Por: Stalin Vladímir Centeno
Las torpezas, su impopularidad, su mal gobierno, el desempleo, los altos costos en la salud y el difícil acceso a las medicinas, el apoyo económico y militar a Ucrania, la inflación, el respaldo de su administración al genocidio cometido por Israel en Gaza y el divorcio de los demócratas con la clase pobre trabajadora fueron el endoso que Joe Biden le dio a Kamala Harris y por ende mientras el octogenario se retiraba o lo retiraron abruptamente de la campaña electoral, no se fue sin antes dejarle a Kamala en la mesa una factura grande por pagar y que este pasado 05 de noviembre el pueblo norteamericano le cobró a ella y hasta con intereses.
Las elecciones en Estados Unidos fueron fantasmagóricas. Por un lado Trump asustaba a los votantes que si apoyaban a Kamala Harris la economía de estos se iría al traste y el hambre los tomaría por asalto, por su parte Kamala advertía al electorado asustándolos también de que votar por Trump sería apocalíptico, porque Trump encarcelaría a las mujeres que aborten, desuniría a las familias indocumentadas, se uniría a Putin, Kim Jong-Un y Xi Jinping, además endurecería las políticas migratorias y que también era un empresario que improvisaba en política y que no podría dirigir a esta nación. Al final el fantasma del hambre pudo más y la gente votó con el estómago y le perdió el miedo a la masiva deportación migratoria.
Kamala Harris hizo campaña por tres meses y 17 días, todo estaba a su favor, había limpiado el piso con Donald Trump en un debate televisado con récord histórico de audiencia, era la buena de la película luchando contra el villano, encarnaba a la exfiscal vs el convicto condenado por 34 delitos penales más un caso civil de abusos sexuales. Pero además, Kamala había recuperado la esperanza de los demócratas por retener el poder y alcanzó una recaudación récord en fondos (1.000 millones de dólares en menos de tres meses) además contó con el respaldo mediático de los Clinton, los Obama, celebridades como Julia Roberts, Robert De Niro Taylor Swift, Benyoncé, Jennifer López, Oprah Winfrey y Arnold Schwarzenegger, entre otros.
Kamala quizás hoy se esté lamentándose por haber elegido como su fórmula presidencial al gobernador de Minnesota Tim Walz cuya misión era conquistar el voto de los blancos ya que Kamala es afroamericana, pero Waltz no fue aceptado por los votantes ya que jamás comprendió el verdadero problema que hoy los estadounidenses enfrentan como es la pésima economía, mientras el candidato vicepresidencial andaba orinado fuera del huacal.
Trump es un magnate de los bienes y raíces y tiene afilada su lengua por lo tanto utilizó su labia para vender ilusiones a unos hambrientos y desesperanzados electores a los cuales les prometió sin decir cómo lo haría, que los tiempos de las vacas flacas habían terminado que con él era la hora de las vacas gordas y que todos tendrían comida en sus mesas, trabajo, riquezas y abundancia mientras que Kamala perdió tiempo en retratar lo que todos ya sabemos, que Trump es un tipo desalmado, ordinario, delincuente y enemigo de los pobres y despiadado.
En la madrugada del miércoles, cuando Harris vio que era imposible remontar la elección decidió llamar por teléfono a Trump a quien felicitó por el triunfo y le prometió una transición pacífica del poder. Horas más tarde desde una universidad pronunció un discurso en el que remarcó:» Aunque admito la derrota en estas elecciones, no admito la derrota en la lucha que ha alimentado esta campaña: la lucha por la libertad, por la oportunidad, por la justicia y por la dignidad de todas las personas», dijo Harris a un auditorio formado por varios miles de personas, muchos de ellos muy jóvenes, que no podían contener las lágrimas. Entre los que lloraban visiblemente estaba su candidato a vicepresidente, el gobernador del estado de Minnesota, Tim Walz.
Los demócratas tendrán tiempo para reflexionar pero seguramente ya echaron una mirada a Michelle Obama a la que seguramente lanzarán para Presidenta una vez concluya el mandato del convicto Trump.