Barricada

Carlos sigue estando en todas las luchas, en todas las batallas y en todo el ejemplo que dejó

 “[…] Pero ya Carlos había dejado sembrada la conciencia, la tenacidad que él tenía, la fortaleza que él tenía, y eso permitió luego que en medio de grandes y profundas contradicciones, contradicciones que incluso le pusieron un freno a la velocidad que traía el proceso insurreccional, finalmente se logró la unidad y con la unidad se alcanzó la victoria. No podemos olvidar esa lección […]

 “Carlos sigue estando en todas las luchas, en todas las batallas y en todo el ejemplo que dejó”- Comandante Daniel Ortega, 7 de noviembre de 2017.

Este día, recordamos al Comandante Carlos Fonseca Amador, fundador e ideólogo del Frente Sandinista de Liberación Nacional, jefe político y militar de uno de los movimientos guerrilleros antiimperialistas más emblemático y destacado de Latinoamérica. Su legado y pensamiento, alimenta la mística revolucionaria y es fuente de inspiración en los corazones de miles de nicaragüenses.

Trabajando y estudiando desde niño

El Comandante Carlos Fonseca Amador, nació el 23 de junio de 1936, en el barrio el Laborío, Matagalpa, sus padres Justina Fonseca y Fausto Amador. Siendo un niño de 9 años, a temprana edad comenzó a vender caramelos de nancite, para ayudar a su madre, a los 14 años inició a vender periódicos en las calles de Matagalpa. Sumamente estudioso, no existía para él, los juguetes y los juegos, solo sus libros.  Pasión que lo marcó y los hizo destacar como mejor alumno en la escuela secundaria.

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Su trabajo comunicacional, estudio y conciencia de lucha de clases

A partir del año 1954, siendo un joven de 18 años, junto a otros compañeros, funda la revista Segovia y dirige y publica artículos y poemas, como los ”16 versos del Molendero”. Conoce a Marco Altamirano, quien le acompaña en los círculos de estudio, durante los cuales leían el Manifiesto del Partido Comunista, artículos sobre la revolución industrial, periódicos obreros, etcétera. También, por aparte, leían la madre de Máxim Gorki. A inicios del año de 1955, se marcha a Managua, donde en el mes mayo, es nombrado inspector y director de la biblioteca del Instituto “Ramírez Goyena”. El 05 de junio de 1955 se matriculó en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) en la carrera de Derecho y organiza con otros compañeros, la Juventud Democrática Nicaragüense (JDN) que en palabras de los comandantes Carlos Fonseca y Silvio Mayorga “es el primer intento de la juventud nicaragüense por independizarse políticamente y jugar un rol histórico”. En julio del mismo año, ingresa al Partido Socialista y participa el 14 de septiembre en un operativo patriótico en la Hacienda San Jacinto como miembro del “Ramírez Goyena”. Sin embargo, no es hasta 1956, junto a los compañeros Silvio Mayorga, Tomas Borge y el Heriberto Carillo, integran la primera célula identificada con los principios del proletariado. El hallazgo de Marx y Engels en la polvosa librería del poeta Samuel Meza y su reflexión constante de la historia de nuestros héroes y mártires como Diriangén, Andrés Castro y el General Augusto César Sandino, había despertado en él, el horizonte de lo que sería mucho más adelante la lucha antimperialista y no alineamiento de nuestro pueblo ante la codicia y agresiones del norte.

El despertar de un movimiento histórico

La hazaña de Rigoberto López Pérez, realizada el 21 de septiembre de 1956, fue el inicio de un fervor revolucionario y compromiso para el derrocamiento de la dictadura somocista. En la oleada represiva que se desata después de la muerte del tirano, el Comandante Carlos y Tomas Borges, siendo jóvenes de 20 y 26 años, son encarcelados, logrando salir primero en libertad Carlos y el Comandante Tomás en arresto domiciliario hasta 1959, una vez que logró fugarse y cruzar la frontera a Honduras. Después de la victoria de la Revolución Cubana, con la algarabía y conmoción de tal acontecimiento histórico, el Comandante Carlos, Tomás Borges y otros, analizan que la lucha armada en Nicaragua, era la única forma de derrotar a la dictadura de Somoza.

