Barricada

Camilo Cienfuegos, el inolvidable Héroe de Yaguajay

De rodillas nos pondremos una vez, y una vez, inclinaremos nuestras frentes… y será el día que lleguemos a la tierra cubana que guarda veinte mil cubanos, para decirles: “¡Hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no corrió en vano!”.

El 28 de octubre de 1959, hace 61 años, se dio el tránsito a la inmortalidad del Comandante de la Revolución cubana Camilo Cienfuegos, tenía 27 años cuando el avión en el que viajaba desde Camagüey a La Habana, desapareció.

Los pueblos de Nuestramérica conmemoran cada 28 de octubre, la desaparición física de una de las figuras más importantes del movimiento revolucionario que floreciera y venciera en los años 50 del siglo pasado, ese del sombrero alón, barba tupida y la sonrisa amplia, Camilo Cienfuegos.

Camilo Cienfuegos, el Héroe de  Yaguajay, como lo bautizara el pueblo cubano, nació en una pequeña barriada de la localidad de Lawton, en La Habana, fue uno de los líderes más populares del proceso que condujera al triunfo del primero de enero de 1959 en la nación isleña, y el derrocamiento de la tiranía batistiana, servil al imperialismo estadounidense.

El habanero, conocido por su amplia sonrisa, era uno de esos hombres de pueblo, cuyo carisma le permitía ganarse la simpatía incluso de los más tercos y cuyas bromas lograban divertir incluso a los más serios.

Pero, además, sus convicciones y su poder para convencer lo hicieron uno de los líderes más queridos durante el proceso revolucionario que llevó a la Isla caribeña a su definitiva independencia el 1 de enero de 1959.

Inicios de la lucha antimperialista 

Luego de alcanzar los estudios básicos, Camilo consiguió ingresar a la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, a donde asistió durante el primer semestre, pero luego debió abandonar por problemas económicos.

Tras incursionar en la vida laboral, ya para 1948 participaba en las protestas populares contra los gobiernos de turno en la Isla, y en 1954 se vinculó a la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista, por lo que se vio forzado a exiliarse. 

Viajó a Estados Unidos con tan sólo 21 años, buscando protección y mejores posibilidades económicas para su familia, pero en 1955 fue deportado a Cuba, donde nuevamente se ligó a las luchas populares, esta vez al sector estudiantil. 

Nuevamente en el exilio, Camilo se vinculó con la oposición revolucionaria en Nueva York y al conocer de la empresa que se proponían Fidel y otros revolucionarios decidió viajar a México.

El viaje en el yate Granma

En 1956, el yate Granma pone rumbo a costas cubanas con 82 pasajeros a bordo, para librar lo que preveían fuese la última contienda de liberación nacional. En ese grupo viajaba Camilo.

Como era de esperar en un proyecto de tales características, clandestino, no fue fácil que lo aceptaran entre los futuros expedicionarios, pues no había sido enviado por ninguna célula del Movimiento 26 de Julio.

Responsabilidades en la lucha de liberación

Una vez en Cuba, integró la Columna 1 José Martí al mando de Fidel Castro, y poco a poco se fue destacando, especialmente en el ataque al cuartel de La Plata y cinco días después en Arroyo del Infierno.

En 1957 en reconocimiento por esos hechos, Camilo fue ascendido a Teniente y recibió el mando de la vanguardia.

Cuando los altos mandos del Ejército Rebelde decidieron extender la guerra a otros territorios, a Camilo se le asignó la responsabilidad de dirigir un pelotón en la zona del río Cauto, el 21 de marzo de 1958, convirtiéndose en el primer jefe guerrillero en combatir al ejército de la tiranía fuera del escenario natural de la Sierra Maestra.

El 16 de abril de 1958 el Señor de la Vanguardia, como lo bautizara el Che, fue ascendido a Comandante y promovido a jefe de la Columna 2 Antonio Maceo para operar en el triángulo, cuyos vértices estaban situados en las ciudades de Bayamo, Manzanillo y Victoria de Las Tunas. 

Luego vendría la última fase de la guerra, en la que Camilo sería una ficha imprescindible del Ejército Rebelde, al reeditar, junto al Che, la campaña de Oriente a Occidente que protagonizara Antonio Maceo durante la Guerra de Independencia a finales del siglo XIX.

Él debía conducir a su tropa a lo largo de la Isla hasta llegar al extremo más occidental, Pinar del Río, para hacerse del control de todo el país y culminar el proceso de emancipación.

La estrategia de la guerrilla revolucionaria dio los frutos esperados y para el primero de enero de 1959 Cuba era libre del imperialismo. Dado el papel que jugó Camilo durante la guerra, su papel dentro del gobierno revolucionario estaba garantizado.

Ante la huida de Batista y el intento de establecer un nuevo gobierno, Camilo recibió la orden de marchar rápidamente hacia La Habana y tomar la máxima fortaleza de la tiranía: el Campamento de Columbia, sede del Estado Mayor del Ejército, misión que cumplió el 2 de enero de 1959. Inmediatamente después del triunfo, el 20 de enero de 1959, pasó a ser el Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde.

Al conmemorarse el sexto aniversario del asalto al Cuartel Moncada, Camilo encabezó la gran marcha de caballería de la columna invasora que había dirigido durante la Guerra de Liberación.

Su desafortunada y prematura muerte, permeada de misterio, fue un duro golpe para el naciente gobierno y el entusiasta pueblo, con cuya simpatía contaba. 

La desaparición del Comandante Cienfuegos

Cumpliendo con su responsabilidad como Jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, cargo otorgado por el nuevo gobierno revolucionario, Camilo debía ocuparse de la detención de Hubert Matos, luego de un intento de sublevación en Camagüey.

El Comandante Camilo, acompañado por Cristino Naranjo y otros compañeros de su máxima confianza, además de 20 hombres armados, parten en tres aviones en la madrugada hacia territorio camagüeyano.

El avión donde se movilizaba era modelo Cessna 310, partió del aeropuerto deCiudad Libertad, tripulado por el piloto Luciano Fariñas y tenía estipulado retornar a la capital en horas de la tarde; el recorrido tomaría dos horas de vuelo como promedio y llevaba gasolina para tres.

Ante la demora, quienes lo esperaban en La Habana comenzaron a impacientarse, en la noche del 30 de octubre de 1959 se había iniciado una exhaustiva búsqueda, pero sin obtener resultados.

El 12 de noviembre del mismo año, el entonces primer ministro del Gobierno Cubano, Comandante en Jefe Fidel Castro, confirmaba al pueblo la desaparición física del querido líder del proceso revolucionario.

Palabras dedicadas a Camilo Cienfuegos

“Hombres como Camilo Cienfuegos surgieron del pueblo y vivieron para el pueblo. Nuestra única compensación ante la pérdida de un compañero tan allegado a nosotros es saber que el pueblo de Cuba produce hombres como él. Camilo vive y vivirá en el pueblo”, indicó el líder de la Revolución, Fidel Castro.

Por su parte, su entrañable amigo, el comandante Ernesto Guevara, lo recordaría como “el compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en los momentos difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa”.

Fuentes consultadas:

Telesur

Granma