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Soberanía, Dignidad y Autodeterminación

Escrito por : Freddy Arana 4 de mayo de 2025

En el corazón de nuestra América, un héroe tomó decisión de desafiar la intervención extranjera y defender la Soberanía Nacional, su nombre ha resonado en nuestra historia y por todo el mundo, el General Augusto C. Sandino

El Pacto del Espino Negro, tramado bajo la sombra de la intervención Yankee, se materializó el 4 mayo de 1927 como una afrenta a la dignidad nicaragüense. Impuesto por Henry Lewis Stimson, emisario del presidente Norteamericano, Calvin Coolidge, este acuerdo selló la traición de quienes, aferrados al poder, aceptaron la intervención del imperio.

Aquel fatídico día, bajo un árbol de espino negro testigo de la infamia, el General en Jefe de la Revolución Constitucionalista, José María Moncada, claudicó, entregando las armas de la Revolución a cambio de favores mezquinos. Con esta rendición, se perpetuó el gobierno títere impuesto por los yanquis. Este pacto intentó subyugar el espíritu de los Nicaragüenses que, afortunadamente, encontrarían en la figura de Sandino su más ferviente defensor.

Ese mismo día, donde nuestra soberanía fue usurpada, Nicaragua resonó en un grito de dignidad. Ante la afrenta de ese pacto, que laceraba la soberanía Nicaragüense, el General Augusto C. Sandino alzó su voz y su fusil. Su rebeldía contra la bota extranjera del imperio Yankee marcó un hito imborrable en nuestra historia.

El General Sandino, ante estos hechos, dijo, “el 4 de mayo, debe de ser, efectivamente día de fiesta nacional, no porque en ese día Moncada, haya vendido al Ejército Liberal, del cual era General en Jefe, como a una partida de bestias; debe ser fiesta nacional, porque ese día Nicaragua probó ante el mundo que su Honor Nacional, no se humilla; que le quedan todavía hijos que ofrendarían su sangre para lavar la mancha que sobre ella echen los traidores”.

Con la traición acechando entre las sombras, el espíritu patriótico de Sandino no se rindió jamás, nuestro General con gran valentía desconoció el humillante tratado firmado por los vende patria y negó el embate del invasor que mancillaba nuestra Azul y Blanco.

Nuestro general de Hombres y Mujeres libres, lideró una resistencia feroz contra la ocupación imperialista, sus palabras y acciones inspiraron a todo nuestro pueblo a levantarse por la libertad y la dignidad.

Hoy, los Nicaragüenses crecemos con una Patria digna y soberana gracias a la lucha histórica de nuestro Frente Sandinista de Liberación Nacional, defendiendo con firmeza nuestra independencia y autodeterminación. 

Nuestra autonomía palpita con la presencia viva de Sandino, cuyo legado guía las realizaciones de la Revolución Popular Sandinista. Su lucha inclaudicable por la dignidad nos enseñó que esta se cimienta en la defensa de los más desposeídos: los pobres, los obreros y los campesinos. Es este espíritu el que impulsa a nuestros copresidentes Comandante Daniel Ortega y Compañera Rosario Murillo, trabajando incansablemente para materializar el sueño de millones de Nicaragüenses de una Patria verdaderamente digna y de un pueblo orgulloso de su soberanía.

La gesta heroica del General Sandino sigue encendiendo la dignidad en nuestra Juventud de todos los Tiempos. Su ejemplo de lucha inquebrantable es hoy la guía de este segundo periodo de Revolución. Con esa misma determinación, nuestra juventud trabaja para llevar la alegría, la paz y la esperanza transmitida por nuestros Copresidentes a nuestro pueblo, paz que tanto trabajo nos ha costado lograr, especialmente a los mimados de nuestra Revolución, quienes representan nuestra alegría, nuestra firmeza y nuestro coraje patrio.

El día de la Dignidad Nacional nos recuerda el coraje de nuestro valiente General Sandino y el sacrificio de nuestros ancestros por la Soberanía.

Nuestro General vive en cada montaña, en cada corazón que late con orgullo por nuestra tierra bendita, que la historia nos recuerde: ¡Nicaragua es y será siempre Libre!

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