Por: Stalin Vladímir Centeno
La cloaca del congreso y sus políticos imperialistas, pretende profanar la memoria y el legado del Libertador Simón Bolívar. Es probable que estos yanquis sean ignorantes o quizás quieren retorcer la historia, pero más adelante en este mismo artículo los ilustraremos. Mientras vamos a los hechos. Este pasado lunes los congresistas yanquis aprobaron la ley H.B.825, conocida como «Ley Bolívar», la iniciativa fue impulsada por 11 representantes republicanos y cuatro demócratas que buscan aumentar la agresión contra el pueblo venezolano por medio de una ley que al igual que otras son violatorias de los derechos humanos y el derecho internacional. Esta aberración jurídica busca congelar activos adicionales que estén a disposición del Presidente Nicolás Maduro, la misma prohibirá expresamente a las agencias federales realizar negocios con organizaciones y personas relacionadas con el Gobierno venezolano porque según su postura injerencista es ilegítimo. La lucha del Libertador abarcó lo que hoy son seis países y seis millones de kilómetros cuadrados, conquistó la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Con 47 años Bolívar peleó en 447 batallas siendo derrotado sólo 6 veces. Liberó seis naciones, cabalgó 123 000 kilómetros, recorrió a caballo y cruzó a pie, al frente de su ejército libertador, sin ropas, calzado y alimentos adecuados, la casi infranqueable Cordillera de Los Andes, con temperaturas bajo cero y a más de 6 000 metros de altura. Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco nació en Caracas, el 24 de julio de 1783, descendiente de una familia de origen vasco establecida en Venezuela desde finales del siglo XVI y perteneciente a la aristocracia caraqueña con numerosas posesiones y riquezas. Fue un estratega militar, político, pensador y estadista que ayudó a sentar las bases de la democracia en América Latina y fungió como presidente entre 1819 y 1830 de la república hispanoamericana conocida como Gran Colombia. Quedó huérfano de padre antes de los tres años y perdió a su madre seis años después, en 1792; quien lo cuidó fue la esclava de la familia, Hipólita, a quien Bolívar llamó «la única madre que he conocido».
Inmediatamente después del zarpazo cobarde y desesperado de parte del congreso gringo en contra del hermano país bolivariano, nuestro Gobierno encabezado por nuestros líderes Rosario y Daniel, hicieron llegar al Compañero Presidente Nicolás Maduro, toda su solidaridad.
A continuación compartimos un extracto de tan importante postura del GRUN; «Ante la nueva infamia de los Imperialistas de la Tierra, ante el atrevimiento de tocar a Bolívar con sus manos inmundas, los Pueblos que les conocemos, que les condenamos y que sabemos ver en ese afán infernal de más guerra y terrorismo, su declive y su fin, nos declaramos unidos en Vigilia Permanente, Valientes como somos, desde una Historia donde nunca podrán identificarnos como súbditos. Batallamos Junt@s por nuestros Derechos Inalienables : Soberanía,Respeto, y Reconocimiento de nuestra Plena Independencia.
Repudiamos estos agónicos estertores de quienes han destruido al mundo.
Por su parte el Presidente Maduro, agradeció el respaldo de Nicaragua y tildó de basura la ley imperialista; “Con Venezuela no han podido, ni podrán, ni con esta ley basura y de la infamia, pedida por los apellidos, cometiendo graves delitos nacionales e internacionales”, agregó. Maduro advirtió que las personas que apoyen esta normativa de Estados Unidos deberán atenerse a las consecuencias. “Aténganse a las consecuencias todos los que se asocien, para pedir que la ley basura se apruebe. Le vamos a dar a la ley basura una revolcada bíblica”, afirmó. Asimismo, señaló que se llama «asociación para delinquir», cuando se apoya una ley contra el pueblo, los empresarios y los trabajadores venezolanos.» a propósito, ayer jueves el parlamento bolivariano aprobó la Ley «Libertador Simón Bolívar», que es un texto legal antibloqueo en defensa de Venezuela.«Esta Ley defiende la Patria de la ley basura de Estados Unidos que refrenda sanciones y bloqueos contra el país”, expresó. El mandatario.
Simón Bolívar era antiimperialista, sus acciones así lo demostraron. Es más, cuando el imperio yanqui envió a uno de sus agentes para tratar de persuadirlo para que pusiera en libertad a los norteamericanos que las tropas de Bolívar habían. Apresado, cuando pretendían ingresar ilegalmente y con armamento. Recordemos que Bolívar, para el 7 de octubre de 1818, ya había perdido totalmente la paciencia con el agente del gobierno de los Estados Unidos, y le refuta:“Parece que el intento de usted es forzarme a que alterne los insultos: No lo haré; pero si protesto a usted, que no permitiré se ultraje ni desprecie al gobierno y los derechos de Venezuela. Defendiéndolos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende” Y por último, ante una solapada amenaza de Irvine, le responde el 12 de octubre: “El valor y la habilidad, señor Agente, suplen con ventaja al número. ¡Infelices los hombres si estas virtudes morales no equilibrasen y aún superasen las físicas! El amo del reino más poblado sería bien pronto señor de toda la tierra. Por fortuna se ha visto con frecuencia a un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos”.
El Libertador sufría de catarro pulmonar crónico, convertido en tuberculosis pulmonar, y le pronosticaron pocos días de vida. Llegó a Santa Marta el 1ro. de diciembre para trasladarse luego a la quinta San Pedro Alejandrino, su última morada. Simón Bolívar falleció solo y en precaria situación económica el 17 de diciembre de 1830.
La voluntad de Bolívar, plasmada en su testamento, elaborado el 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, pedía que sus restos fueran enterrados en Caracas, no obstante, hubo que esperar 12 años para que se cumpliera su deseo. Los restos, inhumados solemnemente en la Catedral de Santa Marta, fueron trasladados a la Catedral de Caracas en 1842. De la catedral pasaron al Panteón Nacional, el 28 de octubre de 1876, un templo donde recibe los honores de su pueblo y de los hijos de Nuestra América.