Rica en el departamento de Rivas y Río San Juan. En donde se desempeñó como morterista, posteriormente tras un accidente fue intervenida quirúrgicamente en una de sus manos y decide pesar de ello continuar en la lucha, integrándose al Frente Occidental “Rigoberto López Pérez”, trabajando dentro de las estructuras de propaganda.

Carlos Manuel Jarquín: Nace en 1956 en Ocotal. Realiza sus estudios primarios la escuela Fray de las Casas y la secundaria la hizo una parte en Managua y Condega. En 1975 Ingresa al Frente Sandinista y durante nueve meses permanece en las guerrillas del Frente Norte “Carlos Fonseca Amador”.

Es enviado a León a mediados de 1978, desarrollando su trabajo en las milicias populares sandinistas y en las escuadras tácticas de combates, forma parte del Estado Mayor de León en la insurrección de septiembre de 1978.

Edgar Lang Sacasa: Nace en Managua en 1955. Estudia primaria en el Colegio Centroamérica y secundaria en el Instituto Pedagógico. Abandona sus estudios universitarios y es captado por el Frente Sandinista en 1974. Al año siguiente, en el mes de agosto, lanza una proclama desde Radio Corporación informando sobre los combates de El Sauce en el mes anterior.

Se integra a las columnas guerrilleras del norte del país. Cae prisionero el 18 de noviembre de 1977 y es liberado en la acción del asalto al Palacio Nacional. Se integra al Frente Occidental “Rigoberto López Pérez” como uno de los responsables militares de la ciudad de León.

Oscar Pérezcassar: Nace en 1953 en León. Estudia primaria y secundaria en el colegio La Salle. Milita en los grupos juveniles cristianos. Ingresa al Frente Sandinista en 1972, siendo clandestino a partir de 1975. Para 1976 estudia sociología e historia en Costa Rica sin perder el contacto con el Frente Sandinista.

Tiene una importante participación en el operativo “Muerte al somocismo, Carlos Fonseca Amador” conocida más como la “Toma del Palacio Nacional” en agosto de 1978, pues perteneció al grupo que planificó dicha acción. En noviembre de ese año, cae preso por miembros de la Oficina de Seguridad Nacional. Es liberado por una amnistía en diciembre de ese mismo año; para ese entonces es jefe del Frente Interno “Camilo Ortega Saavedra”.

Aracelly Pérez Darias: Nace en México. Estudia Psicología en la ciudad de México y es reclutada por el Frente Sandinista cuando realiza sus estudios de doctorado. Es enviada a Honduras en mayo de 1977 para trabajos de consolidación y en el mes siguiente se integra a una escuela militar. A finales de septiembre forma parte del Frente Norte “Carlos Fonseca Amador”. Durante el mes de diciembre se dirige a Honduras para restablecer contactos y permanece ahí hasta 197,8 año en el que regresa a Nicaragua, integrándose al Frente Occidental por su preparación política.

Hoy 16 de abril, 44 años después de la masacre, hay que continuar rescatando los valores de solidaridad, la mística, la entrega, el servicio, el verdadero valor de la amistad, de la hermandad, el compañerismo que nuestros Héroes vivieron. Es por esa razón que la Revolución Sandinista rinde homenaje a esos hermanos heroicos, hijos de Sandino y de Carlos, ejemplos de entrega a la Patria.

¡Vivan los Héroes de Veracruz!

Escrito por: Luis Guerrero

TE PUEDE INTERESAR: Js 19 de julio entrega sillas de ruedas en municipios de Carazo