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Informe Anual 2023 del BCN revela crecimiento económico

El Banco Central de Nicaragua (BCN) publicó el “Informe Anual 2023”, el que contiene un análisis de la evolución económica y financiera del país, la descripción y análisis de la política monetaria y cambiaria, la evaluación del cumplimiento del programa monetario anual, el análisis de la situación financiera y general del BCN y el desarrollo de sus operaciones durante el período de referencia.

El Informe Anual destaca que, en 2023, las principales variables macroeconómicas tuvieron un desempeño mejor al previsto en las proyecciones de inicios de año, en particular, el producto interno bruto (PIB) registró un crecimiento que superó las expectativas, lo cual sugiere que la economía del país se consolidó en una senda de expansión estable, resultado de un marco de política macroeconómica adecuado y fundamentos económicos sólidos.

Destaca también la baja tasa de desempleo y la reducción de la inflación, en un contexto de consolidación fiscal, estabilidad financiera y monetaria y de mayores flujos externos.


La evolución económica continuó siendo respaldada por un sector primario con orientación exportadora, el impulso de los servicios y flujos externos favorables.

En este marco, las finanzas públicas continuaron sanas, reflejando un superávit, el cual, aunado también al mayor ahorro privado, resultó en un superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos.

Por su parte, las acciones de política monetaria del Banco Central de Nicaragua (BCN) propiciaron condiciones financieras apropiadas para impulsar el crecimiento económico y la intermediación financiera.

Asimismo, la economía doméstica continuó presentando resiliencia, en un entorno internacional en donde predominaron los riesgos asociados a la geopolítica, la prolongación de condiciones financieras internacionales estrechas y la desaceleración económica global.

Así, el crecimiento del PIB en 2023 se ubicó en 4.6 por ciento (3.8% en 2022), impulsado por el dinamismo de la mayoría de las actividades, destacándose las pertenecientes al sector terciario, como hoteles y restaurantes, electricidad, comercio, intermediación financiera y transporte y comunicaciones.

En el sector secundario, el mejor desempeño se observó en la construcción, mientras la industria reflejó un crecimiento moderado.

En tanto, en el sector primario, el crecimiento fue liderado por explotación de minas y canteras y pecuario, observándose no obstante reducción en la agricultura y la pesca.

En general, la evolución del sector primario de la economía siguió siendo favorecido por una buena demanda externa y precios internacionales favorables, sin embargo, se presentaron condiciones climáticas menos adecuadas, dado el fenómeno de El Niño.

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Por el enfoque del gasto, el crecimiento del PIB fue impulsado principalmente por la demanda o absorción interna.

En particular, los componentes de la absorción interna que más contribuyeron al dinamismo económico fueron el consumo privado, favorecido en parte por el aumento de flujos externos, los salarios y el crédito, que mejoraron la capacidad de compra de los hogares, y la inversión privada, incentivada por mejores expectativas de las empresas y agentes económicos en general.

Mientras tanto, la demanda externa neta disminuyó, determinada por el aumento de las importaciones, a pesar del crecimiento de las exportaciones.

En el mercado laboral, se mantuvo una baja tasa desempleo (3.4% en promedio anual), favorecida por el crecimiento económico, con aumento del empleo formal y señales de mejora en la tasa de participación laboral (aunque aún se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia).

La inflación doméstica se desaceleró a 5.60 por ciento interanual (11.59% en 2022), lo cual se asocia a factores como el descenso gradual de los precios internacionales y el anclaje de expectativas de inflación en un nivel más bajo, en un contexto de reducción del deslizamiento cambiario, el mantenimiento de subsidios y de políticas monetarias y fiscales equilibradas que han permitido mantener sólidos los principales balances financieros. No obstante, el factor de rezago en el traspaso de la disminución de los precios externos a los precios locales impidió que la desaceleración de la inflación fuera mayor, en particular en la división de alimentos y servicios conexos.

En cuanto a las finanzas públicas, los balances registraron superávit, como resultado del crecimiento de los ingresos tributarios y un gasto público moderado, consistente con la sostenibilidad fiscal.

En este sentido, el resultado del Sector Público No Financiero (SPNF) reflejó un superávit después de donaciones de 2.9 por ciento del PIB (0.7% del PIB en 2022), al igual que el Gobierno Central, que alcanzó un superávit de 2.9 por ciento del PIB (1.3% del PIB en 2022).

