Barricada

Moisés Absalón Pastora: Sal para la babosa o el baboso

Un día de la semana pasada, una pichurria amargada y además masoquista, de esas que con mucha atención siguen nuestro programa, escribía, en medio de recurrentes horrores ortográficos, que lo pintan como un súper equino, que este servidor ya aburría diciendo lo mismo todos los días en defensa de Daniel Ortega, de Rosario Murillo, del Frente Sandinista, de la revolución y que ahora era más rojo y negro que el mismo General de Hombres Libres.

A esos decires estamos acostumbrados un mononontón de nicaragüenses que por ser parte de la inmensa mayoría de este pueblo nos sabemos del lado correcto de la historia y a los que además las miserias humanas, cosas, charbascas, puchitos, chachalacas, liendres, cucarachas o gusanos, agregan que somos sapos, camaleones, agitadores, sin que entre los epítetos falten las menciones que también hacen de nuestras madres.

Estos accidentes que equivocadamente nacieron aquí, pero que por sus actos terroristas fueron enviados a su verdadera patria, Estados Unidos, deberían buscar qué hacer y esto es un consejo sano, porque en ese pesadilla americana, a la que ahora pertenecen, se trabaja como esclavo para vivir como esclavo y nadie, que por lo que sea les haya dado techo, va a soportar en la incomodidad de su apartamento o de su cuartucho a alguien que se la pasa de vago y de tapudo diciendo que está luchando por la libertad de Nicaragua cuando nunca representaron a nadie, cuando son soberanos desconocidos que solo causan risa y lástima y que hicieron de la politiquería un modus vivendi, que seguramente les funcionó aquí en tanto la paciencia no nos rebasó, pero que allá se les acabó el negocio y por mucho que pretendan llamar la atención como “salvadores” se quedaran oliendo el dedo porque todas las llaves de financiamiento se les están cerrando y la evidencia está en que ladran y labran y ladran como perros rabiosos y nadie los determina y menos los amigos o familiares que si ahora les extienden las manos es para cobrarles por la renta.

Partiendo de lo anterior me permito recordar aquella frase de Tomas Borge Martínez cuando desde la pasión de sus eufóricos y visionarios discursos decía; “Aunque se mueran de rabia. Habrá Frente Sandinista hoy, mañana y siempre.» o aquella otra que refería haberle dicho a Daniel Ortega que; “Todo puede pasar aquí, menos que el Frente Sandinista pierda el poder… cueste lo que cueste, digan lo que digan, lo único que no podemos perder, es el poder…”.

Cuando las miserias humanas escucharon algo así tomaron el rábano por las hojas y fueron incapaces de medir la profundidad del mensaje porque se quedaron con el cañón y se olvidaron de la pluma. Las chachalacas, que pasan rumiando sus mismos cuentos de camino, muy panchomadrilezcamente y que no pasan de patinar y patinar en la miasma que habitan se quedaron en que aquello era la proclama de lo que ellos llaman “dictadura” porque aquí después de tres meses de terrorismo, de sangre, violencia, tortura y tranques que pretendieron prolongar hasta el extremo del caos y la ingobernabilidad vino el basta ya y se pudo el orden.

Con todo y lo que hicieron vino la amnistía y se les perdonó, pero continuaron en el jueguito de creerse los “salvadores de la patria” y entonces fueron investigados, procesados, encarcelados y deportados en calidad de extranjeros a su patria que siempre fue Estados Unidos, pero ahora también Costa Rica, Chile, España, Colombia o cualquiera de esos países que metieron sus barbas en la nuestro para cuestionar nuestra democracia cuando la de ellos es la negación de cualquier libertad y dignidad para sus pueblos.

¿Ahora bien porque las miserias humanas continúan repitiendo babosadas sobre una dictadura que solo está en los cráneos vacíos que tienen por cabeza?

En su imaginario, tragándose sus mentiras, quieren venderse ante el financista como que están fuertes, como que aún son capaces de ladrar, pero sin aceptar y esto ya lo sabe el mismo imperio, que aquí nadie ni se corrió al ruido de los caites y menos aún, que en algún momento se les tuvo miedo, porque si de molestia contra el gobierno se trata fue porque el presidente llamó a no reaccionar.

Los pichurrias de aquí y los pichurrias de allá podrán decir todo lo que quieran, el imperio les podrá crear todas las condiciones que crea para que sus peleles sigan con sus babosadas, pero saben qué ese 75% de los nicaragüenses que apoyamos al Presidente Daniel Ortega, a la copresidente Rosario Murillo, al Frente Sandinista de Liberación Nacional y a la realidad revolucionaria que transformó desde sus cimientos la Nicaragua que hoy tenemos, eso, no lo cambia ni todos los portaviones juntos del Tío Sam, disparando mentiras contra la realidad que vivimos.

