A sus 20 años, Iván Villagra ha recorrido casi todo el territorio nacional con un propósito claro: conocer, estudiar y proteger la riqueza natural de Nicaragua. Originario de Belén, Rivas, este estudiante de Biología es un apasionado de la herpetología —rama que estudia anfibios y reptiles— y fundador de la iniciativa Iván Explore, desde donde promueve la educación ambiental y la conservación de especies.
“Desde niño mi vida estuvo enfocada en la naturaleza. Mientras otros jugaban béisbol o fútbol, yo prefería leer sobre animales o pasar horas viendo documentales de Animal Planet y National Geographic. Así nació mi pasión”, relató.
Entre serpientes y conciencia ambiental
Iván convive a diario con especies que para muchos resultan temidas, como las serpientes. Una de sus mascotas es “Chocolate”, una boa imperator de tres años que utiliza en talleres educativos para enseñar a las personas la importancia de estos animales en los ecosistemas. “Son controladores naturales. En muchas fincas los buscan porque ayudan a proteger los cultivos de plagas”, explica.
Aunque confiesa que ha sido mordido en más de una ocasión durante investigaciones de campo, lo asume como parte del trabajo científico: “Mentiroso el que diga que no lo han mordido. Es inevitable cuando se colectan animales para estudiarlos, pero siempre se hace con respeto y cuidado”.
Su especie favorita es la víbora de pestañas (Bothriechis nigroviridis), aunque admite una fascinación particular por las pequeñas ranas y salamandras. “Nicaragua tiene especies endémicas valiosas como la salamandra del Mombacho o la lagartija Mesoscincus managuae. Muchas veces son poco conocidas y debemos darles el lugar que merecen”, señaló.
Un Guardabarranco de corazón
Además de sus proyectos personales, Iván formó parte del Movimiento Ambientalista Guardabarranco, donde llegó a ser coordinador en Rivas. “Me motivó el compromiso que tienen como héroes ambientales. Trabajar de la mano con ellos me permitió involucrarme en proyectos que realmente aportan a la preservación de nuestra flora y fauna”, contó.
Para él, la juventud tiene un papel clave en la protección del medio ambiente, aunque reconoce que todavía falta mayor conciencia: “Son pocos los que realmente se involucran. No se trata solo de ir a limpiar un lugar, sino de estudiar, aprender y comprometerse con proyectos que tengan un impacto real”.
Redes sociales: educación para las nuevas generaciones
Inspirado en su ídolo, el recordado conservacionista Steve Irwin, Iván superó el miedo escénico y hoy utiliza las redes sociales como plataforma para educar. En TikTok, uno de sus videos sobre tortugas alcanzó 5.6 millones de reproducciones. “Eso me alegra porque demuestra que la gente está dispuesta a aprender sin necesidad de morbo. Las redes son un arma de doble filo, pero bien utilizadas son un gran recurso para despertar amor por la biodiversidad”, explicó.
Con su equipo, liderado junto a Leidy Ortiz, graba documentales y produce contenido educativo que busca llegar a jóvenes y adultos por igual. “Cada granito cuenta. Si recogemos una basura, si rescatamos un ave o si dejamos de matar serpientes, estamos aportando. Entre granito y granito se forman grandes playas”, reflexiona.
Un mensaje a la juventud nicaragüense
Villagra invita a los jóvenes a acercarse más a la naturaleza, leer y buscar información científica para combatir la desinformación. “El planeta no es solo de los biólogos ni de los ambientalistas, es de todos. Tenemos la responsabilidad de cuidarlo”, concluyó.
Con proyectos en marcha, capacitaciones sobre manejo de serpientes y recorridos por todo el país, Iván Villagra representa a una nueva generación de nicaragüenses que ven en la biodiversidad no un recurso para explotar, sino un tesoro para conservar.
