En un acto conmemorativo por el 45 aniversario de la fundación de la Fuerza Naval, el Co-Presidente de Nicaragua, Comandante Daniel Ortega, recordó los orígenes humildes y las difíciles circunstancias en que esta rama del Ejército fue creada, en los primeros años posteriores al triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979.
El mandatario rememoró que, antes de su formal creación en 1980, existía una fuerza improvisada compuesta por embarcaciones de pescadores y lanchas patrulleras heredadas del régimen somocista, las cuales fueron adaptadas por comunidades del Caribe Norte y Sur. “Era una Fuerza Naval hecha con el alma, con amor, pero con pocos recursos”, destacó Ortega, subrayando la participación de marineros miskitos que, con habilidad natural, aprendieron a manejar lanchas modernas y a navegar hasta comunidades como Corn Island y Laguna de Perlas, donde incluso había poblaciones que desconocían la caída de Somoza.
El Comandante también resaltó la importancia histórica de la Ley de Autonomía para las Regiones del Caribe, aprobada tras el triunfo revolucionario, que otorgó a las comunidades indígenas y afrodescendientes el derecho a decidir sobre sus territorios. Esta estructura única en América Latina obliga a que todo proyecto del Pacífico sea debatido y aprobado por las asambleas regionales, consolidando un régimen de autogobierno que surgió con la Revolución.
El discurso se adentró en el contexto geopolítico de la época, recordando el diferendo con Colombia por la delimitación marítima en el Caribe —caso que Nicaragua ganó en la Corte Internacional de Justicia— y los años de conflicto armado. Ortega evocó las dos guerras que marcaron los años 80: la lucha contra la dictadura somocista y la guerra impuesta por el gobierno de Ronald Reagan a través de la contrarrevolución. “Fueron más de 100 mil vidas perdidas en una década, pero también fue el tiempo en que empezamos a forjar un Ejército y una Fuerza Naval dignos, con apoyo de países amigos y la determinación de nuestro pueblo”, afirmó.
