“…he comprado el periódico para comprobar una vez más la falta de información”.
Blas de Otero
I
¿De cuándo acá una agencia de prensa se interesa en una fiesta patronal de pueblo?
No se le conoce juventud a ese “desbordado” interés por la “piedad popular”.
Es que nunca los eventos religiosos de Nicaragua “tuvieron el honor” de contar con “enviados tan especiales” de las agencias.
El tope de santos y el ambiente folklórico no eran “temas” para dueños, accionistas y abonados, al punto que jamás entraron en la “agenda” por carecer de “valor noticioso” para la “culta Europa”.
Ahora, de repente, han debutado los “corresponsales patronales”, que no son más que corresponsables de las tendaladas de infundios que les dicta la foránea patronal.
¿Por qué?
Respuesta: “Las primeras agencias de información aparecieron en los países con intereses coloniales: Agence France-Presse, AFP, en Francia, EFE en España, Reuters en el Reino Unido, Wolff, fundada por Bernhard Wolff en Alemania, ANSA en Italia, Associated Press en Estados Unidos”.
Lo dice Wikipedia.
Lógico, no informarán nada bueno de Nicaragua.
Lo deformarán todo.
Estas expediciones mediáticas no son para comunicar a las metrópolis que los católicos, quienes representan el 38% de la población, siguen con sus misas, devociones, rosarios, “Jueves del Santísimo” …
Eso no importa.
Ocultan que la nueva mayoría de cristianos en Nicaragua es no católica: 62% (M&R Consultores, 2022).
Por lo tanto, tampoco darán a conocer que diga lo que diga o mal diga la Conferencia Episcopal, no representa el sentir nacional como festinadamente se encargan de titular, con tal de triturar a Nicaragua.
A la hora de retransmitir su cauda de falacias púrpuras, evitarán detalles incómodos como aclarar que una carta, pastoral o comunicado, es la opinión-posición focalizada de una cúpula que quizás represente a una porción, pero no la cotidianidad de la nación.
Evadirán exponer que, incluso, muchos fieles no están en sintonía con la discordia ni de acuerdo que los obispos mundanos hayan…
Estructurado, urgido y ungido una alianza “autoconvocada” para propósitos nada sagrados en 2018…
Prefabricado “líderes” sin más multitudes que sus ambiciones personales y sus maquinaciones organizadas…
Exigido, “hoja de ruta” en mano, la renuncia de los Poderes del Estado…
Y glorificado los sangrientos tranques para derrocar violentamente al Gobierno.
No reportarán que en Nicaragua a nadie se le sanciona por proclamar a Jesucristo como el Único Mediador entre Dios y la Humanidad.
Ni escribirán una línea para contar que los predicadores en los populosos mercados no son hostigados por los agentes del orden.
Nada dirán de los canales católicos (EWTN, ESNE TV Radio Católica), evangélico (Enlace) y adventista (3ABN) que ofrecen los proveedores por suscripción, amén de las estaciones cristiana.
No están dispuesto a divulgar que no hay un solo prisionero por caminar en la vía pública con una Biblia o por asistir a una Cruzada Evangélica.
O por “bailarle al santo”.
Soslayarán que no hay templos clausurados.
Eludirán que en los barrios andan esparciendo su mensaje libremente los “élder”, jóvenes misioneros estadounidenses y latinoamericanos de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días.
Borrarán de sus cables que las congregaciones de los Testigos de Jehová prosiguen las asambleas en sus Salones del Reino, sus ventas de “Atalaya” y “Despertad”, más sus misiones ya muy conocidas.
Es que…
La realidad no es noticia por tener el “grave defecto” de la verdad.
II
Si cierta “prensa” asiste a una festividad católica es con la expectación de publicar los montajes violentos, esos que esperan de parte de algunos –catequizados en justificar los Niágaras de plata recibidos–, para intentar “ahogar” de inestabilidad a Nicaragua.
Así, en cada despacho tendencioso mantendrán el mantra satánico de “crisis”, “país convulsionado desde 2018”, “persecución a la Iglesia” romana.
Tal actitud de los mercaderes del “periodismo” es lo que Jesús mismo describió, utilizando un refrán con implicaciones escatológicas: “Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto se juntarán los buitres”.
