Barricada

19 de febrero: Día Nacional del Cooperativismo en Nicaragua

“En los días en que Sandino había bajado aquí a Managua a trabajar por la paz, a firmar acuerdos por la paz, había cesado la guerra porque Sandino se había comprometido que retirándose las tropas yanquis el cesaba el combate y que se dedicaba a un proyecto económico social dirigido fundamentalmente a las cooperativas agrícolas en el campo”. 

Comandante Daniel Ortega, 21 de febrero de 2020

El 10 de octubre de 2011, la Asamblea Nacional de Nicaragua, aprobó la Ley N° 775, Ley que declara el día 19 de febrero de cada año, “Día Nacional del Cooperativismo en Nicaragua”, en homenaje al General de Hombres y Mujeres Libres Augusto C. Sandino, primer impulsor de las cooperativas en Nicaragua.

Sandino un 19 de febrero fundó la primera central de cooperativas en las riberas del Río Coco, Wiwilí, por tanto, la Asamblea Nacional en reconocimiento a este sector productivo que constituye uno de los pilares de la economía nacional, decretó esa fecha como el Día Nacional del Cooperativismo.

Celebrar el Día Nacional del cooperativismo en Nicaragua es reconocer que nuestra Historia y la fortaleza de nuestra nación se forjó en el pensamiento y acción del General Sandino, vigente para para el pueblo nicaragüense.

En ese sentido el el Cooperativismo forma parte sustantiva del legado histórico que el General Augusto C. Sandino, cuando en sus declaraciones al periodista Belausteguigoita, en 1933 afirmó «Yo me inclino por un Régimen de Cooperativas.»

El legado cooperativista de Sandino

La vocación colectivista de Sandino la encontramos en su experiencia en México, donde se relacionó con revolucionarios, anarquistas, sindicalistas, así como ideales del socialismo libertario y la teosofía de la época que él llamaba “Comuna Universal”. Por eso en su pensamiento y acción, atribuye una gran importancia a los sindicatos obreros y a las cooperativas campesinas.

Sandino priorizaba a las cooperativas como forma de organización social y económica, al punto que, incluso, fue uno de los argumentos políticos con el que animó a los trabajadores del mineral de San Albino para que se integraran a la lucha:

“Yo por mi parte –continúa el General– empecé a trabajar en el ánimo de aquellos obreros, explicándoles los sistemas de cooperativas de otros países y lo tristemente que éramos explotados y que debíamos de procurarnos un Gobierno que de verdad se preocupara por el pueblo, para que éste no fuera vilmente explotado por los capitalistas y las grandes empresas extranjeras pues el pueblo es la Nación y que debíamos exigir, como en todos los países civilizados del mundo, que todas las empresas que operen en Nicaragua deben de proporcionar a sus trabajadores atención médica, escuelas, leyes y organizaciones, tales como uniones de trabajadores y que nosotros no teníamos nada de eso”. (Román, 1979, p. 49).

Las intenciones de reformas agrarias y sociales de Sandino están ligadas al cooperativismo como forma superior de organizar el trabajo voluntario, asociativo, equitativo, solidario que nos permite integrarnos, conocernos y apoyarnos unos a otros:

“Apenas un mes después de la toma de las instalaciones de la compañía norteamericana Vaccaro, el 27 de agosto de 1932, el General Augusto C. Sandino, “General de Hombres Libres”, anuncia su proyecto de crear cooperativas de obreros y campesinos en las zonas liberadas por su “pequeño ejército loco” integrado por patriotas revolucionarios”. (Escalante, 2019, p. 109).

Las primeras expresiones de cooperativas

Este propósito lo logró incluso antes de expulsar a la marina yanqui en 1933, porque en plena campaña militar había establecido cooperativas, así lo explica el veterano sandinista José Adán Melgara, en un testimonio recogido por el Instituto de Estudio del Sandinismo (1986):

“Las primeras cooperativas que formó Sandino fueron en San-San y en San Carlos, que era debajo de Bocay. Esta la organizó el coronel Abraham Rivera, por orden del general Sandino, cuando todavía estaban las luchas serias en la Costa […] Después de las paces fue que formó Sandino en Wiwilí otra cooperativa. Yo fui uno de los que aserraron la primera madera de los primeros ranchos, porque en Wiwilí no había casas, era montaña”. (p. 251).

A las paces que se refiere el veterano sandinista José Adán Melgara, es al Acuerdo de Paz del 2 de febrero de 1933 en Managua. Entre otras cosas los delegados de Sandino lograron integrar al acuerdo, aspectos fundamentales para el proyecto de cooperativas que plateaba Sandino en el numeral 3 del Acuerdo, lo que permitió al General Sandino, organizar la primera cooperativa en Nicaragua inmediatamente después de la derrota yanqui en enero de 1933 y reforzada con el referido Acuerdo de Paz.

