Con el objetivo de romper récords históricos de producción y exportación, el Gobierno de Nicaragua ya puso en marcha el Plan de Producción, Consumo y Comercio 2025-2026, el cual articula a múltiples instituciones del Estado bajo una estrategia de crecimiento económico, generación de empleo y fortalecimiento de la soberanía alimentaria.
Así lo confirmó el Director Ejecutivo del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA), Ricardo Somarriba, quien detalló que este plan no solo responde a una planificación anual, sino a una visión de desarrollo integral y sostenido para el país.
“Estamos integrando todas las capacidades del sistema: desde la producción primaria hasta la certificación y exportación. Se trata de un modelo productivo con enfoque territorial, técnico y basado en la innovación”, expresó Somarriba.
El Plan se ejecuta en el marco del Sistema Nacional de Producción, Consumo y Comercio, con el respaldo del Plan Nacional de Desarrollo Humano, al que Somarriba definió como “el paraguas de la Revolución” que permite articular políticas públicas de manera coherente y efectiva.
Crecimiento productivo y reducción de importaciones
Entre los avances destacados, el funcionario subrayó que Nicaragua ha dejado de importar productos como zanahoria y tomate, y ha reducido considerablemente la importación de arroz. “Cuando este Gobierno asumió, el país producía el 42% del arroz que consumía. Hoy estamos en 72% y seguimos creciendo”, aseguró.
Esta mejora responde a la inversión en tecnología, asistencia técnica y formación. Las Escuelas Técnicas del Campo, impulsadas por INATEC, el INTA, IPSA y otras instituciones, han sido clave para capacitar a pequeños y medianos productores en todo el país.
Semillas protegidas y rechazo a los transgénicos
Somarriba fue enfático en señalar que Nicaragua mantiene una postura firme contra el uso de semillas transgénicas, especialmente para consumo humano. Explicó que el país cuenta con un sistema de resguardo de semillas nativas a través del INTA, y que se han establecido controles para garantizar la sanidad y la autenticidad del origen de los productos.
“En su momento se propuso sembrar maíz transgénico para consumo, pero se rechazó rotundamente. Aquí protegemos nuestras semillas. Incluso países como México han buscado semillas nicaragüenses para recuperar áreas libres de transgénicos”, afirmó.
Un ejemplo citado fue la papaya rivense, una variedad autóctona que está siendo promovida para la exportación, incluso con interés de grandes cadenas como Walmart.
Programas sociales y encadenamientos productivos
El Plan también reconoce la importancia de los programas sociales como Hambre Cero, los cuales han transformado la vida de miles de familias. Somarriba mencionó casos de protagonistas que iniciaron con unas pocas manzanas de tierra y hoy tienen hatos ganaderos consolidados, sin necesidad de migrar o depender de empleos externos.
Además, se han promovido alianzas entre productores y empresarios. En Matagalpa, por ejemplo, una planta procesadora de yuca produce harina que se exporta a Centroamérica y Estados Unidos, generando empleo y dinamismo en la economía local.
“Hoy tenemos cuatro plantas que procesan yuca: una de almidón y tres de harina y chips. Estamos fortaleciendo una cadena de valor con grandes oportunidades en el mercado internacional”, añadió.
Nicaragua como referente en la región
Finalmente, el director del IPSA destacó que el modelo nicaragüense está siendo observado en la región por sus resultados positivos.
“En Centroamérica, Nicaragua es ejemplo en producción y sanidad agropecuaria. Nuestro PIB agrícola va en crecimiento porque tenemos una visión clara: garantizar alimentos, fortalecer al pequeño productor y abrir mercados al exterior”, concluyó.
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