El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó este miércoles que el deber de las generaciones responsabilizadas con el destino inmediato de la Revolución es mantener lo conquistado y avanzar más, y denunció una vez más el carácter criminal del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a la nación caribeña por los Estados Unidos (EE.UU.).
Durante el acto central por el aniversario 70 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, Día de la Rebeldía Nacional, el jefe de Estado manifestó que mientras no se alcance un grado de prosperidad digna para todos los cubanos, habrá un Moncada por asaltar.
Al referirse a la batalla en el frente económico, uno de los desafíos fundamentales de la Revolución, recordó que el pueblo cubano espera respuestas en temas que gravitan sobre el nivel de vida y la cotidianeidad de todos, sobre los que dijo que se pueden ir resolviendo sin aguardar a que EE.UU. levante el bloqueo de más de seis décadas.
Entre ellos mencionó la necesidad de incrementar la oferta de bienes de uso y consumo para combatir la inflación. Consideró que se trata de “un difícil Moncada que tenemos el deber de asaltar aquí y en todo el país”. Cada día, cada hora, cada minuto, tenemos un Moncada por asaltar, puntualizó.
Al referirse a la trascendencia del 26 de Julio de 1953, destacó que “las acciones de ese día fueron el principio del fin de la última dictadura instalada en Cuba con el reconocimiento y el apoyo inmoral y material de los EE.UU.”.
Subrayó que por esa razón Washington no perdona a la Revolución, además de que el pueblo cubano no le permitió “quebrar la independencia nacional, la solidaridad internacional, la defensa de la alternativa socialista al capitalismo salvaje”, como pensaron que ocurriría tras la desaparición física de la generación histórica.
Señaló que desde 1959 “somos muchos más que unas docenas de jóvenes valientes contra la tiranía de (Fulgencio) Batista. Desde esa fecha somos un pueblo que defiende la Revolución y el socialismo como el camino más justo para alcanzar la sociedad más justa para todos”.
Al referirse a otro singular desafío, el bloqueo de los EE.UU., precisó que el imperialismo es enemigo natural del derecho a la autodeterminación de los pueblos y de aquellos Gobiernos interesados en desarrollar programas de justicia social y ejercer soberanamente su política exterior.
Enfatizó que los Gobiernos de ese país se han mostrado más agresivos e intolerantes al constatar que no existe fuerza en el mundo capaz de provocar que el pueblo cubano renuncie a los ideales marxistas, martianos y fidelistas en los que se inspira la lucha infatigable por la mayor justicia social posible.
Aseguró que ello explica la severidad del bloqueo y la vigencia actual de las medidas de reforzamiento que estableció la Administración de Donald Trump (2017-2021) y mantiene la de Joe Biden, en una dimensión más agresiva y dañina.
Denunció cinco medidas de presión impuestas por EE.UU. que sobresalen por su perversidad y lesividad para la economía y la población cubanas:
La inclusión de Cuba en la lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo; la aplicación de la disposición del título III de la ley Helms-Burton que permite tomar acciones en tribunales de EE.UU. contra empresarios de otros países que decidan establecer lazos e inversiones en Cuba.
La persecución de los suministros de combustibles que Cuba necesita adquirir; – continuó el mandatario – la persecución de los servicios médicos que prestan especialistas cubanos en decenas de naciones; y la existencia de una lista de entidades cubanas con la que se prohíbe a los ciudadanos estadounidenses tener vínculos.
Díaz-Canel reiteró que la Revolución no está aislada, sino que se aísla EE.UU. al mantener su hostilidad, como confirma cada año el rechazo generalizado de la comunidad internacional a la política de bloqueo. Además, reconoció las expresiones de solidaridad que recibe Cuba desde diversas naciones.
Tomado de: TeleSUR