Masaya se viste de gala para celebrar sus fiestas tradicionales, consideradas las más extensas de Nicaragua, al desarrollarse durante cuatro meses consecutivos y reunir expresiones únicas de la cultura popular. El vicealcalde Constantino Tapia, en entrevista especial, destacó que estas celebraciones reflejan la identidad, el sincretismo cultural y la fuerza creativa del pueblo nicaragüense, todo bajo un ambiente de paz y alegría.
Las festividades iniciaron el 15 de agosto con el lanzamiento oficial, donde se presentó el calendario de actividades. Ese mismo día se eligió a la “Novia del Aniversario”, en conmemoración del 186 aniversario de que Masaya fue elevada a ciudad. Posteriormente, cada jueves se realiza la tradicional verbena en el Mercado de Artesanías, con música de marimba, bailes y un ambiente de algarabía que identifica al pueblo masaya. “Somos Patrimonio Nacional, Ciudad Creativa y cuna del folclore de Nicaragua. Masaya lo tiene todo: artesanías, música, tradiciones y un pueblo chichilero, alegre y lleno de identidad”, afirmó Tapia.
Los Agüizotes: fiesta de identidad nacional
Uno de los momentos más esperados es la Fiesta de los Agüizotes, originaria del pueblo indígena de Monimbó, donde los participantes se disfrazan de espantos tradicionales como expresión de burla frente a los miedos colectivos. Aunque en sus inicios se trató de una costumbre local, tras el triunfo de la Revolución adquirió mayor alcance y hoy es reconocida a nivel nacional. Familias de todos los departamentos viajan en buses hasta Masaya para participar en esta celebración, que rescata máscaras de papel y madera elaboradas en talleres artesanales. “Con esta fiesta mantenemos vivos nuestros personajes, que no son los del Halloween extranjero, sino los espantos auténticos de nuestra tradición”, subrayó el vicealcalde.
El Baile de Negras y la sátira popular
Otra tradición destacada es el Baile de Negras, que se celebra en octubre y noviembre. En su primera etapa, hombres y mujeres participan en bailes de fantasía que recorren decenas de casas durante largas jornadas que inician en la mañana y finalizan de madrugada. Ya en noviembre, el Baile de Negras se realiza con hombres enmascarados que danzan entre sátiras, trajes coloridos y expresiones propias del folclore masaya. Junto a ello, sobresale el Toro Venado de Monimbó y el Toro Venado del Malinche, manifestaciones de teatro callejero cargadas de humor popular y crítica social, donde el pueblo reafirma su capacidad de reírse incluso en la adversidad.
Masaya en la Purísima y la economía popular
La influencia de Masaya se extiende también hacia celebraciones nacionales como la Gritería del 7 de diciembre. La ciudad aporta dulces tradicionales, cajetas, maracas, chichiles, pólvora artesanal e instrumentos como los pitos de bambú, elaborados en talleres familiares de Monimbó. “Cada solar de Masaya es un taller donde se conserva la tradición, y muchos de esos productos llegan incluso a países vecinos como Costa Rica y Honduras”, explicó Tapia.
El Mercado Ernesto Fernández, considerado el segundo más grande del país después del Oriental, se convierte en otro punto neurálgico de la vida masaya. Abierto día y noche, abastece a otros mercados de la capital y de diferentes departamentos con frutas, verduras y productos elaborados en la región. “Este dinamismo económico solo es posible porque vivimos en paz. Sin paz no hay fiestas, no hay producción y no hay alegría”, enfatizó el vicealcalde.
Tradición, vivienda y desarrollo
Tapia recordó que, además de la promoción cultural, la Alcaldía de Masaya impulsa programas de vivienda digna como parte del modelo de protagonismo ciudadano. Este año se entregarán más de 200 casas, de las cuales 105 corresponden al programa Bismarck Martínez, donde las familias solo pagan una parte simbólica del costo de construcción, mientras que el resto es asumido por el Gobierno central y local. Asimismo, se edifican viviendas gratuitas para familias en extrema pobreza, garantizando condiciones dignas y seguras.
Invitación a Nicaragua entera
Las fiestas continúan con la elección de la India Bonita, un evento que simboliza la reconciliación entre Masaya y Monimbó, y con el hípico del 21 de septiembre, que en 2021 marcó la reapertura de los desfiles ecuestres tras la pandemia. La invitación está abierta para que visitantes nacionales e internacionales disfruten de este mosaico cultural. “Estamos a menos de media hora de la capital, con carreteras de primer nivel. Llegar a Masaya es sencillo y aquí encontrarán la esencia de Nicaragua: cultura, tradición y alegría”, concluyó Tapia, reiterando el compromiso del pueblo masaya de seguir defendiendo la paz y la Revolución Sandinista.
