Por: Stalin Vladímir Centeno
Se llama Félix y también es negro, pero aclaro que no se trata de Félix el gato, aquel personaje animado del cine mudo que tenía un pelaje negro ojos blancos y amplia sonrisa. El Félix al que hoy me refiero es Félix Mara-Diaga. Sí, ese mismo el que como Pedro negó tres veces al «Viper» el gordo de la UPOLI, jurando hasta con los dedos de los pies que no lo conocía, pero el «Viper» lo quemó en el juicio y dijo que eran brothers y que Mara-Diaga le entregaba fajos de billetes en dólares, armas y municiones para desde lo que antes era un recinto universitario en ese 2018 fue convertido en un centro de operaciones en el cual mataron y torturaron a inocentes pero que además fue la casa matriz desde donde se dirigió el derramamiento de sangre en toda la capital, todo coordinado por el jefe terrorista Félix Mara-Diaga según vomitó el propio «Viper» el cual cantó desde los juzgados, mejor que Luciano Pavarotti.
Félix Mara-Diaga, es el mismo que protagonizó varios papeles estelares como si se tratara de un primer actor de esas telenovelas mexicanas, pero por cuestión de tiempo solo contaré algunos; recuerdan, cuando llegó al hospital Vivian Pellas supuestamente ensangrentado porque en león la población lo sacó de la ciudad pues hasta allá llegó para seguir organizando su cruzada de terror y desestabilización, posteriormente fue bajado en camilla de una ambulancia privada y se dejó ver con su rostro lleno de sangre que al final resultó ser kétchup porque en un descuido de quien lo filmaba el mismo se chupaba la salsa de tomate.
Otro show lo protagonizó por metro centro desde su lujosa camioneta y en su interior mientras su chofer manejaba con toda tranquilidad él hacía un facebook live gritando como mona malparida, que unos motorizados paramilitares lo perseguían y resultó ser que era hora pico y por ende los motociclistas invanden la capital como si fueran hormigas locas pero es que a diferencia de él que no trabaja, esos motorizados si van aprisa porque tienen un trabajo formal y honesto que cuidar.
En una ocasión, fue desde su casa cuando las autoridades llegaron a preguntar por él y Mara-Diaga hizo nuevamente un Live denunciando que la policía lo quería apresar, pero su perro «Firulay» bastante flaco por cierto pues parecía que el gordo financiamiento que el imperio le da a Mara-Diaga, este no lo compartía con su pobre perro. Pues «firulay» al ver el escándalo de su dueño le ladró en tono de regaño y acto seguido le mordió, no la pierna sino la pata porque hay que ser muy animal para querer joder a un país que gozaba de paz, estabilidad, desarrollo y prósperidad.
Mara-Diaga, es un «agente del imperio» en Washington la clase política lo dice con toda normalidad. Los gringos han invertido mucho en Mara-Diaga, le dieron de comer un montón de años, le pagaron sus estudios en Harvard y Yale, después lo ubicaron en un puesto clave en el Gobierno de Bolaños en el cargo de secretario general del ministerio de defensa. Con frecuencia se reunía en los despachos de la entonces congresista tóxica menopáusica de la Ileana Ros-Lehtinen, el corrupto senador Bob Menéndez ahora enjuiciado y caído en desgracia y también se reunía a puertas cerrada con el senador republicano el amanerado, raro, mano quebrada y también orejas de elefante Marco Rubio, todo con el fin de planear sanciones y leyes agresoras contra el pueblo Nicaragüense.
Los yanquis por medio de agencias y fundaciones como la NED y USAID le financiaron exorbitantes cantidades en dólares para sus diferentes ONG’s entre ellas el IEEPP con el fin de supuestamente «capacitar a jóvenes y empoderarlos de liderazgo y promover la democracia», pero en realidad era para armarlos y reclutarlos con el fin de dar el golpe de Estado al Gobierno Sandinista. Los gringos siempre cuidaron su imágen y trataron de no venderlo como político sino como académico, le financian viajes por EE.UU. América Latina y Europa, para que asista a foros ya organizados y denuncie la supuesta «dictadura» que hay en Nicaragua.
En su desesperación los gringos, también quisieron convertirlo en candidato presidencial por la oposición pero al ver que este fracasó, entonces los cheles decidieron quitarle la máscara a su «agente encubierto» y lo mostraron como jefe terrorista para que dirigiera el criminal golpe de Estado, pero también fracasó. Luego la justicia lo condenó, posteriormente fue montado al avión de sus jefes gringos, desnacionalizado y cargando una derrota monumental que le asestó el Comandante Daniel, la Compañera Rosario y el Pueblo de Nicaragua.
Ya desde su autoexilio dorado, Mara-Diaga se sumó al fallido movimiento de Monteverde para propiciar la caída del Gobierno Sandinista, pero también perdió y fue él quien salió con el rabo entre las piernas, después que se filtraran unos audios donde él mismo reconocía que quienes conforman Monteverde son una pila de políticos fracasados.
El resto es historia y ya toda Nicaragua lo sabe,
¡La Paz, Triunfó!