«La Inteligencia y la Visión de Fidel y de Raúl, su entrega completa al Bienestar y la Felicidad de su Pueblo, así como a la Solidaridad con tantos Pueblos del Mundo, han convertido a Cuba en una Potencia Científica, Cultural, Educativa, Humanista, y Social, a pesar del criminal Bloqueo Imperialista que todavía persiste, y que la Fuerza de la Razón Histórica exige desmontar ya !»
Compañera Rosario Murillo, 24 de julio 2016
El 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes revolucionarios cubanos, liderados por el Comandante Fidel Castro Ruz, protagonizó una de las acciones más relevantes de la historia de Cuba: el asalto al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, y al cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.
Aquel amanecer, 135 combatientes organizados en grupos tácticos intentaron tomar por sorpresa las principales fortalezas militares del oriente cubano. El objetivo era claro: iniciar una insurrección armada contra la dictadura de Fulgencio Batista, reinstalada en el poder mediante un golpe de Estado el 10 de marzo de 1952, que sepultó las aspiraciones democráticas del pueblo cubano.
Fidel, entonces un joven abogado de 26 años, encabezó el ataque al Moncada. A su lado estaba Abel Santamaría, su más cercano colaborador, quien fue capturado, brutalmente torturado y asesinado tras el fallido asalto. También participó su hermano menor, Raúl Castro, junto a decenas de valientes jóvenes que conformaban el germen de una nueva etapa de lucha revolucionaria.
Aunque no se logró el objetivo militar y la mayoría de los combatientes fueron asesinados o encarcelados, el hecho marcó un punto de no retorno en la historia de Cuba. Durante su juicio, Fidel pronunció su histórica autodefensa: “La Historia me Absolverá”, donde denunció los crímenes del régimen y esbozó el Programa del Moncada, una plataforma política con seis puntos esenciales: reforma agraria, industrialización, vivienda digna, empleo, educación y salud para el pueblo. Esos ideales, 72 años después, siguen siendo bandera de lucha.
El 26 de julio se convirtió en una fecha emblemática no solo para Cuba, sino para todos los pueblos que defienden su soberanía, dignidad y justicia social verdadera. Ese acto de rebeldía sembró la semilla de un proceso que culminó con el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959.
Fidel, visionario, comprendió que ningún pueblo podía avanzar sin educación. En 1961 impulsó la gran Campaña Nacional de Alfabetización, que convirtió a Cuba en el primer país libre de analfabetismo en América Latina. Simultáneamente, se fortaleció el sistema de salud pública con miles de consultorios, hospitales e institutos de investigación, consolidando un modelo que hoy es referencia internacional.
A pesar del criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde hace más de seis décadas, Cuba ha defendido sus conquistas, profundizado su modelo socialista y sostenido una política exterior solidaria. Recientemente, el pueblo cubano demostró nuevamente su capacidad científica y su dignidad con el desarrollo de vacunas propias contra la COVID-19, reafirmando que la soberanía también se defiende desde la ciencia.
Hoy, el legado de Fidel y de los Héroes del Moncada sigue vivo en cada médico formado, en cada niño vacunado, en cada aula iluminada por el saber. Cuba no se rinde ni renuncia a su derecho a vivir con dignidad.
