Hubo en la historia un tal Reagan, ser sanguinario y déspota que violó incansablemente el Derecho Internacional, las leyes internas de su país, camufló armas como «ayuda humanitaria» para los contras, financió la guerra impuesta en la década de 1980 y de paso nos «regaló» más de 50 mil muertos, embargó económicamente al país con tal de que el Sandinismo dejara de ser gobierno y en aquellos años, el pueblo fue el que sufrió las inhumanas consecuencias del «diálogo de las armas», nombre que se le dio a las políticas impulsadas desde la administración norteamericana porque no creían ni querían una solución pacífica del conflicto.
Por lo tanto, no será la primera vez de que el pueblo de Nicaragua sufra las arremetidas que surgen desde las entrañas de los Estados Unidos. Ayer, al igual que hoy, un grupúsculo de «nicaragüenses» cabildearon, por no decir rogaron o se arrastraron en las oficinas de algunos congresistas para que se tomaran «medidas» en contra del gobierno Sandinista.
Poco o nada les importó de que habría consecuencias que afectarían al ciudadano «de a pie», el que vive «coyol quebrado, coyol comido» porque sus ansias de poder y su odio irracional no les permite ver más allá de sus propios intereses mezquinos
Los vende patria toman por sus manos el látigo de la «Nica Act» para azotar la espalda del pueblo trabajador, tal y como se hacía en los tiempos de la esclavitud en la tierra de las barras y las estrellas. Desde su perspectiva y obsesión de «todo o nada» el pueblo también debe pagar el «grave delito» de ser indiferente ante sus «propuestas» (que no tienen) y al no contar con el voto popular les resulta más fácil tomar un «atajo» que se traduce en golpes de Estado fallido, lluvia de «fake news», «muertos» que no han muerto, «secuestrados» que no están secuestrados, asesinatos de odio, utilización con fines políticos de la memoria de las personas que verdaderamente perdieron la vida durante los meses del golpe fallido, boicot a pequeños negocios por no sumarse a su absurda obsesión y su reina, la infame «Nica Act» que es dueña de la «dignidad» de sus promotores trasnochados. Si alguien lee este artículo dirá o pensará que la lista de bajezas es mucho más larga, pero sería casi interminable mencionar todo.
Y todavía resulta más indignante y grotesco de que sus principales promotores manden mensajes constantemente, pero sin eco, gracias a Dios y a la sabiduría del pueblo, tales como; «No salgan, no trabajen, no compren, no coman, no respiren», «nada está normal», desde la comodidad lujosa de sus yates, islas privadas, los más caros restaurantes nacionales y extranjeros, gozando de los más finos licores y manjares. Al final, ellos pueden hacer con su dinero lo que les plazca, pero no tienen derecho a «exigirle» la pueblo a hacer algo que ellos mismos no están dispuestos a hacer: sacrificarse.
No aman a Nicaragua aquellos que después de ser los creadores y promotores intelectuales de la «Nica Act» estarán muy cómodos en un palco, viendo cómo el pueblo sufrirá, con un trago del más fino whisky y con la boca llena gritarán desde arriba; «resistan, resistan que esto lo hacemos por por ustedes».
La inmensa mayoría del pueblo no nos tragamos la mentira de que las sanciones únicamente van dirigidas a afectar al gobierno, nos afectará a todos por igual y por si queda duda de que el principal objetivo del Comandante Daniel Ortega es el bienestar del pueblo, en el comunicado del lunes 6/05/19 expresa de que el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional exige que las sanciones contra el pueblo no sean aplicadas y que en el caso de las sanciones individuales no son de interés nacional.
Habrá uno que otro «tonto» que se dejará embaucar con las mentiras de los cínicos vende patria, sin embargo ese mismo «tonto» no alcanzará en el palco de lujo y también sufrirá las consecuencias de las sanciones unilaterales impuestas por los que se creen «dueños del mundo» y que actúan al margen de la ley.
Todos debemos estar unidos y rechazar las sanciones contra el pueblo, repudiar a sus promotores vende patria y regresarles el vuelto. Esas personas no deben si quiera llamarse a mismo nicaragüenses, son una vergüenza nacional.
Aldo Javier Morales Almanza
Juventud Sandinista 19 de Julio
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