La exitosa segunda Cumbre Rusia-África del 27 y 28 de julio, representa un extraordinario avance en el desarrollo de un nuevo orden mundial libre del dominio de los poderes imperialistas occidentales. Delegaciones de 49 países africanos participaron en la cumbre, entre ellos diecisiete jefes de Estado. Adoptaron una declaración final de 74 puntos sobre prácticamente todas las áreas de cooperación, comercio y seguridad, con un preámbulo que aclara los principios fundamentales que deben de regir en las relaciones internacionales. La cumbre retomó la iniciativa del primer foro Rusia-África de 2019 para reafirmar los históricos lazos de hermandad resultado de la lucha común del Siglo 20 contra el colonialismo occidental.
De hecho, la Declaración Final de la Cumbre es un claro desafío a Occidente porque, reclama el creciente papel e influencia mundial de África y la Unión Africana como pilar esencial de un mundo multipolar. Insiste sobre la necesidad de oponerse al neocolonialismo expresado en la imposición de condiciones y dobles raseros que impiden la toma de decisiones soberanas sobre los caminos de desarrollo. Rusia y África también rechazan el uso de medidas coercitivas y expresaron el compromiso de los países firmantes “con los principios y propósitos fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, suscribiendo la salvaguardia y el respeto del derecho internacional y haciendo hincapié en la necesidad de que todos los Estados se adhieran a él.”
La Federación Rusa se comprometió a promover una ampliación de la representación de África en el Consejo de Seguridad de la ONU . Los países africanos y Rusia van a crear un mecanismo de asociación estratégica y Rusia va a negociar la apertura de nuevas embajadas en África entre otras medidas para mejorar las relaciones diplomáticas entre la Federación Rusa y África. Junto con estas decisiones habrá que notar la decisión de la Federación Rusa de eliminar la deuda bilateral con los países africanos con un valor de veintitrés mil millones de dólares y de apoyar a las naciones africanas a desarrollar su infraestructura energética. Actualmente, Rusia promueve más de 30 proyectos de energía eléctrica en 16 países africanos y se están negociando proyectos de infraestructura gasística para facilitar el envío del gas licuado.
El Presidente Vladimir Putin agradeció las propuestas de África para arreglar el conflicto en Ucrania y comentó, “La iniciativa en sí, como cualquier otra iniciativa de paz, es buena… Hay cosas que ya se están implementando después de que las discutimos en nuestra reunión en San Petersburgo hace un mes y medio.” En relación al fracaso del acuerdo sobre la exportación de granos por el Mar Negro, notando la mala fe e hipocresía del Occidente en beneficio de sus grandes corporaciones del agronegocio, el Presidente Putin observó como: «Países como Etiopía, Sudán, Somalia y algunos otros recibieron [en el marco del acuerdo sobre cereales], presten atención, menos del 3% del volumen total, menos de un millón de toneladas». En cambio, se anunció que Rusia suministrará gratuitamente grano a seis países africanos en un futuro próximo, mientras durante el año en curso se ha crecido el comercio de productos agroindustriales entre Rusia y África en un 60%.
Las intervenciones de parte de los jefes de Estado participantes en la Cumbre tocaron temas de relevancia global, especialmente para América Latina. Se destacaron referencias al colonialismo, al neocolonialismo y el imperativo de defender la soberanía. El Presidente Putin comentó, “La soberanía no se puede ver como algo que se puede lograr de una vez por todas. Es algo por lo que debes luchar todo el tiempo.”
En relación al mismo tema de la soberanía, el jefe del Consejo Presidencial de Libia Mohamed Younis Ahmed Al-Manfi dijo:»África cree que estuvo sometida a una explotación injusta durante varios siglos y que, aunque formalmente todos los países se deshicieron del yugo colonial, todavía no hemos logrado crear Estados genuinamente nacionales. Ahora debemos esforzarnos, junto con la Unión Africana, por cambiar el sistema de membresía en el Consejo de Seguridad de la ONU… Occidente ha continuado preservando recientemente su posición dominante. Está tratando de ejercer una presión generalizada sobre nosotros, utilizando nuestras deudas financieras en su propio interés, destruyendo nuestras economías y aumentando la pobreza y la miseria en nuestros países de todas las formas posibles.”
De importancia central en la Cumbre fue el tema de la independencia financiera y el uso de las monedas nacionales en el comercio. Las exportaciones rusas a los países africanos del petróleo y sus derivados se han multiplicado por dos punto seis veces en los últimos dos años. Poder cancelar estas importaciones en sus monedas locales sería un gran alivio financiero para los países africanos y estaría conforme con la decisión anunciada recientemente por la presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo del bloque BRICS, Dilma Rousseff, de ofrecer al menos el 30% de los préstamos del banco en monedas locales. El viceprimer ministro ruso Alekséi Overchuk entrevistado el pasado 29 de julio comentó que, «Proponemos la creación de una infraestructura financiera independiente. Esto implica liquidaciones mutuas en monedas nacionales, el uso de sistemas de pago nacionales, requiere el establecimiento de una interacción entre las estructuras pertinentes: bancos centrales, ministerios de finanzas, instituciones financieras, sin esto nada se desarrollará.”.
