El 12 de agosto de 1944, hace 79 años, nació en la capital, el Comandante Julio Buitrago Urroz, miembro de la Dirección Nacional Histórica del Frente Sandinista de Liberación Nacional y Padre de la Resistencia Urbana.
El Equipo de Barricada comparte con sus lectores algunos extractos de las páginas de nuestro diario impreso del mes de agosto de 1986.
[…] Es indudable que no hay edad para ser héroe, como no la hay para pasar por la vida sin mayor trascendencia. Hace falta -a cualquier edad-, cumplir hasta la muerte el compromiso con su pueblo.
Julio Buitrago Urroz, no necesitó muchos años para cumplir con su compromiso y, en forma tal, que como héroe nació cuando no pudieron matarlo, un 15 de julio de 1969, con sólo 25 años aún no cumplidos. Debió haberlos cumplido el 12 de agosto-28 días después-, pero ya no fue necesario: había nacido-Leonel Rugama supo enseguida-, cuando no pudieron matarlo, porque los héroes nacen el día que se nacen físicamente. Pero el paso a la eternidad en la memoria del pueblo, por el que murió lo había dado mucho antes.
A los quince años, un agitador político
Después de haber denunciado, en acto público, el elevado índice de analfabetismo en que el somocismo sumió al pueblo nicaragüense, Julio Buitrago pasó a la actividad política organizada. Juventud Patriótica Nicaragüense, bajo sus inquietudes en 1960, en donde forjó sus primeras luchas contra la dictadura junto a otros duros héroes de la Revolución como José Benito Escobar, Roberto Amaya, Edmundo Pérez y Ajax Delgado.
Julio Buitrago había madurado como organizador estudiantil y agitador político durante sus estudios secundarios en el Instituto Ramírez Goyena, como resultado de sus contactos con Carlos Fonseca, José Benito Escobar, Casimiro Sotelo y otros dirigentes revolucionarios del FSLN. Julio se destacó en la dirección de los estudiantes para efectuar las protestas contra el asesinato de los combatientes sandinistas en Bocay, en 1963, y por la entrega de los cadáveres los primeros héroes del FSLN.
La mayoría de edad revolucionaria
En 1964, fue capturado el jefe de la Revolución, Carlos Fonseca; esto provocó la protesta popular. Julio, pulsor permanente del sentimiento popular y sabedor ya de las cualidades revolucionarias de Carlos Fonseca, se tomó los aparatos de transmisión local del Ramírez Goyena para agitar la protesta estudiantil contra su encarcelamiento y luego pasó a encabezar la organización, junto con otros estudiantes, que demandaba la libertad del comandante Fonseca.
Cada vez que Carlos Fonseca era llevado por la guardia, Buitrago dejaba escuchar su palabra agitadora entre los estudiantes, en demanda de la libertad del fundador del FSLN. No había dudas. Julio Buitrago era ya un auténtico cuadro sandinista.
Julio Buitrago se incorporó al FSLN en un periodo en que la Vanguardia buscaba las formas organizativas que le permitieran su vinculación con distintos sectores de la ciudad y del campo. Los sindicatos, las Universidades y los barrios, fueron sectores abordados por los cuadros sandinistas tras ese objetivo. «Ese momento en el que hizo que sus cualidades extraordinarias comenzaron a externarse, y que lo llevaron a escribirle a su madre, en carta posterior:
«Es difícil el camino que yo he escogido, por cual los he arrastrado a ustedes al dolor, pero más difícil aún seguir siendo Indiferentes al dolor de la mayoría que vive entre el hambre y la miseria, a una situación que siento sobre mis espaldas, de terror y angustias en los rostros de los desamparados de nuestro pueblo».
Un cabal dirigente estudiantil
Julio Buitrago, fue ubicado en el trabajo de sector estudiantil. Más concretamente, en el 68 fue responsable de las células del Frente Estudiantil Revolucionario -FER-en la UCA y la UNAN. La principal finalidad de su trabajo era hacer crecer esta organización estudiantil en los centros universitarios y secundarios del país. El sello combativo que Julio le imprimió al movimiento estudiantil, a través del FER, se mantuvo por mucho tiempo. En ese movimiento surgieron destacados militantes del FSLN y auténticos héroes de la Revolución, como Edgar Munguía y el poeta Leonel Rugama. Se formaron en el espíritu revolucionario de Julio Buitrago, y cumplieron con el pueblo como él.
En el año 65, a Julio Buitrago y a Casimiro Sotelo correspondió hacer patente el interés del FSLN, por los problemas de la Costa Atlántica, al orientarlos a realizar una minuciosa investigación sobre las condiciones económicas y sociales de los obreros de las minas Bonanza y Siuna. Naturalmente, del resultado de sus investigaciones surgió la denuncia sandinista del grado de explotación que sufrían los trabajadores mineros, así como la reafirmación de que la lucha de FSLN por la liberación de Nicaragua, también significaba la única posibilidad de liberación para los obreros de las minas en manos imperialistas.
