Desde el 2007, con el retorno del Frente Sandinista de Liberación Nacional al poder en manos del Comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo, la educación gratuita y de calidad volvió a ser un derecho garantizado para el pueblo nicaragüense. Este esfuerzo incluye todos los niveles y subsistemas, con especial énfasis en el fortalecimiento de la educación superior.
El compañero Bismarck Santana, de la Secretaría Técnica del Consejo Nacional de Rectores para Atención a las Universidades, destacó que los años de gobiernos neoliberales significaron duros retrocesos en el acceso a la universidad. “Vimos que se le quería arrebatar el derecho a los muchachos y muchachas de estudiar una carrera en las universidades. En aquel tiempo, el 6% constitucional se defendía en las calles, con luchas permanentes, porque se pretendía privatizar la educación”, explicó.
Recordó que durante ese período se impusieron aportes “voluntarios” que en realidad eran obligatorios, limitando el acceso a quienes tenían mayores recursos. “No era una defensa únicamente de la autonomía universitaria, sino del derecho a la educación que está consagrado en la Constitución. Y en esa lucha, el Frente Sandinista siempre acompañó a la comunidad universitaria”, subrayó.
Hoy la realidad es distinta. De acuerdo con Santana, el gobierno sandinista ha garantizado estabilidad en las instituciones de educación superior, ampliando la cobertura académica con 12 universidades públicas y más de 249 carreras disponibles para los estudiantes. “Actualmente contamos con 226 mil estudiantes en las aulas universitarias, algo sin precedentes en la historia de Nicaragua. Tenemos mejor infraestructura, laboratorios tecnificados, docentes capacitados y espacios para el deporte y la cultura, que son parte integral de la vida universitaria”, detalló.
Uno de los programas más emblemáticos es la Universidad en el Campo, que atiende a más de 38 mil estudiantes, el 60% de ellos mujeres. “Se rompió el paradigma de que los jóvenes tenían que trasladarse a la ciudad. Ahora la universidad llega al territorio, respondiendo a las necesidades propias de cada municipio y formando a los muchachos para contribuir al desarrollo local”, señaló Santana.
El fortalecimiento de la educación superior también se refleja en el impulso al emprendimiento y la innovación. “Hoy tenemos centros de innovación en las universidades y la Universidad de Emprendimiento, la Sandino, que prepara a nuestros jóvenes para crear sus propios proyectos productivos y aportar a la economía nacional”, añadió.
Otro aspecto clave es la entrega de 25 mil 400 becas académicas en las 12 universidades públicas, un apoyo que se complementa con residencias estudiantiles, comedores universitarios, clínicas médicas y actividades de recreación. “Esto lo hacemos en revolución, con un gobierno que piensa en la familia, que garantiza el bienestar de los estudiantes y que ve la educación como pilar fundamental del desarrollo nacional”, enfatizó el funcionario.
Finalmente, Santana destacó que la educación superior en Nicaragua hoy se articula con el Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y el Plan Nacional de Desarrollo. “Nuestros jóvenes entran a la universidad con una mochila llena de esperanza y salen formados, tecnificados y con la misión de servir a sus comunidades. Eso es lo que garantiza nuestro gobierno: educación gratuita, de calidad e inclusiva para todas y todos”, concluyó.