Los países africanos pasaron un extendido y duro proceso de lucha por la independencia. En el norte de África, Egipto había sido un reino independiente desde 1922 pero fue hasta 1954 bajo Gamal Abdel Nasser que se logró asegurar el fin la ocupación británico del Canal de Suez y, en 1956, la independencia de país vecino, Sudan. Francia abandonó su brutal guerra colonial contra Argelia en 1962. Ya Marruecos y Túnez habían ganado su independencia en 1956, Níger y Mauritania en 1960. De manera parecida a Egipto, la antigua colonia italiana Libia llegó ser un reino independiente en 1951 pero fue hasta 1966 que llegó ser un República independiente con el liderazgo de Muammar al Gaddafi. Al fin de 1961 casi todo el oeste y la parte central de África se había independizado políticamente de los antiguos poderes coloniales, Francia, el Reino Unido y Bélgica.
En el este de África, Etiopía fue declarado independiente en 1947 luego de ser liberado de la agresión colonial de Italia. Somalia se independizó en 1960, seguido en los próximos años por Rwanda, Burundi, Kenia, Uganda, Zambia, Malawi, Tanzania y Madagascar. Portugal mantuvo hasta 1974 su dominio colonial sobre Guinea-Bissau y, después de muchos años de conflicto armado, en 1975 reconoció la independencia de Angola, Mozambique, y Cabo Verde. En el sur de África, Botswana logró su independencia en 1966. Pero Zimbabwe sólo logró independizarse en 1980 luego de una feroz, sangrienta guerra. Namibia fue ocupado por la Sudáfrica del régimen de apartheid hasta 1990. Sudáfrica en sí realizó sus primeras elecciones democráticas en 1994, ganadas por Nelson Mandela, para poner fin al brutal régimen de apartheid.
La reacción de los poderes imperialistas a la independencia de sus antiguas colonias ha sido de afianzar su control de los recursos naturales y economías africanos por medio de su dominio del comercio global, de las finanzas internacionales y de su control de las instituciones internacionales como las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Hablando en Argelia en febrero de 1965, Che Guevara explicó: “Mientras el imperialismo exista, por definición, ejercerá su dominación sobre otros países; esa dominación se llama hoy neocolonialismo. El neocolonialismo se desarrolló primero en Suramérica, en todo un continente, y hoy empieza a hacerse notar con intensidad creciente en África y Asia. Su forma de penetración y desarrollo tiene características distintas; una, es la brutal que conocimos en Congo. La fuerza bruta, sin consideraciones ni tapujos de ninguna especie, es su arma extrema. Hay otra más sutil: la penetración en los países que se liberan políticamente”.
Durante la segunda Cumbre Rusia-África, los jefes de Estado del continente africano intervinieron para condenar las décadas del neocolonialismo que han continuado el empobrecimiento de sus pueblos por medio del trato injusto y desigual de parte de Estados Unidos y los países de la Unión Europea. Entre ellos hablaron el presidente de la Unión Africana Azali Assoumani, y los presidentes de Burkina Faso, Camerún, República de África Central, Uganda, Congo, Egipto, Eritrea, Guinea-Bissau, Libia y Mali, entre otros.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, comentó “La independencia de la mayoría de los países africanos no significa una desconexión saludable con las economías imperialistas. Hasta ahora, muchas de las economías africanas todavía enfrentan los cuellos de botella y las distorsiones de la era colonial. Aunque se han logrado algunos avances, queda mucho por hacer. Es por eso que escuchas que el PIB de África es actualmente 2.7 mil millones más pequeño que las economías individuales de países como Japón, Alemania,etc. Sin mencionar los Estados Unidos o China.”
El presidente del Congo, Denis Sassou Nguesso, comentó al Presidente Putin: “Es imposible industrializar nuestro continente sin electrificación. Recordarán el famoso eslogan del gran revolucionario de su país: ‘El comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país.’ Mientras tanto, hoy, 600 millones de africanos, repetiré esta cifra, 600 millones de africanos viven sin electricidad.”
El presidente de Mali, Assimi Goïta, dijo: “Rusia ha podido mostrar en momentos difíciles su condición de socio fiel de Malí, ha sido leal, dinámica y nos ha ayudado a enfrentar las dificultades, nos ha acompañado y ha respetado nuestra soberanía. Eso es muy importante para restablecer la paz, la estabilidad y la seguridad, por lo que ahora debemos, sobre todo, proteger a nuestra población y defender la integridad territorial de nuestro país. Esta elección estratégica es muy importante para nosotros y, por supuesto, debemos ser completamente independientes y autosuficientes y fortalecer nuestras fuerzas armadas. Por eso, en Malí, tenemos una asociación militar con la Federación de Rusia.”
Dado estos comentarios de parte de una mayoría de los dirigentes africanos, no es sorpresa que en estos días la primera Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos, Victoria Nuland se está movilizando de visita a Sudáfrica, Costa de Marfil y República Democrática del Congo. Allí va para comunicar las órdenes del imperio para ser compartidas entre los demás gobiernos de la región. Pero la enorme mayoría de los países africanos han demostrado que quieren emanciparse del yugo neocolonial, del racismo y soberbia, del cinismo e hipocresía, de Estados Unidos y la Unión Europea. Con su derrota inevitable en Ucrania a la vista, queda a ver hasta qué punto Estados Unidos y la Unión Europea pueden sostener su acostumbrado poder y privilegio ante los países africanos que han mostrado de manera categórica su posición anti-imperialista en esta segunda cumbre Rusia-África.