En el Teatro Nacional Rubén Darío se llevó a cabo la tarde de este jueves un merecido homenaje de cuerpo presente al maestro lírico de gran trayectoria artística y presidente de Fundación Incanto, Alberto San José.
Iniciando, la ingeniera Karen Santamaría, coordinadora general de Fundación INCANTO brindó palabras, destacando el talento de un gran ser humano y de un artista de generaciones “a nuestro profe como cariñosamente le llamábamos lo recordaremos con su gran estilo, su buen sentido de humor, fe y sobretodo su luz. Para nuestro profe, Nicaragua se convirtió en su segundo hogar y muchos nicaragüenses tuvimos la dicha de conocerlo y compartir momentos mágicos que siempre quedarán en nuestros corazones”, manifestó.
A la sala mayor del teatro nacional Rubén Darío asistieron artistas, poetas, representantes de Fundación Incanto así como autoridades culturales de gobierno.
“Desde que supimos la noticia que el maestro estaba pasando a otro plano de vida, nos conmovió muchísimo… nuestros corazones siguen triste pero a la vez agradecidos por el legado que dejó. En el teatro nacional en el 2011 se le reconoció el esfuerzo que él hizo con las óperas y que ahora se ve reflejado en los miles de jóvenes que están involucrados en la música”, expresó el maestro Ramón Rodríguez, vice-presidente de Fundación INCANTO y director del Teatro Nacional Rubén Darío.
Honrando la vida del maestro Alberto San José, la participación de la orquesta sinfónica, camerata Bach, y el coro nacional Rubén Darío no se hizo esperar, también presentaron diversos fragmentos audiovisuales, personajes de reconocidas obras de ópera, y un resumen biográfico de su vida artística.
Entre lágrimas Rosario Rodríguez, sobrina del Maestro Alberto San José comentó que su tío tenía un enorme amor y agradecimiento por Nicaragua y siempre antepuso su responsabilidad y compromiso con el desarrollo del canto lírico en este bello país.
“En muchas ocasiones y este es un secreto que nadie sabe, traté de llevármelo para que se quedara conmigo en los Estados Unidos y siempre me decía, no mi sobrina, tú me entiendes, y ¿cuál era el entender? Él tenía un compromiso inmenso con el pueblo de Nicaragua y antepuso el estar con su familia a la responsabilidad de cumplir con su sueño y desarrollar el arte lírico en este país, esa era el calibre de mi tío Alberto, era un hombre de mucha responsabilidad, para mí fue mi padre, mi tío, mi padrino y mi confidente”, subrayó.
El maestro Alberto San José siempre formará parte de la historia de Nicaragua por su aporte al desarrollo cultural, trayendo el arte a través de la música lírica, inculcando valores y perseverancia a los jóvenes a través de esta música que es parte de nuestro patrimonio cultural.
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