El 7 de octubre de 1977, hace 43 años, en la zona del puente Los Cabros, entre León y Chinandega, cayó en combate el militante de la causa sandinista Jorge Sínforoso Bravo Sáenz.
El compañero Sinforoso Bravo nacido en la capital el 5 de octubre de 1950, de una familia que se involucró apoyando la lucha contra la dictadura militar somocista, como lo hizo su padre Jorge Bravo Duarte, pasando medicamentos, armas y correo.
En la historia de la lucha libertaria a Jorge Sinforoso lo encontramos desde muy joven integrado al Frente Sandinista de Liberación Nacional, con solo 15 años de edad, con la convicción revolucionaria y la entrega para liberar Nicaragua de la dictadura somocista. Podemos mencionar que algunos de sus compañeros de célula fueron: Jacinto Suárez y Manuel Alí Rivas Vallecillo.
Masacre de la Avenida Roosevelt
El 22 de enero de 1967, junto a los compañeros Julio Buitrago, Camilo Ortega, Casimiro Sotelo, Julián Roque, David Tejada, Jacinto Suárez y Michelle Najlis, fue parte de la comisión del Frente Sandinista que participó en la manifestación que fue reprimida atrozmente por la Guardia Nacional, hecho conocido como la Masacre de la Avenida Roosevelt.
Fue creciendo su participación, asumiendo poco a poco, más responsabilidades dentro de la organización, apoyó en la gesta heroica de Pancasán. Participó junto en la acción de recuperación económica en la sorbetería Lacmiel y el Banco de Londres, cayó preso después de estas acciones.
En las cárceles somocistas, fue víctima de constantes torturas por los guardias, le causaron una lesión en la columna vertebral, algo que no le impidió continuar el trabajo político-ideológico desde la cárcel con los compañeros que estaban presos, para mantener siempre la conciencia viva sobre la Revolución y no claudicar en la lucha. Logró su libertad el 16 de noviembre de 1971, siempre continuando en las tareas asignadas por el Frente Sandinista.
En consecuencia de su pensamiento y de solidaridad con los compañeros en las cárceles de la dictadura, el 8 de agosto de 1972 realizó una recolecta en apoyo a sus compañeros prisioneros.
En la clandestinidad en el norte del país, se ocupó de la logística y aprovisionamiento a la guerrilla, en el norte del país. Posteriormente fue trasladado en 1973, al regional de la ciudad de León.
Escuela militar en El Sauce
Cumpliendo las orientaciones de la Dirección Nacional del FSLN de continuar la preparación de los compañeros en el campo militar, el 4 de julio de 1975 instaló una escuela militar en El Sauce, estuvo dirigida por él y preparó a muchos jóvenes integrados en el movimiento revolucionario. Estuvo a cargo de la Estrategia y Táctica Militar y de la preparación político-ideológica.
Durante los años 1974 – 1975, fue miembro del Comité Regional de León. En ese contexto, los responsables de esa zona eran Iván Montenegro y Pedro Aráuz. Jorge Sinforoso Bravo Sáenz, dirigía las actividades estudiantiles y obreras.
El compañero Sinforoso viajó a Cuba para recibir tratamiento médico por lesiones vertebrales. En 1975 se trasladó a México por los mismos malestares, allí se encontró con Joaquín Cuadra y esta convivencia les sirvió de identificación y transmisión de experiencia a ambos cuadros.
Ingresaron al país, vía Honduras, a finales de 1976 a integrarse a las filas de las columnas guerrilleras ubicadas en el norte del país, donde compartió experiencia y momentos de lucha en la montaña con el Comandante Germán Pomares Ordóñez, “El Danto”.
Asumió la coordinación de las estructuras políticas en el occidente del país, realizando el trabajo organizativo en la clandestinidad, sumando combatientes en esa zona, para la lucha insurreccional de la “Ofensiva de Octubre Victorioso”.
El 7 de octubre de 1977 fueron detectados por la Guardia Nacional, él y el compañero Lenin Cerna, el compañero Sinforoso fue herido en el enfrentamiento con la guardia somocista, continuó combatiendo para garantizar la retirada del compañero Lenin, hasta que fue abatido por la guardia en el Puente “Los Cabros” carretera León-Chinandega.
Jorge Sinforoso Bravo, un joven que a sus 27 años, tuvo una gran trayectoria en el proceso revolucionario, integrado con firmeza y disciplina, entregando su vida a la Revolución.
A 43 años de su caída, su legado histórico sigue presente, manteniendo viva la memoria de su gesta, su entrega y su vida, para que Nicaragua hoy sea una Patria libre y soberana.
Jorge Sinforoso, el pueblo de Nicaragua te grita: ¡Presente!
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