Por consiguiente, el Comandante Carlos Fonseca se integra en la formación del destacamento guerrillero Rigoberto López Pérez que se enfrenta a la Guardia Nacional, sufriendo un grave revés militar el 24 de junio de 1959, en El Chaparral. Una vez recuperado, en el hermano país de Cuba, en 1960 regresó a Nicaragua clandestino, pero fue capturado y en julio de ese año expulsado nuevamente a Guatemala y fue encarcelado en la región de Petén.

En 1961, regresó clandestino a Nicaragua. Conjuntamente con varios dirigentes y militantes del Partido Socialista Nicaragüense (P.S.N), forman el “Movimiento Nueva Nicaragua”. El 23 de Julio de 1961, el Coronel Santos López, Carlos Fonseca Amador, Silvio Mayorga, Faustino Ruiz, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, José Benito Escobar, Tomás Borge, Germán Pomares Ordóñez y Rigoberto Cruz, “Pablo Úbeda” fundaron el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

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Vocación y servicio por la Revolución y la Patria

Durante los años de 1963 y 1964, se dedicó al trabajo político organizativo, escuelas de entrenamientos, operaciones armadas que realizaría el movimiento sandinista y creó la Resistencia Urbana, pero fue capturado junto a Víctor Tirado en el barrio San Luis de Managua, sentenciados por la dictadura a seis meses de prisión, generando protestas, en especial, para garantizarles el derecho a la vida. Desde dicho suplicio, el 8 de julio de 1964, escribió “Desde la cárcel yo acuso a la Dictadura”.

Al cumplir la condena, es deportado a Guatemala y a los meses a México y regresa clandestino en 1966 nuevamente a Nicaragua y se interna a las montañas a las estructuras que están preparando el movimiento guerrillero de Pancasán en 1967.  Considerando elaborar una serie de documentos analíticos sobre los problemas de la revolución y dada la feroz represión, en marzo de 1969, viaja al país de Costa Rica a dirigir la preparación de los elementos revolucionarios nicaragüenses residentes, sin embargo, el 31 de agosto es capturado en la cuidad de Alajuela, Costa Rica.

El 21 de octubre de 1970, un comando del FSLN, dirigido por Carlos Agüero Echeverría “Rodrigo”, logró por primera vez en la historia del FSLN, liberar a los prisioneros por intercambio. Siendo liberados los Comandantes Carlos Fonseca, Humberto Ortega y los compañeros Rufo Marín y Plutarco Hernández, quienes estaban presos en Costa Rica desde 1969, luego de un operativo infructuoso en el cual se había intentado su liberación, el 23 de diciembre de 1969.

Un Esposo y Padre admirable

El Comandante Carlos Fonseca, para el año de 1970, tenía aproximadamente la edad 34 años, siendo un hombre casado a partir del 01 de abril de 1965, con la Cra. María Haydee Terán; en México. Se conocieron un 29 de mayo de 1964, en una casa de seguridad del barrio San Luis, pero no fue hasta casi un mes, y él preso, visitándolo casi todos los jueves y domingos, primero en la Aviación y en el Campo de Marte, que nació un gran amor. Un año después el 24 de noviembre nace su hijo Carlos Fonseca Terán y el 29 de enero de 1969 su hija Tania Fonseca Terán.

La Cra. María Haydee Terán, en un testimonio, destacó que el Comandante Carlos Fonseca Terán, a pesar de sus múltiples ocupaciones, siempre fue un padre muy cariñoso con sus hijos, a quienes siempre les explicó los motivos de sus largas ausencias del hogar. “Fue muy especial, era muy afectuoso con sus hijos en el poco tiempo que pudieron estar con él y siempre lesexplicaba porque andaba en eso y mis hijos entendían eso”.

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Un legado para todos los tiempos

Luego de ser víctima de una emboscada, libra su último combate junto a otros combatientes en Boca de Piedra, Zinica, departamento de Zelaya, el 7 de noviembre de 1976, pasando a la inmortalidad en la madrugada del 8 de noviembre.

Hoy, 44 años después, resuenan aquellas palabras del Comandante Tomás Borge, cuando dijo: “Carlos Fonseca, es de los muertos que nunca mueren”.

Su legado, es de generación a generación, de un corazón a otro. Su ejemplo nos enseña que las virtudes del hombre, pueden mover montañas y que la modestia revolucionaria, seguirá siendo una de las cualidades más importantes. Hemos aprendido del Comandante Carlos Fonseca, que un revolucionario es también buen estudiante, buen esposo, padre cariñoso.

Nos motiva a valorar la unidad, que nace de los más profundo del corazón, cuando se tiene una genuina conciencia de lucha clases.