Estos resultados estuvieron acompañados de la evolución positiva de los indicadores de financiamiento, expresados en la estabilidad en los flujos de préstamos externos concesionales, la obtención de financiamiento interno y un saldo de deuda pública sostenible, equivalente a 56.6 por ciento del PIB (60.6% al cierre de 2022).

En el sector externo, la mayoría de los indicadores mostraron una evolución favorable en 2023, registrándose un superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de 7.7 por ciento del PIB (déficit de 2.5% del PIB en 2022), impulsado por el dinamismo de variables como las exportaciones de mercancías, remesas familiares y turismo.

Asimismo, destaca el aumento de la inversión extranjera directa (IED) bruta, la que se ubicó en 2,534.5 millones de dólares, mientras que, la IED neta ascendió a 1,230.1 millones de dólares, con flujos dirigidos principalmente a los sectores de industria, energía y minas, y comercio y servicios.

En materia de política monetaria y cambiaria, el Banco Central siguió velando por la estabilidad de la moneda y creando condiciones monetarias y financieras propicias para el crecimiento económico, manteniendo la debida coordinación con la política fiscal.

Así, en 2023 el BCN mantuvo su Tasa de Referencia Monetaria (TRM) en 7 por ciento y redujo la tasa de deslizamiento cambiario de 2 a 1 por ciento a partir de febrero, al tiempo que (en agosto) anunció la reducción de dicha tasa de deslizamiento a cero por ciento en 2024.

En este contexto, las principales variables monetarias reflejaron un comportamiento positivo, con los agregados monetarios creciendo a tasas interanuales de dos dígitos.

Por su parte, en la mesa de cambio el BCN realizó compras netas de divisas por 1,279.5 millones de dólares, al igual que en el mercado cambiario del sistema financiero con el público, y la brecha cambiaria permaneció baja (por debajo de la comisión por venta de divisas del BCN del 2%).

La posición de crédito neto del Gobierno finalizó con una acumulación de depósitos en el BCN, mientras que, la colocación de títulos del BCN, para apoyar el manejo de la liquidez de la banca, reflejó la mayor demanda por instrumentos financieros en moneda nacional.

En consecuencia, las reservas internacionales brutas (RIB) aumentaron en 1,042.6 millones de dólares, alcanzando un saldo de 5,447 millones de dólares y una cobertura de 3.1 veces la base monetaria y de 7.9 meses de importaciones (excluyendo las zonas francas), permitiendo alcanzar una posición de reservas que potencia aún más la capacidad para resguardar el régimen cambiario.

En el ámbito de la estabilidad financiera, la posición de los bancos y financieras continúa sólida y fortalecida por el dinamismo de la actividad económica, con niveles de capital y liquidez superiores a los mínimos regulatorios.

Al mismo tiempo, en 2023 se consolidó el crecimiento del crédito (17.5%), apalancado principalmente por los mayores depósitos del público (14.5%) y con una adecuada calidad de la cartera, lo que favoreció aumentos en la rentabilidad de bancos y financieras.

Por otra parte, el sistema financiero presentó niveles adecuados de liquidez y solvencia).

En el entorno internacional predominaron los riesgos asociados a la geopolítica, la prolongación de condiciones financieras internacionales estrechas y la desaceleración económica global.

No obstante, la economía nicaragüense se mantuvo resiliente, respaldada por políticas macroeconómicas adecuadas. Por otra parte, la evolución de la economía global también presentó oportunidades para la economía nacional, en particular, la desaceleración económica global menor a la esperada permitió que se mantuviera la demanda externa por productos nacionales, en un contexto de precios internacionales favorables de las materias primas exportables.

Asimismo, la reducción de la inflación global, se traspasó a los precios nacionales, contribuyendo así a la desaceleración de la inflación doméstica.

En cumplimiento con el objetivo de velar por el normal desenvolvimiento de los pagos internos y externos, en 2023 el BCN continuó enfocándose en asegurar la continuidad de las operaciones en los sistemas de pagos y en ejercer las funciones de vigilancia y supervisión de éstos, en un contexto de mayor actividad financiera ligada al crecimiento económico.

Finalmente, el Informe Anual 2023, indica que los estados financieros del BCN reflejaron las diversas acciones de política monetaria, cambiaria y financiera, implementadas.

Así, en el balance general del Banco, destaca el aumento del saldo de las RIB y el aumento de las obligaciones del BCN por depósitos del Gobierno y por valores emitidos con propósitos de política monetaria, entre otros.