Destacadas

Entre risas y tambores, Masaya revive su espíritu ancestral con el Torovenado

Escrito por : Iris Varela 27 de octubre de 2025

Las calles coloridas del legendario barrio indígena de Monimbó, en Masaya, se llenaron una vez más de color, música y tradición con la salida del Torovenado del pueblo, una expresión cultural que combina el arte popular, la sátira, el teatro callejero y la devoción del pueblo.

Esta celebración, que cada año reúne a familias enteras, es una de las manifestaciones más antiguas y representativas de la identidad masayense. En ella desfilan personajes tradicionales, máscaras coloridas, danzantes y músicos que, entre risas y parodias, dan vida a una historia que se ha transmitido de generación en generación.

La alcaldesa de Masaya, compañera Yanina Noguera, destacó que gracias al respaldo del buen Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, que presiden el Comandante Daniel Ortega y la Copresidenta Rosario Murillo, se continúa promoviendo el rescate de las raíces culturales del pueblo nicaragüense.

“Masaya se caracteriza por su comunidad indígena de Monimbó, donde el Consejo de Ancianos ha venido preservando las costumbres y tradiciones heredadas de nuestros antepasados. Hoy, en el corazón de Monimbó, el Torovenado sale a las calles como una representación viva del teatro popular, donde se mezclan la sátira, la fe y la alegría de nuestro pueblo”, expresó la alcaldesa Noguera.

Por su parte, don Rafael Rodríguez Ruiz, miembro del Consejo de Ancianos y conocido como Negal Motoca en Náhuatl, explicó que el Torovenado tiene un profundo simbolismo histórico. “El venado representa la sagacidad del indígena, su astucia y capacidad de sobrevivir ante la fuerza bruta del toro, que simboliza la opresión del conquistador. Es la lucha entre la inteligencia y la violencia, entre la libertad y la dominación”, señaló.

A lo largo del recorrido, los participantes utilizan máscaras artesanales, trajes coloridos y figuras alegóricas que reflejan tanto personajes de la vida cotidiana como figuras del pasado. El pueblo entero participa: hombres, mujeres, jóvenes y niños se integran en una gran comparsa que recorre las calles al ritmo de los filarmónicos, transformando la ciudad en un escenario de historia viva.

“Esta tradición tiene siglos de existir. Nuestros ancestros celebraban las buenas cosechas danzando alrededor de los santuarios y luciendo los cueros de los animales cazados. Con el paso del tiempo, esa costumbre evolucionó hasta convertirse en lo que hoy conocemos como el Torovenado, una fiesta de pueblo, de identidad y de orgullo”, relató Rodríguez.

Además del valor cultural, la actividad genera un importante movimiento económico, impulsando la venta de máscaras, flores, trajes y artesanías elaboradas por manos masayenses. “El Torovenado mueve la economía local y fortalece el trabajo de nuestros artesanos. Aquí se une la cultura con la prosperidad del pueblo, siempre con el apoyo de nuestro buen Gobierno”, agregó.

Entre los participantes, también se observó la presencia de niños y jóvenes, quienes representan el relevo generacional encargado de mantener viva esta herencia. “Nuestro compromiso como Consejo de Ancianos es empoderar a las nuevas generaciones, porque son ellos quienes seguirán preservando nuestra identidad”, resaltó don Rafael.

Con su mezcla de arte, devoción y rebeldía, el Torovenado del pueblo sigue siendo un emblema del espíritu masayense: una expresión de orgullo, resistencia y alegría que reafirma el amor del pueblo por su historia, su cultura y su identidad nacional.