El 5 de octubre de 1978, hace 42 años, Manuel de Jesús Rivera “La Mascota” tenía menos de 13 años, cuando fue asesinado cruel y abyectamente por la genocida Guardia Nacional, en el mercado municipal de Diriamba.
El pueblo de Diriamba, vio nacer a Manuel de Jesús Rivera en el año 1965, fue hijo de una recolectora de café. A pesar de su corta edad su osadía y tenacidad lo ayudó a combatir sus limitaciones, se desempeñó en el mercado municipal como cargador de canastos, mandadero, lustrador y otros oficios que le ayudaron a forjar su carácter y espíritu.
Con menos de 13 años, el contexto de su pueblo y su gente lo había convertido en un experimentado combatiente, por su edad y contextura física se ganó el seudónimo de “La Mascota”, defendía Diriamba y sus alrededores activamente de la Guardia somocista.
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Eran alrededor de las 11: 00 de la mañana de ese 5 de octubre, cuando Manuelito caminaba por las calles del pueblo junto a su cuñado, sabiendo que estaba en la mira de los guardias somocistas.
Manuel, atacó una de las patrullas de la Guardia Nacional, luego corrió tratando de refugiarse en el mercado municipal, camuflándose entre el pueblo pero una comerciante lo delató e indicó a la Guardia Nacional el lugar donde se había escondido el muchachito.
La Guardia decidió no capturarlo, sino ejecutarlo en ese momento. Dispararon ráfagas en dirección del lugar donde se había escondido. Entonces sí empezaron a buscar. Encontraron el cadáver y lo arrastraron fuera del mercado, el niño fue acribillado a balazos, por apoyar la Revolución del pueblo que deseaba y añoraba tener un país en paz y prosperidad.
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La gente en ese instante, en especial las mercaderas, lloraron la muerte del niño y protestaron contra la Guardia Nacional, algunas incluso en su cara les gritaron asesinos.
En ese momento, comenzaron días de martirio para sus familiares, debido a que los restos de Manuel fueron trasladados a la ciudad de Managua, por tal razón se realizaron manifestaciones todas las noches exigiendo al tirano Somoza que entregara el cuerpo.
Luego de 8 días, el dictador aceptó entregar el cuerpo a sus familiares, quienes contabilizaron más de 40 orificios de bala.
Somoza decidió entregar el cuerpo de Manuel bajo la condición de que el pueblo no acompañara a la familia en el entierro, para evitar una manifestación ante la dictadura.
Tras 42 años del paso a otro plano de vida de Manuel de Jesús Rivera “La Mascota”, su recuerdo y lucha sigue ferviente.
En su ciudad natal, gracias al triunfo de la Revolución Popular Sandinista se construyó un parque en donde erigieron un mausoleo en su honor, asimismo el mercado municipal donde creció y eludió muchas veces a la Guardia, y el hospital infantil de referencia nacional Manuel de Jesús Rivera o “La Mascota”, son obras que recuerdan la vida de aquel valiente y audaz niño.
¡Manuel de Jesús Rivera “La Mascota”, Presente, presente, presente!
¡Hasta la Victoria Siempre!