Por: Stanlin Vladímir
Hablemos claro, los Sotanudos de Nicaragua decidieron entregarse más a la carne que al espíritu. Pero siempre quieren aparentar lo contrario porque ya sabemos que ellos son profesionales de la Fe. Tampoco son dundos, vieron que en sus bodegas ya escaseaba el vino de consagrar, el cual ellos se empinan como cualquier borrachito de barrio, además, ya la feligresía no quería dejarles ofrendas porque la gente sabe que eso al final va para pagar los vicios y deseos carnales de quien administra esa parroquia.
La Conferencia Episcopal también se dio cuenta de que las ovejas ya no querían ir a los templos, porque los púlpitos se volvieron tarimas políticas y por ende sus ingresos bajaron considerablemente; por ello decidieron matar dos pájaros de un solo tiro. Entonces se metieron en el rentable negocio de las comunicaciones, aunque ya eran dueños de un emporio de medios de comunicación y a su vez descarados evasores fiscales.
El 06 de enero de 2011, la Conferencia Episcopal de Nicaragua parió el canal católico de Nicaragua para transmitir solamente desde el Internet, pero el 22 de febrero de 2014 inició sus transmisiones por el sistema de cable desde el Canal 51. El cuento es que querían que la palabra de Dios pudiese llegar a más personas haciendo uso de la nueva era digital. Algo totalmente falso porque lo que menos hacían era hablar de Dios y más bien el Canal era utilizado por los sotanudos a los que les gusta proyectarse y lucirse, como viejos pavorreales. La CEN y los curas se echaban a la bolsa sus billetitos porque, además de no pagar impuestos al Estado, alquilaban espacios y pautaban comerciales publicitarios.
Pero todo cambia en el 2018 cuando la iglesia católica, por medio de sus «Comandantes sotanudos», decide encabezar el cobarde intento de golpe de Estado contra nuestros líderes Rosario y Daniel. Por lo tanto, todo el aparato mediático de la Iglesia se enfila contra el Gobierno sandinista y el Canal Católico se transforma en el Canal Diabólico. El 15 de abril de 2018, en un programa deportivo, un cronista que no tiene ni un pelo de buena gente hizo una declaración fascista.
«¿Ah… ¿Qué si podemos resistir 3 millones de muertos? Creo que sí. Podemos resistir 3 millones de muertos, y ellos seguirán sin poder avanzar un centímetro. Así que no importa cuantos caigan, no importa cuantos mueran, pero están liquidados».
El mentado cronista agregaba que era necesario para sacar a Daniel Ortega del Gobierno y sumaba que eso le fortalecía el espíritu porque todos los días se le daba un golpe a la mandíbula del poder y terminaba golpeando la mesa de la cabina del «Canal Diabólico de Nicaragua». Pero este canal del diablo prosiguía con sus transmisiones diabólicas, el 16 de abril del 2018 en un acto sin precedentes se prestaba para transmitir el show de diálogo en el que los obispos en pleno bendijeron el golpe de Estado en curso que se daba contra el Gobierno legítimo del comandante Daniel y la compañera Rosario.
Siguiendo con su cruzada del mal, el Canal Católico o mejor dicho el canal diabólico acompañó al Cardenal Brenes Quaker y al Sargento Silvio Báez, el 9 de julio de 2018 hasta la basílica de la ciudad de Diriamba porque ambos sotanudos llegaron desesperados para rescatar a tranqueros asesinos que habían torturado a sandinistas dentro de la basílica en complicidad con el cura que estaba a cargo. Ese canal del diablo tergiversó la verdad y mintió, desinformando que los golpistas y asesinos que el pueblo había descubierto en el interior de la iglesia, eran inocentes palomas y además victimizaron a Brenes y Báez afirmando que habían sido agredidos.
En los 3 meses que duró la intentona golpista, este canal del diablo jamás denunció los crímenes que la derecha ejecutaba contra el pueblo, jamás pidió que se levantaran los tranques de la muerte y, por último, uno de sus actos fue transmitir y a la vez apoyar cuando la manada de obispos encabezada por el Cardenal Brenes llegó hasta la vieja casa presidencial a «leer la cartilla» al Presidente y a la Vicepresidenta para que dejaran el poder y se lo entregaran empacado y en caja de regalo a la oposición asesina.
Atendiendo el llamado del pueblo que exigía ponerle fin a la campaña de odio generada por el supuesto «canal católico de Nicaragua», las operadoras de cable sacaron de su parrilla al canal 51, devolviendole la paz al pueblo. El canal diabólico se mantiene actualmente de forma virtual, pero ya sabe que nunca más podrá repetir su cruzada de odio y de muerte.