Barricada

La abanderada de los humildes sigue diciéndonos que transformar la realidad es posible

“¡Sólo basta que los pueblos nos decidamos

a ser dueños de nuestros propios destinos!

Todo lo demás es cuestión de enfrentar al destino“

Hace 100 años, el 7 de mayo de 1919, nació la argentina María Eva Duarte, conocida mundialmente como Evita Perón, apellido que adquirió al casarse con el Presidente argentino Juan Domingo Perón.

Evita ha sido una de las mujeres más influyentes de la historia política argentina. Adorada por el pueblo, odiada de manera feroz por la burguesía de su país. Batalló para que la mujer pudiese votar, obteniendo el sufragio universal en Argentina y fundó el Partido Peronista Femenino. Su profundo amor para los más necesitados, su compromiso con la justicia social y su inmenso carisma, la transformaron en leyenda. Barricada/Historia reflexiona hoy sobre su figura. La “abanderada de los humildes” sigue viva en los millones de hombres y mujeres que se identifican con su proyecto político, porque como decía ella: “No hay nada que sea más fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre, soberano”.

Los 100 años

Con la etiqueta #Evita100Años, las redes sociales desde temprano han empezado a homenajear los 100 años del natalicio de Eva Duarte de Perón, a la cual su pueblo siempre llamó Evita.

La Ex Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner recordó la efeméride con un tweet desde su cuenta personal.

Un sinnúmero de actividades se desarrollarán hoy en la Argentina y en los próximos meses para recordar el centenario del natalicio de Evita.

Ayer en Los Toldos, su ciudad natal, se realizó una vigilia y diversas actividades para recordarla.

Pero están previstos también varios eventos culturales, tanto en el Museo Evita (barrio porteño de Palermo) como en la Feria del Libro que se realiza en el predio de la Sociedad Rural, en la ciudad de Buenos Aires.

¿Quién era Evita?

Eva Duarte de Perón, nació en Los Toldos el 7 de mayo de 1919. Hija ilegítima de Juan Duarte y de Juana Ibarguren, vivió pobremente en su pueblo natal hasta que a los dieciséis años huyó a Buenos Aires. En la capital argentina trabajó como actriz en pequeños locales y en la radio, y a partir de 1935 comenzó a gozar de cierta popularidad.

En tales circunstancias conoció al coronel Juan Domingo Perón, con quien se casó en 1945. Este mismo año, Perón fue destituido de sus cargos de la secretaría de Trabajo y de la vicepresidencia de la nación y confinado en la isla de Martín García. Entonces mostró Eva su gran energía y carisma para conectar con los sectores nacionalistas del ejército afines a su marido y con los trabajadores, que se habían beneficiado de las medidas sociales impulsadas por Perón desde su puesto.

La campaña de agitación social que emprendió Evita culminó el 17 de octubre, cuando miles de trabajadores, a los que ella llamó «descamisados», ocuparon el centro de Buenos Aires para exigir la libertad del político, en una de las mayores manifestaciones populares habidas en el país hasta entonces.

Una vez liberado, Perón se presentó a las elecciones de febrero de 1946 y obtuvo un rotundo triunfo. A pesar de la popularidad de que gozaba, ella no aceptó ningún cargo oficial y prefirió impulsar una política social desde la presidencia de una fundación que llevaba su nombre. Financiada con fondos públicos, la Fundación Eva Perón repartió ayudas sociales a los más necesitados.

Evita, como habían comenzado a llamarla las clases populares, se convirtió […]  en el enlace del presidente con las organizaciones obreras, principalmente la Confederación General del Trabajo (CGT). Su particular preocupación por la situación de la mujer la llevó a fundar en 1949 el Partido Peronista Femenino y a promover desde él medidas orientadas a una mejor integración de la mujer en el mercado laboral.

