Barricada

Casimiro Sotelo: Legado histórico y ejemplo de lucha para la juventud

Un 4 de noviembre de 1967, hace 52 años, fueron masacrados por la Guardia Nacional en el barrio Monseñor Lezcano los jóvenes de la causa sandinista Casimiro Sotelo, Edmundo Pérez, Roberto Amaya y Hugo Medina, trascendiendo su gesta histórica en la lucha para la liberación de la dictadura militar somocista.

El Equipo de Barricada/Historia propone a sus lectores una breve reseña de estos héroes del amor que dieron su vida, para que hoy Nicaragua fuera libre y con el Frente Sandinista de Liberación Nacional y el Comandante Daniel Ortega al frente de la Revolución.

Casimiro Sotelo

Fue un joven capitalino quien nació el 14 de noviembre de 1944 y demostró su compromiso patriótico, integrándose al Frente Sandinista de Liberación Nacional. Participó en muchas protestas antisomocistas en 1958.

En 1960 se integró al movimiento efímero Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN), durante  estuvo en este movimiento se destacó en las actividades políticas para fortalecer el pensamiento político dentro de la juventud nicaragüense que estaba en contra de la dictadura somocista.

Durante los años en la Universidad, entre los estudios y su compromiso social de lucha, se integró y trabajó con el movimiento estudiantil en la Universidad Centroamericana. Fue responsable del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) y se involucró en el fortalecimiento del Centro Estudiantil Universitario de la Universidad Centroamericana (CEUUCA).

En 1962 resultó electo como Secretario de Relaciones Públicas del Centro Estudiantil Universitario de la Universidad Centroamericana (CEUUCA), asumiendo su rol con todo el sentido de responsabilidad, organizando las bases estudiantiles e impulsando la realización de una huelga estudiantil.

En el Frente Estudiantil Revolucionario, Casimiro promovió la organización del CEUUCA, para que se dieran todas las condiciones y realizar su primer congreso, que se vio concretado en 1963, donde su participación y la de Julio Buitrago estuvieron entre las más notables. Ese mismo año participó en actividades políticas, en especial en el movimiento estudiantil, siempre estando al frente de las movilizaciones y huelgas realizadas por la Universidad.

En 1966 fue nombrado Secretario General del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) continuando con la tarea de formación de células, organización estudiantil y lucha contra la dictadura militar somocista desde la aulas de clases, un deber que sentía como una juventud dispuesta a realizar todo para dar a Nicaragua, un mejor futuro.

Posteriormente, en consideración a su destacada participación en el movimiento estudiantil e importante papel político como sandinista, fue nombrado miembro de la Dirección Nacional de Frente Sandinista.

Fue aquel fatal 4 de noviembre de 1967, cuando  las “orejas” delataron a los jóvenes y  la Guardia Nacional  ubicó la casa de seguridad donde estaba junto a los compañero Edmundo Pérez, Roberto Amaya y Hugo Medina, jóvenes integrados a la lucha antisomocista. Todos fueron capturados y asesinados.

El diputado Jacinto Suárez, en una entrevista concedida en 2014 al 19 Digital relató: “Al cadáver de Casimiro le dejaron el mismo número de perforaciones que tenía el cadáver de Gonzalo Lacayo (sargento somocista), lo digo porque a mí me tocó verlo, identificarlo, realmente lo que querían era meter terror”, recuerda Jacinto, al rememorar que días antes del asesinato de Casimiro, Lacayo fue ajusticiado por combatientes populares y en venganza la guardia acribilló a los dirigentes sandinistas que se encontraban en la casa de seguridad en Monseñor Lezcano.

Recordó que “a mediados de 1967, la dictadura ante el pueblo tenía una imagen de imbatible y de repente se dio un combate en el que el sargento somocista Lacayo cae”.

Entre los recuerdos del diputado Suárez sobre Casimiro en sus acciones contra la dictadura, mencionó: “En una ocasión, un grupo de compañeros nos dirigíamos hacia el auditorio (…) Casimiro entró, se sentó y cuando terminó de hablar Somoza, le dijo: “Mire presidente Somoza, antes de que termine de hablar y antes de que siga haciéndole ese tipo de ofertas al pueblo de Nicaragua, haga una cosa que va a hacer felices a todos los nicaragüenses, entréguele los restos del General Sandino”.

Después, en el Estadio Nacional, en otro acto público, jóvenes se lanzaron al campo y con una manta que llevaba la frase “No más Somoza” expresaron su descontento contra el sistema. En esa ocasión el tirano no asistió, pero sí el vicepresidente y otros funcionarios somocistas. Los estudiantes fueron reprimidos, pero Casimiro, Jacinto y otro grupo lograron escapar.

Hoy rendimos Honor y gloria a estos compañeros que se identificaron con la causa de Sandino, de Carlos, de Tomás para luchar contra la dictadura somocista hasta dar su propia vida, sin importar el sacrificio, sino sabiendo que su espíritu revolucionario daría en algún momento, su Patria, Nicaragua, lograría la libertad. Recordando las palabras del Presidente Salvador Allende: “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

¡Casimiro Sotelo, Edmundo Pérez, Roberto Amaya, Hugo Medina!

¡Presente! ¡Presente! ¡Presente!