Barricada

Chico Meza, un extraordinario jefe político y militar, con elevada conciencia proletaria

Francisco Meza Rojas nació en 1952 La Mina el Limón, municipio de Malpaisillo, departamento de León en 1952, era de origen popular, y sus padres eran mineros, gente trabajadora; vivió muchos años en ese lugar y por eso ahora ese centro minero lleva su nombre.

Realizó sus estudios en el Instituto Nacional de Occidente (INO) en la Ciudad León. En 1970, junto con Carlos Núñez Téllez y Marcos Somarriba, fundaron el Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES).

Ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), cuando ya contaba con una historia de lucha desde el movimiento estudiantil de secundaria y rápidamente, por sus valores, por su capacidad política y decisión de lucha, alcanzó la máxima responsabilidad del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), organización estudiantil desde la cual el Frente Sandinista se nutría de muchos combatientes.

«Chico Meza», como era conocido en el movimiento estudiantil, fue electo presidente del Centro Universitario (CUUN) para el período 1975-1976. De acuerdo a las normas internas, los presidentes del CUUN se rotaban de manera que un año correspondía al recito de León y al siguiente año al de Managua. Ese año, Chico se postuló siendo dirigente de la Asociación de Estudiantes de Economía. La consigna para su elección era «¡Chico al CUUN! FER».

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Meza era un gran orador, agitador, organizador y propagandista nato. Su origen obrero y su trabajo entre los mineros, le habían permitido forjar una sólida conciencia proletaria.

A mediados de 1977, en plena división del FSLN en tres tendencias, junto a sus amigos y compañeros de lucha Carlos Núñez y Marcos Somorriba, organizaron la Juventud Revolucionaria Nicaragüense (JRN), de la Tendencia Proletaria.

Uno de sus principales objetivos era vincular el movimiento estudiantil al trabajo popular. Formó parte de la coordinación política de la Tendencia Proletaria a través de la cual se trataba de unir las actividades de las brigadas populares y de los Comandos Revolucionarios del Pueblo (CRP), con las fuerzas políticas organizadas.

Gracias a su formación, trabajo y eficacia, estaba considerado un cuadro de primer nivel en las estructuras partidarias, por lo cual fue designado miembro del Comité Regional Managua del FSLN-Proletario, suplente de la dirección de su tendencia, miembro de la Comisión Nacional de Propaganda. Durante la Insurrección Final, cuando ya se había reunificado el FSLN, fue designado por el Frente Interno como coordinador de la insurrección final en la carretera norte, específicamente en el barrio Santa Rosa.

Entre la noche del 8 de junio y la madrugada del 9 de junio, Fidel Caldera Azmitia (Manuel) con su escuadra de combatientes de la JRN, nutrida de los jóvenes del MES, de la Federación de Movimientos Juveniles y de las Brigadas de Combatientes Populares, fueron asesinados después de una acción de recuperación de armas en las fábricas de la carretera norte. Manuel era un combatiente aguerrido con gran capacidad para ejecutar acciones armadas y emboscadas. Esa noche se le asignó esa tarea ya que estábamos a las puertas de la insurrección y no teníamos muchas armas.

Después del «recupere», en la madrugada del 9 de junio, los combatientes se escondieron en una casa que estaba vacía en el barrio Horizonte, hoy Camilo Chamorro, la compañera designada para estar de guardia se durmió afuera de la casa haciendo la posta. La Guardia Somocista entró al barrio en dos columnas, una a cada lado de la calle, encontrando a la compañera dormida con su arma en un jardincito que tenía la casa. Los encontraron a todos descansando y allí mismo los masacraron.

Horas después mataron a Chico Meza.

Estaba convocada una reunión del Estado Mayor de la Carretera Norte con Chico Meza en una casa de seguridad del mismo barrio Horizonte. Con Chico no nos reuníamos a diario, pues era un cuadro clandestino del FSLN y estaba bien «quemado» (es decir, era muy conocido por los somocistas). Esa reunión ya estaba programada días antes y no había manera de avisarle que no asistiera debido a la situación creada después de la masacre.

