Barricada

Algunos sí aprendemos

¡Bendita normalidad! Derechos restituidos y hasta mejorados. Progreso y revolución constante, socialismo perceptible hasta en la lluvia, entonces, ¿Cuál es el problema? Maldición de Malinche.

Es fácil hablar de lo que pasó en Nicaragua: los pobres creciendo y los ricos manteniendo su capital de siempre. Latinoamérica entera progresando y el imperio yanqui temblando de miedo. El águila, ya tradicionalmente, tiró moneditas a la burguesía cínica. Es la lucha de siempre: burguesía contra proletariado, ¿Cómo? manipulando como arañas, tejiendo con precisión asesina. Sí, asesina.

Managua linda, llena de luces. Me atrevo a decir que nos estábamos convirtiendo en una ciudad de papel, o casi mecánica.   Por la mañana y la tarde las calles hasta donde no es de vehículos, las rutas de transporte urbano llenísimas, la gente trabajando, jóvenes llenando las aulas de las universidades, los niños y niñas estudiando.

Los pobres vivíamos bien e íbamos mejorando. Yo todavía tengo memoria de cuando, en los inviernos groseros, se pasaba el agua por el techo de la escuelita pública a la que iba; la maestra corría acomodar a más de cuarenta chavalitos, a un lado del aula para que no nos mojáramos. También me acuerdo cuando se “iba la luz” desde las seis de la tarde. Seré joven, pero me acuerdo de varias cosas, como dice Silvio Rodríguez en Canción del Elegido: Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida”

No todos olvidamos. Algunos sí aprendemos.

En el dos mil seis reconquistamos la victoria, otra etapa de nuestra revolución. El Frente Sandinista de Liberación Nacional llegaba al gobierno a través de las urnas electorales, con una nueva metodología de victorias que, a su vez, llevaba como sol, la dialéctica de nuestros ideólogos. Progreso, progreso y más progreso.

El progreso nos concedió otra victoria contundente en dos mil doce, nunca fue una victoria fácil, las victorias son de naturaleza compleja, son de lucha infinita. Se fue reconstruyendo al país, poco a poco, las cosas mejoraban, por supuesto que costó, pero se hizo con amor, la victoria de los pobres, de los obreros.

Entre dos mil doce y dos mil quince se continuó trabajando, de frente con el Frente. Victorias y más victorias. Donde se siembra amor, se cosecha amor. El trabajo de amor del Frente Sandinista de Liberación Nacional fue parejo para todo el pueblo, a todos se trataba por igual, porque somos nicaragüenses, al fin y al cabo. Equidad. Fue así como se nos concedió una victoria contundente en dos mil dieciséis, bajo el asedio de siempre y con profunda observación internacional que validó un proceso electoral absolutamente transparente.

Las arañas asesinas siempre han existido, no paran de tejer, son constantes. Dicen que una gota constante en una piedra hace un hueco, eso pasó.

Unos cuantos regresaban a lo mismo: los burgueses imitando la cultura gringa, culturas de esclavismo, fascismo por todas partes. Sigue en ellos la Maldición de Malinche.

 

“Y les abrimos la casa,

y les llamamos amigos.

Pero si llega cansado,

un indio de andar la sierra,

lo humillamos y lo vemos

como extraño por su tierra.

¿Cómo se hizo el hueco en la piedra? Fue un proceso de enajenación cultural intenso. Facebook, twitter, instagram, publicidad en televisión, noticieros, diarios, radios. Psicología, o más bien, manipulación cruel y sucia. Una  campaña completa, se invierte mucho dinero en esto, dinero que podría invertirse en progreso.

Nicaragua entera tiene un enemigo: Estados Unidos de Norteamérica. No es que busquemos enemigos, pero ellos nos sienten como piedra en el zapato.Unos sabemos de sus patrañas, otros creen que es juguete o locura de uno, pero es real, es suciedad latente y persistente.

Los intereses económicos de los grandes vende patria siempre tienen que crear el caos, ¿Cuál es el problema con el progreso de los pobres?

Las intervenciones gringas no siempre son armadas, yo les digo intervenciones mentales, “lavados de cerebro”. Pero cuidado: que las intervenciones ideológicas son sólo la introducción, como decía, el águila es suciedad latente, y persistente.

Miles excusas pudieron existir para aplicar el “golpe suave”, primero fue la crítica feroz ante el incendio en la reserva Indio Maíz. Clásicas patrañas, ya las conocíamos, las aplicaron en la hermana Patria Grande.

Creyeron que iban a engañarnos: “¡Que se rinda tu madre!”. Qué indignación sentimos ante semejante falta de respeto: utilizar consignas del Sandinismo Vivo, gritos valientes de Héroes nuestros.  ¿Aja? Por eso el progreso se respira en cada palmo de nuestra Nicaragua, por eso la pobreza se redujo, por eso van por las calles faltando el respeto a quién quieren y siguen tranquilos, disfrutando de la represión; también es por eso que se plantan dentro de las universidades privadas a hacer sus circos y utilizan las iglesias de cuarteles. Parece una mala película de terror, se pretendía que fuera de terror, pero resultó ser una comedia fastidiosa y estúpida, publicidad convincente y contenido mediocre.

Sí, hubo zozobra, dolor, inquietud, muerte, miedo. Creyeron que iban a acabar con el Sandinismo; ingenuos. No inocentes, la burguesía no es inocente, tienen un historial inmundo.

El fascismo ha sido como una configuración especial del chip incrustado en sus corazones ¡ojalá estuviera solo en su mente!Hay heridas que nunca cerraran del todo, hubo tantos hermanos que fueron asesinados por los intereses de la derecha fascista. No necesitábamos que se derramara ni una gota de sangre más. Pero tenemos nuevos mártires, héroes de la paz y del amor, caminantes que nos alumbran hoy el camino, gente que nunca se vendió ni se rindió y no negó su naturaleza revolucionaria.

¿Y los “valientes estudiantes”(guerrilleros de juguete)? Se fueron del país, ya promovieron toda la destrucción que estuvo en sus manos y, ahora que fracasaron, huyen al imperio. Los delincuentes fueron amnistiados por la ley, aunque jamás olvidaremos lo que hicieron, ahora también huyen al imperio o a sus patios traseros.

Mientras Nicaragua tenga hijos que la aman y estén dispuestos a dar la vida si esa es la condición de la libertad y soberanía absoluta, podremos decir ¡Aquí Nicaragua Libre! Con contundencia y corazón. Y vaya que el semillero que se nos ha dado con la cosecha Revolución no será exterminado nunca.

¡Hasta la victoria siempre!

por Alfonsina Martínez.