Desde hace 43 años, Nicaragua conmemora el esfuerzo y la entrega de quienes han hecho de la docencia su misión de vida. En 1982, la Revolución Popular Sandinista instituyó el 22 de junio como el Día Nacional del Maestro(a) y Estudiante Normalista, con el objetivo de reconocer el papel protagónico de estos actores en la transformación educativa del país. Actualmente, funcionan ocho escuelas normales a nivel nacional, dedicadas a la formación de docentes para la educación primaria. En estos centros se promueven especialidades como mediación pedagógica, desarrollo infantil, educación especial e inclusiva, y enseñanza multigrado comunitaria, con un enfoque actualizado que responde a las necesidades del entorno escolar contemporáneo.
El camino para convertirse en maestro no es sencillo, pero está marcado por una profunda vocación. Así lo viven estudiantes como Brandón Urbina, quien cursa su primer año de Licenciatura en Educación Primaria. Para él, la docencia no solo implica enseñar, sino también guiar, acompañar y formar seres humanos con valores: “Educar no es llegar a un aula de clase a decir un tema, sino tener el interés para que el niño pueda aprender, para que pueda decir ‘le entendí’. Esto es vocación. El ser maestro es una vocación, una brecha que no solo llevo yo, la llevamos todos mis compañeros que se están formando en esta casa. Hoy en día ser normalista llena de mucho orgullo porque vamos a formar a generaciones que tienen un objetivo: aprender”.
Desde las aulas también se vive el compromiso de los formadores. La profesora Liver Ortiz Zavala, docente de Lengua y Literatura en la Escuela Normal Alessio Blandón, asegura que ser maestra normalista ha tenido un impacto significativo en su vida personal y profesional, “la gratificación más grande es ver a mis futuros estudiantes como profesionales consolidados en toda la extensión de la palabra” añadió. Además, reconoce el respaldo institucional que hoy se brinda a los educadores: “A través de este gobierno revolucionario lo hemos alcanzado… ahora tenemos esa algarabía este 22 de junio que vamos a celebrarlo con nuestros estudiantes en esta familia normalista. Somos ocho escuelas normales que vamos a estar en el mismo sentir, y es un reconocimiento, es una reivindicación de los derechos que nuestro comandante junto a nuestra copresidenta nos ha brindado”.
La metodología de enseñanza también ha cambiado con el tiempo, adaptándose a las nuevas demandas educativas. Hoy, los docentes en formación son parte de un modelo más participativo y centrado en el estudiante: “La pedagogía moderna sugiere que ahora el estudiante es parte integral, es protagonista de su aprendizaje, construye su aprendizaje. Entonces, los nuevos currículos que estamos implementando, a través de la transición de escuelas normales a formación superior, nos mandan a reflexionar que ahora debemos desaprender para aprender nuevos métodos, nuevas formas, nuevas técnicas, trabajar con nuevos recursos, en conjunto con los estudiantes y con la sociedad”.
Este 22 de junio no es solo una celebración simbólica, sino también un acto de afirmación de la vocación, la calidad educativa y el compromiso con el futuro del país. Los maestros y estudiantes normalistas continúan forjando, con cada lección y cada aula, un mejor porvenir para Nicaragua.
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