Por: Stalin Vladímir Centeno
El domingo 13 de junio del 2021 la Policía Nacional con orden judicial en mano, llegó a la vivienda del golpista Hugo Torres. Cuando la policía entró a su casa, Torres estaba escondido, acobardado, debajo de la cama y temblando de miedo como un ratón. Definitivamente es muy sabio aquel refrán que dice; «no es lo mismo verla venir que platicar con ella».
Pero a Hugo Torres no se le apresó por ser miembro del movimiento «UNAMOS» antes Movimiento de Ratas del MRS, o porque era viejo feo y bigotudo, ni tampoco por ser opositor. Al tal Hugo Torres, la policía lo detuvo por ser un vil delincuente, nuestra institución del orden público, actuando de manera formal, respetando sus derechos humanos procedió a notificarle el motivo de su detención:
«Siendo estos, realizar actos que menoscaban la independencia la soberanía y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización, proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones, demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos, y lesionar los intereses supremos de la nación, de conformidad con el artículo 1 de la Ley No. 1055 “Ley de Defensa de los Derechos del pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz”.
La Policía Nacional en cumpliento de las leyes de nuestro país llevó en ese entonces al acusado ante las autoridades judiciales donde sería procesado por los delitos antes mencionados. Hugo Torres, a pesar de que en 2018 quiso golpear a la institucionalidad, desconocer y despreciar la voluntad de todo un pueblo que de manera firme pero con amor decidió respaldar al Gobierno de la Compañera Rosario y del Comandante Daniel, así como pretender desaparecer las instituciones del Estado, abolir al Ejército del cual él, en el pasado había sido parte y luego renegó de tan prestigiosa institución y aún cuando se llenaba la boca vociferando que vivíamos bajo una supuesta dictadura, a pesar de eso y más.
A Torres, se le trató con dignidad mientras estuvo detenido y bajo proceso judicial. Se le permitió de forma constante la visita de sus familiares, se le daban sus medicinas en tiempo y forma, porque quienes conocieron en vida a Hugo Torres sabían que él, era un sujeto con múltiples enfermedades crónicas por lo tanto no mientan al afirmar que Torres se enfermó por culpa de la cárcel. Este hombre que actuó y mostró desprecio desde la oposición y también desde el momento en el que decidió dar un paso adelante para traicionar al Frente Sandinista de Liberación Nacional, jamás se le sometió a ningún tipo de tortura mientras estuvo preso.
El 12 de febrero del año 2022 el Ministerio Público de Nicaragua, informaba a los nicaragüense el fallecimiento de Jorge Hugo Torres Jiménez, por causa de enfermedad. Además la institución reiteraba que desde el momento que presentó deterioro en su estado de salud, fue trasladado a un hospital de la capital para ser atendido de manera adecuada, donde siempre estuvo acompañado por sus hijos Hugo Marcel y María Alejandra, así como por su yerno, Alejandro Ernesto Martínez, sin embargo, falleció a causa de los padecimientos que tenía. Es importante destacar que mucho antes de su fallecimiento, el Ministerio Público efectuó un acto de humanismo que es digno de reconocer y de aplaudir y es que al tener conocimiento de la gravedad de su enfermedad, por razones humanitarias, pidió a la autoridad judicial la suspensión definitiva del inicio del juicio oral y público, lo que fue autorizado por el judicial.
En conclusión, Hugo Torres nunca fue un preso político, sino un delincuente común que se fue de este mundo sin pena ni gloria, pero plenamente convencido que la historia no lo absolverá…