En lo anterior está el detalle, está el meollo y la razón por la cual “Aquí habrá “Frente Sandinista hoy, mañana y siempre y saben porque esta sentenciosa frase de Tomas Borge Martínez, porque ningún presidente y ningún partido, hizo a lo largo de todititita nuestra historia, lo que Daniel Ortega y el FSLN han construido hasta nuestros días y contra eso nada puede hacer un oposicionismo mediocre y cochino que como jamás tuvo, ni tendrá, la capacidad para conformarse y presentar una propuesta mejor desde el único camino que tiene, el electoral.

Cuando Tomas refiere que hay que hacer lo que se tenga que hacer, pero que lo que no se puede perder es el poder, es para poder, poder y esto no es un juego de palabra, sino que es ajustarse a la visión del frente sandinista, al que si le dicen que es una dictadura es porque dicta que se hagan hospitales, clínicas, casas maternas, salud y educación gratuitas, merienda escolar, bonos para los bachilleres, carreteras, energía, viviendas, entrega de lotes, instalaciones deportivas, parques, malecones, ferias, puertos, integración territorial, conexión intermunicipal, buses, tarifas de transporte y combustible subsidiados, más de cuarenta programas sociales, lucha contra la pobreza y el analfabetismo y tantos y tantos sueños más que a veces una se queda asombrado porque hemos hecho muchísimo con poco y eso es lo que a las lacras y a los puchos les arde porque es lo que hace fuerte e imbatible una revolución que no para, que a pesar de las amenazas y las agresiones, no vuelve a ver atrás, antes bien y con orgullo muestra honroso la frente de su dignidad ante quienes inmoralmente quieren meter la cuchara en nuestros asuntos.

Ahora bien, ni Daniel Ortega ni el FSLN están en el poder porque decidieron estar en el poder. Los que sí decidimos que el líder del sandinismo y la organización política que lo respalda estén donde están somos el pueblo que queremos más de lo que tenemos, que queremos palpar y hacer nuestro el sueño que las miserias humanas nos negaron a lo largo de toda nuestra historia, porque cuando hablamos de ellas no nos referimos solo a las pichurrias del 2018 a esta parte, sino a los ancestros de estos, a esas castas oligárquicas que pudrieron las mentes de quienes refinaron la voracidad delictiva de robarle al que nunca tuvo y que ante la imposibilidad de ser digeridos por los electores, porque no somos masoquistas, entonces hace cinco años decidieron asaltar al país solo para estrellarse contra toda una nación que ahora les dice quédense dónde están, hablando miércoles si quieren, pero seguros también que aquí ni los queremos ni los necesitamos si al final siempre fueron el estorbo de nuestro futuro, cada uno de esos onanistas, siempre fueron un lastre y cuando como basuras los pusimos en su lugar, en el basurero imperial, volvió la calma, volvimos a andar, volvimos a renacer.

Que repetimos lo mismo todos los días, tienen razón, porque aquí todos los días hay muchísimas cosas nuevas y no son cosméticas, como para salir del paso, son obras monumentales en todos los puntos cardinales de la nación, en todos los departamentos y municipios y hasta en el lugar más inaccesible de Nicaragua llega la visión humana de una revolución que no tiene freno.

Pero las pichurrias que viven en el basurero imperial y las que viven también en nuestra vecina del sur también repiten sus mismas cosas, pero entre las que decimos nosotros y las que dicen ellos, hay una gran diferencia. Aquí hablamos de vida y amor, de hacer y de sumar, de crear y multiplicar, pero ellos lo único que invocan desde que ponen sus cascos o pezuñas en el suelo es la muerte y el odio, es la destrucción y la resta, es la frustración y la división y créanme que eso no nos molesta porque al final son esas las conductas por las que el pueblo los detesta, los aborrece y en consecuencia se llena de razón para determinar que toda esa jauría de hienas tienen que consumar sus últimos días desde lejos en el viaje sin retorno que emprendieron.

Mientras tanto nosotros los sapos, los que nos vendimos por 200 pesos y a los que siempre nos recuerdan a nuestras madres, seguiremos aquí disfrutando del país que estamos construyendo y francamente riéndonos a carcajadas sueltas de todos esos babosos y babosas a las que echamos sal para que se retuerzan y se revienten en sus propias frustraciones porque nuestra amada Nicaragua siempre fue vencedora porque sus victorias siempre se fundamentaron en las páginas ya vividas, en esos eventos memorables que nos recuerdan cada una de las veces que los amos de las pichurrias fueron vencidos.

Ya estamos en el contexto del festejo nacional que nos conduce al 44/19 y por supuesto el grito jubiloso de esta revolución constructora lo haremos oír tan cerca del tímpano de las pichurrias que se los vamos a reventar y lo haremos repetidamente para dejar muy claro que aquí somos libres, que vivimos en paz y que eso no tiene retroceso.

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