La reunión estaba prevista para el 9 de junio a la diez de la mañana. En esa reunión nos pasarían los contactos para retirar las armas y proceder conforme al plan la toma de la carretera norte y cortarle el paso a la Guardia en dirección a los barrios orientales, el aeropuerto y al interior del país. En la reunión estábamos Lucio Jiménez, dirigente de los COR; Jorge Ramírez (el Chiqui) jefe de los CRP, Ernesto Paz Acevedo, jefe de las Brigadas Populares y yo como miembro del Regional Managua de la JRN y responsable de esa zona, quienes constituíamos el Estado Mayor de la Carretera Norte. Ya estábamos iniciando la insurrección.

La reunión inició. Yo le di el parte a Chico, por todo lo que había sucedido el día anterior. Minutos más tarde, el dueño de la casa nos informó que dos vehículos BECAT (Brigada Especial Contra Actividades Terroristas) de la Guardia Nacional se habían parqueado a unos 30 metros de la casa.

Suspendimos la reunión, pero Chico decidió salir de primero y por la puerta delantera de la casa, porque nos dijo que aprovecharía que su chofer y vehículo pasaban cada 15 minutos y estaba en tiempo para abordarlo y alejarse de la zona. Le planteamos que saliera por el patio trasero, que salía a otra cuadra, pero no aceptó. Se acomodó su pistola que la andaba en una tobillera de cuero y salió. Sus últimas palabras fueron «nos vemos en el contacto de emergencia hoy a las 5 de la tarde para la entrega de las armas y el inicio del plan insurreccional».

Además de la pistola, Chico andaba una revista en la mano y en su interior correspondencia interna del Frente en cifrado o claves. El Chiqui (Jorge Ramírez) y yo salimos por los patios traseros; Lucas (Ernesto Paz Acevedo), obrero de la Nabisco Cristal, logró ver cuando capturan a Chico, lo montan en uno de los BECAT y se lo llevaron en dirección de la fábrica Kativo. Allí lo asesinaron. Tenía 27 años.

Seguramente lo identificaron de inmediato, pues Chico era un dirigente estudiantil y de sectores populares muy conocido y era perseguido por la seguridad somocista desde años atrás; era una presea dorada que querían adjudicarse y hasta entonces no lo habían logrado porque se sabía cuidar. A la larga, con su coartada y con su vida protegió la vida de los que estábamos presente en dicha reunión.

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En el contacto de emergencia a la 5 de la tarde asistimos todos, menos Chico; Lucas nos informó de su captura y asesinato.

A pesar de la dura noticia, ninguno de nosotros se doblegó. Con mucho coraje echamos andar el plan insurreccional en el barrio Santa Rosa, a como estaba planificado. Dos días después el Frente Interno designó como jefe al Comandante Guerrillero Marcos Somarriba, quien antes de la conformación de los Estado Mayor zonales, era mi responsable.

El cuerpo de Chico permaneció en la intemperie durante toda la insurrección en unos predios vacíos detrás de la fábrica Kativo. Cuando se da el triunfo de la revolución, vecinos del lugar lo enterraron como desconocido en el pequeño cementerio de combatientes del barrio Waspam.

Con todo el dolor experimentado por su asesinato, en agosto de 1979 me orientaron la labor de recuperar su cuerpo, lo cual realicé con los mismos vecinos del lugar. En su búsqueda, debimos desenterrar los cuerpos de otros combatientes caídos que no habían sido identificados y estaban sepultados en el cementerio de Waspam. Finalmente lo reconocí por la ropa que llevaba puesta el ultimo día que lo vi en la reunión.

¡Cuánto dolor sentí nuevamente por nuestro hermano mayor al verlo en esas circunstancias!

Hermano mayor Chico Meza: este es nuestro homenaje a tu memoria a 40 años de tu paso a la inmortalidad.

Escrito por: Por Martha Roque

(*) Su seudónimo era Cecilia (Chila); miembro del Estado Mayor de la Carretera Norte durante la Insurrección Final

Fuente: La primerísima