Por: Stalin Vladímir
El troglodita y autoproclamado «libertario» Presidente de Argentina, Javier Milei, promovió, sin estar (drogado ni embriagado), por tanto muy consciente de lo que hacía, una criptomoneda llamada $LIBRA, generando un aumento explosivo en su valor. Horas después, su precio colapsó, dejando a miles de inversores con pérdidas millonarias. Esto llevó a más de 120 denuncias penales en su contra, bajo la acusación de «estafa piramidal», además de solicitudes de juicio político, por parte de la oposición argentina.
Milei, al verse descubierto y que había metido la pata, eliminó sus publicaciones de la red social X sobre $LIBRA y negó su responsabilidad, diciendo que solo compartió una oportunidad de inversión sin tener un vínculo directo con la criptomoneda.
El esquema que se desarrolló con $LIBRA tiene características propias de una estafa de tipo «pump and dump», más que una pirámide clásica:
En una pirámide, los primeros inversores ganan con el dinero de los nuevos participantes, creando un ciclo que colapsa cuando dejan de entrar nuevos fondos.
En un «pump and dump», un grupo infla el valor de un activo con promoción masiva para que suba rápidamente. Luego, venden a precios altos, causando el desplome del valor y dejando a otros con pérdidas. Si bien no es una pirámide tradicional, sí parece un esquema de manipulación de mercado. Milei, con su influencia como Presidente, generó un efecto de subida artificial de $LIBRA. Cuando el pánico se desató y el precio cayó, la moneda perdió toda credibilidad.
Un Presidente no debería promocionar productos financieros sin regulación ni respaldo institucional. Milei usó su imagen para dar confianza a un activo especulativo, lo que impulsó a muchos a invertir sin analizar riesgos. Cuando la moneda colapsó, eliminó su publicación y se desentendió. Aunque no haya sido el creador de $LIBRA, su influencia fue determinante en el ciclo de especulación.
Milei, quien actúa como lame botas del dictador Donald Trump, podría ser enjuiciado, destituido de su cargo de Presidente y condenado si se llega a probar que:
1. Sabía que $LIBRA era un fraude y aún así la promovió.
2. Obtuvo beneficios personales o favoreció a terceros con la subida del precio.
3. Existió una coordinación directa entre él y los creadores de la criptomoneda.
Este tipo de crisis no surge en el vacío. Hay varios factores clave que permiten que esquemas como este prosperen en Argentina: La economía argentina ha tenido décadas de inflación alta, controles de capitales y crisis monetarias. Muchos ciudadanos buscan alternativas para resguardar su dinero, lo que ha impulsado el crecimiento de las criptomonedas en el país.
En este contexto, cualquier promesa de estabilidad financiera puede generar un «efecto manada».
El tal Milei se ha querido vender como un «economista antisistema, defensor de la desregulación y las criptomonedas como solución a los problemas del Estado». Sus seguidores creen en la idea de que el «mercado libre» debe gobernarse sin intervención. Esto hizo que su promoción de $LIBRA tuviera una credibilidad inmediata entre su base de apoyo. Muchas personas invierten en activos especulativos sin comprender los riesgos. El auge de las criptomonedas ha llevado a la proliferación de proyectos fraudulentos o mal diseñados, donde la confianza en la figura que las promociona pesa más que un análisis técnico real.
Personalmente creo que Milei es un estafador y debe ser destituido ya de su cargo como Presidente de Argentina, cuyo puestole quedó demasiado grande. Pero, mientras tanto, desde una perspectiva crítica, Milei es al menos responsable de forma indirecta:
Su promoción de $LIBRA sin advertencias contribuyó a la burbuja especulativa.
No tomó medidas para frenar la crisis ni proteger a los inversores tras el colapso.
Eliminó sus publicaciones en vez de enfrentar la situación con transparencia.
Sin embargo, desde un punto de vista legal, su condena dependerá de si se prueba que participó intencionalmente en el esquema fraudulento.
Este caso es un reflejo del problema más grande de las criptomonedas: cuando no hay regulación, los fraudes y estafas se multiplican. No es solo un tema de Milei, sino de cómo la falta de control permite que figuras públicas impulsen proyectos sin responsabilidad alguna.
Milei actuó de manera irresponsable al jugar con la confianza de sus seguidores en un tema tan delicado como las inversiones. No se trata solo de si tuvo una ganancia personal o no, sino del impacto que tuvo en personas que, lamentablemente, lo siguen ciegamente. Es una muestra del peligro de mezclar ideología libertaria con la realidad del mercado financiero. Este episodio debería servir como una advertencia para el futuro: la inversión en criptomonedas no debe basarse en la fe en un supuesto líder tapudo como Milei, sino en datos sólidos y regulación adecuada.