En la firmeza de la familia y el amor incondicional, Don Alejandro Pérez Selva se erige como un ejemplo palpable. Su hijo, Alex Enrique Pérez, afronta con valentía una discapacidad motora, pero esta realidad no ha desvanecido su anhelo de educación y superación personal.
Cada sábado, Don Alejandro demuestra su apoyo inquebrantable acompañando a su hijo a las clases de Técnico General en Computación en el Centro Tecnológico Alcides Miranda Fitoria de Boaco. En sus palabras, «todo comienza en la familia, en brindar respaldo a nuestros hijos, a pesar de la tecnología disponible y las oportunidades que nuestro gobierno. Hay que aprovechar estas oportunidades, ya que muchos años atrás no existían, especialmente para niños con discapacidad».
La persistencia de Don Alejandro y la dedicación de Alex Enrique son un testimonio de que los sueños no conocen barreras. En un mundo lleno de desafíos, esta familia demuestra que el amor y la unidad pueden superar cualquier obstáculo. Su historia es un faro de inspiración para todos aquellos que enfrentan dificultades, recordándonos que la fuerza de la familia es un cimiento indestructible.
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