Barricada

80 años de batallas y 40 de Revolución

Las raíces del pensamiento de Sandino

Cada uno de los periodos de lucha del Frente Sandinista de Liberación Nacional en sus ochenta años de batallas ha sido la escuela del siguiente. Desde sus raíces históricas, en la lucha de Sandino, que vivió la rebeldía ante la invasión norteamericana en los años treinta, inaugurando la guerra de guerrillas, imitando la inteligencia natural de los animales de las altas montañas del Chipote, con sus raíces profundas en el socialismo libertario que conoció en sus viajes por México.

El socialismo libertario de Sandino era de carácter anarquista, ejemplo de las luchas de otros pueblos, pero el General lo naturalizó a las realidades indígenas, artesanas y campesinas de la Nicaragua de principios del siglo veinte.

La llamada Teosofía de Sandino se alimenta de muchas espiritualidades, lo mejor de su tiempo en una unión indisoluble para llegar a la liberación de Nicaragua. Inspirada en la fraternidad universal, que hasta el día de hoy nos enseña a llamarnos hermanos, una característica propia de nuestra Revolución.

Antiimperialismo, Soberanía y Autodeterminación entre las raíces ideológicas de su pensamiento que trascendió las fronteras limítrofes de nuestra realidad nicaragüense, empalmando con el sueño de Bolívar, por la independencia de nuestra nación-pueblo nuestramericana: una Nicaragua antes y una después de Sandino.

Carlos y la creación del FSLN

La profundidad histórica y herencia de dignidad que surgen del pensamiento vivo de Sandino, fue recogido por el Comandante Carlos Fonseca, que con poco más de 20 años le dio fuerza de gravedad, creando el Frente Sandinista de Liberación Nacional, a partir de la interpretación de la realidad a inicios de los años sesenta, articulándolo, organizándolo política y militarmente como un vehículo revolucionario autóctono, como vanguardia de las luchas para la liberación de Nicaragua:

En Julio del 61 surge el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Este acontecimiento histórico significó la alternativa popular opuesta a la alternativa burguesa reformista en la lucha contra el somocismo. No podemos hablar de una vanguardia sin una teoría de vanguardia. Al referirnos a la creación de la vanguardia debemos subrayar el rescate que Carlos Fonseca hizo de Sandino y de sus ideas revolucionarias. Carlos vio en Sandino y sus ideas no un símbolo etéreo, no un símbolo abstracto, sino la guía para la comprensión de la realidad nicaragüense y su transformación revolucionaria. Todas las acciones espontáneas con que las masas iluminaron esta fase inicial de ascenso revolucionario, nos sirvieron para detectar el potencial revolucionario del pueblo nicaragüense y se puso de relieve la carencia de una dirección y de una organización revolucionaria. Sin una vanguardia el potencial revolucionario no podía convertirse en un poderoso puño popular capaz de derribar a la dictadura somocista. De todo ello se dedujo el requerimiento de esa vanguardia que pudiese dar forma organizativa a la transpiración, cólera e intuición del pueblo”. (Comandante Tomás Borge)

El Frente en los años 60: primeras experiencias guerrilleras

El FSLN a lo largo de todos los años sesenta atravesó diferentes procesos organizativos y bélico-militares como las experiencias guerrilleras de Raití – Bocay en 1963:

“La lucha armada se inicia con la guerrilla del Río Coco y Bocay en 1963 y fue la primera acción preparada por un grupo revolucionario más o menos homogéneo desde el punto de vista militar, más o menos homogéneo desde el punto de vista político-ideológico; es decir, las contradicciones inevitables que surgen en todo movimiento revolucionario no eran de principios, aquellos hombres estuvieron unidos primero por las concepciones ideológicas, después por las terribles privaciones que pasaron en las amargas horas de la lucha armada inicial y finalmente por las rachas de pesimismo que suelen atenazar a los hombres en los momentos más difíciles y por el optimismo básico inicial que supo imprimir en aquellos momentos cruciales nuestro hermano Carlos” (Comandante Tomás Borge)

Raití y Bocay tuvieron su continuidad en la madurez organizacional y bélico-militar de Pancasán en 1967: se trató de trascender al conocido como periodo imitativo, en el cual estaban sumidos la mayoría de los movimientos guerrilleros, sindicales y populares latinoamericanos con la mirada puesta en la Revolución Cubana, que había triunfado 10 años antes, en 1959.