Gracias a su intervención, la legislación laboral articulada durante la primera presidencia del general Perón se tradujo en unas mejores condiciones de vida de los trabajadores y de los sectores hasta entonces marginados de la sociedad argentina […]

En 1951, año en que publicó su autobiografía La razón de mi vida, la CGT la postuló como candidata a la vicepresidencia. Sin embargo, la propuesta topó con la férrea oposición de las Fuerzas Armadas, que veían en ella una amenaza en su calidad de portavoz de la línea más radical y reivindicativa del peronismo. Por otro lado, la propia Eva era reacia a aceptar cargos públicos, convencida de que la eficacia de su labor estaba en la proximidad de su relación con la gente. Además, el conocimiento de la grave enfermedad que la aquejaba la indujo a renunciar a la candidatura en un emotivo acto en el que se dirigió a la multitud desde el balcón de la casa de gobierno.

Su muerte significó el inicio de la decadencia del régimen peronista, que tres años más tarde fue derrocado por un golpe militar. Para evitar el peregrinaje popular a su tumba, los militares secuestraron y trasladaron el cadáver de Eva Perón a Italia y más tarde a España. En 1975 el gobierno argentino (presidido por la que había sido la tercera esposa del general, Isabel Martínez de Perón) llevó de nuevo a Argentina los restos mortales de Eva Perón.

La abanderada de los humildes

Evita solía decir que le era imposible explicar por qué sentía tan hondamente y con dolor la injusticia y por qué no terminó nunca de aceptarla como cosa natural. Sus palabras desnudan ese profundo compromiso que tenía con los más necesitados y el gran desafío de construir una nueva realidad que contuviera a todos […]

Este año provee una oportunidad única para reflexionar sobre su vida, su tiempo y las maneras de promover su legado […]

La preocupación de Eva Perón por proteger los derechos de las minorías y de los sectores más vulnerables, permitiéndoles su inclusión y reconocimiento, es una de las más auténticas y fieles expresiones de justicia que haya conocido la historia. Sus 33 años de vida fueron un ejemplo de lucha y compromiso contra la injusticia.

Su obra siempre fue un puente que acortó distancias. Nos dejó como legado el poder de las convicciones y su lucha por transformar la realidad. Hoy las nuevas generaciones la adoptan como ícono y es una inspiración para nuevas luchas por la igualdad y la libertad. Evita sigue despertando pasiones en el mundo.

10 frases de Eva Perón para Argentina

«Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas». —

«Yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria» —

«Donde existe una necesidad nace un derecho».—

«Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi patria. Y me sentiría debidamente, sobradamente compensada si la nota terminase de esta manera: De aquella mujer sólo sabemos que el pueblo la llamaba, cariñosamente, Evita». —

«De nada valdría un movimiento femenino en un mundo sin justicia social». —

«Queremos una Argentina pacífica, poderosa y soberana y una masa de trabajadores unida y feliz como ninguna en el mundo. Queremos el bienestar de los trabajadores, la dignificación de los humildes y la grandeza de esta patria que Perón nos ha dado y que todos debemos defender como la más justa, la más libre y la más soberana de la Tierra». —

«Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar».—

«Solamente los fanáticos -que son idealistas y son sectarios- no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran». —

«Lo único que debemos hacer es adquirir plena conciencia del poder que poseemos y no olvidarnos de que nadie puede hacer nada sin el pueblo, que nadie puede hacer tampoco nada que no quiera el pueblo. ¡Sólo basta que los pueblos nos decidamos a ser dueños de nuestros propios destinos! Todo lo demás es cuestión de enfrentar al destino».—

«Ahora si me preguntasen qué prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo. Cuando un pibe me nombra Evita me siento madre de todos los pibes y de todos los débiles y humildes de mi tierra. Cuando un obrero me llama Evita me siento con gusto compañera de todos los hombres.“ —

Con Información de:

MUSEO EVITA

TeleSUR

TeleSUR

Biografías y Vidas

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