Funcionarios de la Casa Blanca estadounidense rechazaron durante más de un año intentos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de dar mayor prioridad a la lucha contra amenazas de terrorismo doméstico, difunde Prensa Latina.
Según miembros antiguos y actuales de la administración del republicano Donald Trump, indicaron que oficiales del DHS lucharon contra la presidencia durante ese tiempo para que se concentrara más en los riesgos de ese fenómeno.
Sin embargo, la Casa Blanca quería centrarse solo en la amenaza yihadista que, si bien era grave, ignoraba la realidad de que la violencia supremacista racial aumentaba rápidamente aquí en casa, señaló una fuente.
La Estrategia Nacional de Lucha contra el Terrorismo, emitida el otoño pasado, establece que ‘los terroristas islamistas radicales’ siguen siendo la principal amenaza transnacional para Estados Unidos y sus intereses nacionales vitales, algo que pocos expertos discuten.
Lo que parece evidente para estos funcionarios es la minimización de la amenaza del terrorismo interno, que según ellos estaba en su radar como un problema en aumento.
Te puede interesar: Múltiples víctimas en un tiroteo en un área rural de Maryland
En última instancia, la Casa Blanca solo agregó un párrafo sobre el terrorismo doméstico como una línea accesoria.
Tal parte menciona ‘otras formas de extremismo violento’, como el impulsado por motivos raciales, los derechos de los animales y el ambientalista, entre otros, pero no incluye explícitamente el supremacismo blanco.
La estrategia señala que el terrorismo doméstico va en ascenso, pero el tema solo se aborda brevemente, lo cual llama todavía más la atención dadas recientes declaraciones del director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Christopher Wray.
En un testimonio ante el Congreso en julio, el titular del FBI detalló que en los primeros tres trimestres del actual año fiscal, iniciado el pasado 1 de octubre, hubo alrededor de 100 arrestos por terrorismo doméstico, casi la misma cantidad registrada por motivos de terrorismo internacional.
Wray señaló en esa comparecencia que la mayoría de los casos internos fueron motivados por alguna versión de la violencia supremacista blanca, y agregó que el FBI toma esa amenaza ‘extremadamente en serio’.
El tema gana fuerza luego del tiroteo masivo ocurrido el sábado pasado en El Paso, Texas, el cual es investigado como un crimen de odio y un caso de terrorismo doméstico debido a la vinculación del sospechoso con un manifiesto antiinmigrantes publicado en línea.