Es que van en busca de alborotos, desórdenes, enfrentamientos, y si es posible, “para no hacer el viaje de balde”, de los heridos, para continuar sus ataques a Nicaragua, a la vez que encumbran liderazgos ficticios.
Estas perniciosas operaciones goebbelsianas son el correlato de los enemigos de la paz y el desarrollo integral de la nación. Y son más que burdas, aun desde el punto de vista de la derecha decente.
Ningún nicaragüense, hablando de decencia, quiere la violencia.
La invocan los que quieren imponer su insidiosa narrativa, esa que descaradamente denominan “defensa de la democracia”.
Toda esta nefasta labor de falsificar lo que acontece en el país viene, de manera más visible, desde hace cinco años.
La prensa venal y los comerciantes de los “derechos humanos” bautizaron a sujetos violentos, apertrechados de armas de guerras y el apoyo de letales francotiradores, en “pacíficos manifestantes”.
Ciudades enteras fueron secuestradas, con edificios, vehículos y maquinarias del Estado incendiados por una piara de sociópatas lanzada, sin misericordia, por anómalos obispos y curas, coludidos con directivos de oenegés que, fraudulentamente, se hicieron pasar como “sociedad civil”.
Una extraña “comunión” uniformada por el odio que demandó, al presidente Daniel Ortega, el acuartelamiento de la Policía “para dialogar”.
“Diálogo” que derrapó en ultimátum al Gobierno para demoler la Constitución y desmantelar el Estado.
Y todavía niegan la intentona del Golpe de Estado.
De eso nada informó la “objetiva” prensa colonial.
Lo que sufrió Nicaragua fueron las secuelas de un tenebroso concordato para tomar el poder, al más oscuro estilo del Secretario de Estado del Vaticano, Eugenio Pacelli, posterior papa Pío XII, con Adolfo Hitler.
III
Donde ningún sacerdote facilitó su parroquia para degradarla en Sinagoga de Satanás, esa ciudad se salvó de caer hasta el fondo del infierno.
San Marcos fue, en lo que se podía, una especie de isla de paz entre Diriamba y Jinotepe.
El párroco, monseñor Francisco Campos Trejos (q.e.p.d.), prácticamente reprodujo también el acontecimiento bíblico que Jesús creó cuando enfrentó a los inescrupulosos que mercadeaban la fe del pueblo, retorcían las verdades eternas y convertían el templo de Dios en cueva de ladrones.
El periodista Alberto Cano recordó que monseñor Campos “FUE EL ÚNICO SACERDOTE DEL DEPARTAMENTO DE CARAZO QUE EXPULSÓ DEL TEMPLO A LOS GOLPISTAS Y LUEGO LES CERRÓ LAS PUERTAS, es por ello que FUE OBJETO DE ODIO VISCERAL Y DESCALIFICACIONES” (Mundo de Noticias, Facebook).
En cambio, la parroquia de Jinotepe fue el Cuartel General del Bajísimo: caverna de monstruos y pesadillas, diría Borges.
A pesar de tanta perversidad, Nicaragua, por la gracia de Dios, avanza en las armonías inéditas de no teñir más “con sangre de hermanos/ tu glorioso pendón bicolor”.
Armonías que fueron impedidas desde la Independencia por el rugido del subdesarrollo de los oligarcas, el eco de sus hijos de casa, y la voz del cañón de sus voracidades de casta, para que Nicaragua fuera del tamaño de su pequeñez moral y mental: una colonia malmatada.
Tan solo un ejemplo de los nuevos tiempos: nadie que sea vigilado, perseguido, violentado sus derechos humanos, celebra, danza y descansa, tranquilamente, en la nación contra la cual los magnates de la desinformación y la manipulación han disparado su artillería de infamias.
La industria del falso testimonio no tuvo más remedio que conformarse con difundir al mundo esa imagen: la del alegre danzante del Toro Huaco.
El varón, en medio del clima festivo de abril, se dedicaba a tomar fotografías con su celular en las fiestas patronales de San Marcos.
Sí. Les “falló” el “show” de “los que aman la prepotencia” de las potencias para destruir Nicaragua, “más que a la inteligencia” de construir la Patria Grande de Rubén, como escribió El Nicaragüense que omitió Pablo Antonio Cuadra.