Sandino pensaba que las poblaciones se organizaran en una especie de Comunas territoriales, donde la vida económica, social y cultural funcionara en igualdad de condiciones para trabajadores, familias y pobladores, según apunto Orlando Núñez Soto: “La cooperativa de Wiwilí, fundada por Sandino funcionaba como una Comuna, es decir, una especie de gobierno municipal donde los recursos pertenecían al común de los trabajadores y de los pobladores”. (p. 171).

A pesar de que en la zona donde se estableció la cooperativa normalmente se cultivaba plátano, Sandino venía transformando esa cultura de monocultivo por algo que permitiera la autosuficiencia alimentaria, como se lo refirió a Belausteguigoitia (1985): “Nicaragua importa una cantidad de productos que no debe: cereales, grasas, hasta carne, por la costa del Atlántico. Todo esto se puede producir allí” (p. 183).

Asimismo, el veterano sandinista Luciano Gutiérrez Herrera comentó: “En Wiwilí, estábamos trabajando y con el arma siempre estábamos en servicio. Sembrábamos maíz, frijoles, hortalizas, para todos en general; y la cosecha no la vendíamos, la aprovechábamos nosotros. Las mujeres trabajaban en algunas cosas para ayudar a sostener a los que estábamos. En las noches estábamos siempre al celo, formando la vigilancia, custodiando al general Sandino, porque él estaba ahí”. (Instituto de Estudio del Sandinismo, 1986, p. 252).

Sobre la opción de Sandino de crear cooperativas en el país, Salazar (2011), agrega que:

“Augusto C. Sandino optó por el cooperativismo, no como alternativa coyuntural para combatir el desempleo, sino como proyecto estratégico comunitario, justiciero, equitativo y solidario capaz de reconstruir Nicaragua desde abajo, desde sus bases humanas y materiales, y mediante la autogestión colectiva transformar la vida de las grandes mayorías explotadas por la oligarquía desde los tiempos de la colonia, equivalente, sin duda alguna, a un estupendo sueño capaz de convertirse en realidad”. (p. 35).

Por su parte, Núñez (2015), plantea que Sandino aspiraba a que la cooperativa de Wiwilí fuera una organización regional:

“El General Sandino propuso que la organización cooperativa-comunitaria de Wiwilí fuera una organización centroamericana y diera cabida a todos los hermanos y hermanas de la región que así lo quisieran. Asimismo, como miembro que era de la Escuela Magnético de la Comuna Universal (EMECU), Sandino creía que la tarea de los revolucionarios solo estaría cumplida cuando toda la humanidad funcionara como una sola Comuna Universal, lo que nos recuerda la frase con que termina el Manifiesto Comunista de Marx y Engels: ¡Proletarios de todos los países Uníos! O la doctrina socialista del internacionalismo proletario”. (P. 171).

A pesar de esas hostilidades por parte de la Guardia Nacional, aun después del Acuerdo de Paz, el General Sandino mostraba fe en el futuro si demostraba la viabilidad de esta primera cooperativa en Nicaragua. Al respecto el General Sandino expresó:

“Aunque esta primera cooperativa sea realmente modesta, lo importante es demostrar la funcionalidad del proyecto y la susceptibilidad de estos indios al buen trato y la civilización. Si logro siquiera hacer funcionar esta primera unidad, del resto se encargará el futuro”.  (p. 137).

El General Sandino fue el primero en este país que, en medio de la pobreza imperante por el sistema establecido, construyó viviendas dignas para el campesinado, instalando comedores comunales, por lo cual, las cooperativas sandinistas eran auténticas comunas, es decir, unidades diseñadas para trabajar y producir, consumir y convivir en términos solidarios, justos y equitativos. Aunque como bien sabemos, esta primera experiencia cooperativa de Wiwilí, fue truncada por el somocismo, con las brutales masacres perpetradas por la GN en 1934, después del asesinato de Sandino. Pese a tanta violencia, que arrebató la vida de cooperativistas, mujeres, niños y ancianos, esa semilla crecería y daría sus frutos en 1979.

A partir de enero de 2007, con el inicio de la segunda etapa de la Revolución, se reactivó inmediatamente el movimiento cooperativista nicaragüense, cuando el Co-Presidente Comandante Daniel Ortega, sostuvo un encuentro con líderes de cooperativas y pronunció una sencilla frase que sintetizó la nueva realidad del cooperativismo en Nicaragua, bajo el gobierno sandinista: “Este es el momento de las cooperativas”.

Referencias:

Núñez, O. (2015). Sandinismo y Socialismo (Primera ed.). Fondo Cultural Darío y Sandino CARUNA R.L.

Román, J. (1979). Maldito País. Ediciones el pez y la serpiente.

Salazar, C. (2011). La primera cooperativa de Nicaragua Güigüilí (Primera ed.). Fondo Cultural Caruna R.L. http://www.caruna.com.ni/documentos/libroprimeracooperativanic.pdf

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