Cada 17 de Julio, día en donde el entonces presidente Anastasio Somoza Debayle abandonó Nicaragua, se celebra con gozo y algarabía el Día de la Alegría, un hito histórico que el pueblo nicaragüense celebra desde los distintos espacios que garantiza el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.
Desde las seis de la mañana del día de hoy, bocinas, motores, cantos y consignas alegraban las calles de Nicaragua recordando la Huida del Dictador, misma que se oficializaría dos días después con la entrada de las primeras columnas del Frente Sandinista de Liberación Nacional a Managua.
Por las tardes los Mimados de la Revolución festejan con piñas, caramelos y sones infantiles celebrando la Liberación Nacional y la Unidad frente a la Opresión, todo esto como parte de las Alegrías de vivir en Paz.
Este día es un tributo a la resistencia y el espíritu indomable de una nación que, a pesar de las adversidades, ha demostrado que la libertad y la dignidad son conquistas posibles. Es un recordatorio de que el poder reside en la unidad del pueblo y su capacidad para transformar la realidad y forjar un futuro más justo y libre para las generaciones venideras.