En medio del colorido, la alegría y el orgullo que representa el mes de mayo en la Costa Caribe de Nicaragua, tuvimos la oportunidad de conversar con Olidayra Masís, Reina de la Costa Caribe Sur y Princesa de Nicaragua. Una joven que lleva en su corazón el firme compromiso de visibilizar a su comunidad, su cultura y las tradiciones que distinguen a nuestra nación.
“Mi propósito va más allá de un reinado”, asegura con firmeza. “Soy de una comunidad rural llamada Bocana de Paiwas. Desde pequeña soñé con salir adelante y lo logré gracias a una plataforma que me permitió mostrar quién soy y de dónde vengo. Porque para eso son estos espacios, para dar a conocer historias reales de lucha y superación”, relata emocionada.
Olidayra representa a cientos de jóvenes nicaragüenses que, desde las comunidades más apartadas, buscan abrirse camino con esfuerzo, orgullo y mucho amor por su tierra. Y precisamente ese amor se expresa con fuerza en cada celebración del Palo de Mayo, una tradición ancestral del Caribe Sur de Nicaragua.
“El Palo de Mayo es más que un baile, es una herencia cultural. Simboliza la llegada de la lluvia, que nuestros antiguos pobladores interpretaban como una bendición de la diosa Mayaya, la diosa del sol. En agradecimiento, celebraban bailando y haciendo sonidos con panas o baldes. De ahí nace esta tradición que hoy se ha convertido en una gran fiesta llena de identidad y orgullo”, explicó.
La Princesa de Nicaragua destacó que el Palo de Mayo representa diversidad, color, folclore y alegría. “En el Caribe nos caracterizamos por amar nuestras raíces desde el más pequeño hasta el más grande. Esa conexión con nuestras tradiciones es lo que nos distingue como región y como país”, dijo.
También resaltó la importancia de valorar todas las expresiones culturales del país, desde el Palo de Mayo en la Costa Caribe hasta el Güegüense en el Pacífico. “El nicaragüense es alegre, cariñoso y acogedor. Eso es lo que proyectamos al mundo y lo que hace que muchos extranjeros se sientan identificados con nuestras celebraciones”.
Con orgullo, reconoció el respaldo que el Buen Gobierno de Nicaragua ha brindado a las nuevas generaciones. “Hoy tenemos más oportunidades que antes. Desde espacios culturales y educativos hasta plataformas de comunicación donde podemos desarrollarnos como profesionales. Haber sido Reina de Belleza me ha proyectado más allá del escenario. Me ha permitido trabajar en medios y crecer como persona. Estamos cumpliendo sueños, siguiendo esa luz que nos lleva a un mejor futuro”.
Para Olidayra, el mes de mayo no es solo fiesta. Es historia viva, es diversidad cultural, es la muestra de un país que camina con paso firme hacia el porvenir, celebrando sus raíces y abriéndole puertas a las juventudes.
Con su voz firme y su espíritu lleno de esperanza, Olidayra Masís es, sin duda, una digna representante de la belleza, la cultura y la dignidad del Caribe y de toda Nicaragua.