El significado de Pancasán

“En el curso del año 1966, el FSLN procede a la preparación de la acción guerrillera de Pancasán y sale un comunicado firmado por dirigentes del Frente Sandinista, entre las cuales estaba la firma de la Compañera Doris Tijerino que se firmaba Conchita Alday. En esta experiencia, por primera vez la guerrilla logró desprenderse del carácter invasionista que la había definido, porque en Pancasán las acciones armadas fueron organizadas no en Honduras, sino en las montañas del centro del país. Es en Pancasán y Fila Grande donde se centran los trabajos de la preparación guerrillera con el apoyo de campesinos de la región y donde empiezan a destacarse compañeros como Óscar Turcios y Rigoberto Cruz, que ya había estado, este último, en la incursión armada del año 63, con otros compañeros. Esta experiencia tuvo un significado inmenso para la lucha revolucionaria; se reafirma la lucha armada al confirmarse la imposibilidad de lograr el derrocamiento de la dictadura militar por medios pacíficos. Cuando digo se reafirma, es que el pueblo nicaragüense adquiere conciencia de que sólo la lucha armada es la única capaz de derrotar a la dictadura somocista” (Comandante Tomás Borge).

En este mismo año, el Comandante Carlos Fonseca escribiría: “En 1967 se acelera la componenda de la dirigencia burguesa opositora con el grupo gobernante. Acontece un doble hecho: se confirma hasta la saciedad incluso con rasgos sangrientos (Masacre de la avenida Roosevelt el 22 de enero) la disposición conciliadora de la dirigencia burguesa-oligárquica; se reafirma la decisión del Frente Sandinista de empuñar resueltamente las armas contra la tiranía” (Comandante Carlos Fonseca Amador).

El programa histórico del FSLN

La experiencia guerrillera de Pancasán y la coyuntura estratégica descrita por el Comandante Carlos líneas arriba, tuvieron su consecuencia en el Programa Histórico dos años después, en 1969:

El FSLN ha analizado con seriedad y gran responsabilidad la realidad nacional y ha decidido enfrentarse a la dictadura con las armas en la mano, ya que hemos llegado a la conclusión de que el triunfo de la Revolución Popular Sandinista y el derrocamiento del régimen enemigo del pueblo, surgirá como consecuencia del desarrollo de una dura y prolongada guerra popular.

Cualesquiera que sean las maniobras y medios desplegados por el imperialismo yanqui, la dictadura somocista está condenada al fracaso total ante el avance y desarrollo impetuoso de las fuerzas populares encabezadas por el FRENTE SANDINISTA DE LIBERACION NACIONAL” (Fragmento del Programa Histórico del FSLN, 1969).

La acumulación de fuerzas en silencio

Luego se dio un periodo de siembra estratégica, conocido como la acumulación de fuerzas en silencio:

“Desde mediados de 1971 hasta mediados de 1974 tiene lugar en la montaña la actividad de los núcleos pre-guerrilleros que alcanzan el objetivo de adaptar a la vida de la montaña a cuadros de procedencia urbana y que crean las condiciones para la consolidación de núcleos campesinos combatientes con alguna estabilidad, a la vez que se impulsa toda una red clandestina de abastecedores e informantes, dentro de algunos sectores campesinos. Es necesario precisar la etapa en que nuestros núcleos guerrilleros pasan por la prueba del fuego enemigo. El ajusticiamiento del delator Higinio Martínez puede considerarse como el rompimiento de las hostilidades abiertas con el enemigo. Esto ocurre el 30 de mayo de 1974. A partir de entonces se da la transición entre la actividad organizativa clandestina y una situación de guerra” (Comandante Carlos Fonseca Amador)

El estallido del diciembre de 1974

La acumulación de fuerzas en silencio tuvo su consecuencia en el estallido que representó también la toma de la casa de Chema Castillo en el diciembre de 1974.

El FSLN se consolidaba así como uno de los movimientos guerrilleros mejor organizados, capaces de emprender acciones militares de gran envergadura, que necesitaban de una gran preparación clandestina y una articulación territorial en la retaguardia.

A la mitad de los años setenta, la división en las tres tendencias se puede interpretar como un laboratorio guerrillero bélico y organizativo, cada tendencia fijando la mirada hacia el mismo punto: la preparación de la etapa insurreccional y el derrocamiento de la dictadura, desde diferentes angulaciones, enfrentando las complejidades organizacionales de su tiempo.

La Toma del Palacio

Posteriormente, la toma del palacio en 1978 en la Operación Chanchera y luego la unidad de las tres tendencias, provocaron un salto cualitativo en todos los ámbitos que conforman la compleja armonía de la lucha guerrillera.

Ya el legado de Sandino y de Carlos estaba enraizados y un año después la confluencia de las tres tendencias fue materializada en la unión monolítica del FSLN: unidad y lucha de contrarios que se materializó en un salto cualitativo. Este fue acompañado de un amplio abanico de alianzas y tuvo su consecuencia en el Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, culminación de la confluencia de dos estrategias, según el Comandante Tomás Borge: “En dos grandes ideas se resume la estrategia que nos condujo a la victoria: la combinación de la lucha guerrillera con el movimiento de masas, a través de una dialéctica en la cual los guerrilleros se convirtieron en pueblo y el pueblo en ejército” (Comandante Tomás Borge)

batallas