El trabajo internacional de Julio, miembro de la DN del FSLN
Un año antes de ser elevado a compartir las responsabilidades de la Dirección Nacional, Julio Buitrago comenzó a realizar trabajos responsables en el campo de las relaciones internacionales del FSLN. Ese año fue a Guatemala como representante del FSLN. Ahí se entrevistó con el dirigente guerrillero Luis Augusto Turcios Lima, en cuyos destacamentos guerrilleros inició su preparación militar. En los campamentos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Guatemala, se juntó con Óscar Turcios y Edmundo Pérez Flores.
Fue a su regreso de Guatemala, que es ascendido a miembro de la Dirección Nacional y pasó a ser el primer responsable de la resistencia urbana del FSLN. Poco tiempo después, el 22 de junio de 1967, fue capturado por la guardia somocista, y lo dejaron en libertad cuatro días después, porque no pudieron comprobarle nada. «Me dieron tantos golpes que me hicieron orinar sangre, pero no me sacaron ni una palabra», dijo Buitrago después, con el justo orgullo de su valor y firmeza revolucionarios.
Ese mismo año 67, exactamente el 19 de julio, salió vía ‘México hacia la Habana para asistir como delegado del FSLN a la OLAS 67 (Organización Latinoamericana de Solidaridad). Entre sus múltiples actividades en Cuba, Julio denunció el carácter y la práctica represiva y criminal de la dictadura somocista. De esa actividad, se recuerda una predicción histórica por medio de Radio Habana Cuba:
«Después de Cuba América Latina, Nicaragua será el primer país liberado». Cualquiera puede atribuir aquella predicción a un arrebato de entusiasmo, muy propio de una ardorosa aspiración revolucionaria. Pero por las muestras de combatividad sin igual que daría poco tiempo después, se tiene que concluir en que su predicción fue hecha a la justa medido de su propia convicción en el triunfo, para cuya realización el aportaba todo lo que tenía y era capaz de albergar en su sentimiento de revolucionario a tiempo completo. No había mero entusiasmo juvenil; había, más bien, la seguridad del combatiente maduro convencido de que otros tantos, con sus mismas cualidades, aportaban lo suficiente para acercar la victoria y él, como otros tantos, aportaron hasta sus vidas.
Esas cualidades de Julio, que lo autorizaban para esa hermosa predicción, las revelaría otro héroe de igual estatura que él: Leonel Rugama. No es raro, porque sólo un parigual puede ser preciso en eso de calibrar las elevadas cualidades del verdadero combatiente:
«…nació sin camisa y cantando su M-3, nació cuando trataban de matarlo, con guardias, con tanques, con aviones, nació cuando no pudieron matarlo”.
Cómo cayó el Padre de la Resistencia Urbana
De todas las acciones heroicas protagonizadas por los héroes y mártires del FSLN, la del comandante Julio Buitrago es una de las pocas, si no la única, que fue registrada para la posteridad por las cámaras de televisión. Casi todo mundo lleva en su memoria aquellas escenas de heroísmo sin par, y todavía puede comprobarlo en la casa famosa de los alrededores de Las Delicias del Volga, donde ahora existe un museo.
Ocurrió el 15 de julio de 1969. Habían transcurrido 24 años, once meses y tres días desde su nacimiento, cuando nació cuando trataban de matarlo. Apenas también habían transcurrido dos años de que sus altas cualidades de combatiente y dirigente revolucionario lo elevaran a la Dirección Nacional del FSLN, cuando demostró su calidad de héroe.
La casa, de dos plantas, fue detectada mientras en ella permanecían tres combatientes sandinistas: Doris María Tijerino, Gloria Campos, Julio Buitrago, más una niña, hija de Gloria Campos. La guardia somocista, en número de cuatrocientos, concentró su fuego criminal sobre la casa de seguridad. Campos y la niña lograron salir por la parte trasera de la casa; Doris María, salió por el frente, después de varias horas de combate y Julio, quedó solo frente a los guardias, las tanquetas, los orejas y los aviones somocistas. Durante más de tres horas resistió hasta su muerte heroica. Fue la batalla de un hombre frente a un ejército. Con motivo de esta acción, se dijo que podía haber en el mundo hombres heroicos, pero no más heroicos que Julio Buitrago.
También se dijo que la gran leyenda que forjó el FSLN en el pueblo, o bien que el pueblo forjó del FSLN, se hizo basada en hechos históricos concretos. El combate heroico de Julio Buitrago frente a la guardia somocista, constituyó uno de los hechos que puso de relieve la heroicidad del militante sandinista, aquel 15 de julio de 1969. Por eso, quizás, el FSLN no vaciló en otorgarle por primera vez y póstumamente, el grado de Comandante.
Su heroica acción, obedeció al grado de madurez político-ideológica, a su mística y moral revolucionarias. A esa moral que lo preparo para dar una respuesta-impacto que contribuyó a despertar conciencia en el pueblo nicaragüense y le confirmó a obreros y campesinos que el FSLN era realmente su guía, su alternativa, le demostró a todo el pueblo, que el FSLN estaba integrado por hombres consecuentes, inclaudicables, militantes que no se venden ni se rinden nunca.
Julio alcanzó el grado que quería
Obviamente, que el verdadero revolucionario nunca trabaja para hacerse héroe. Son sus acciones, la fuerte convicción de materializar sus altos ideales, lo que va forjando al héroe sin que éste se dé por enterado.
Julio Buitrago, sólo sabía que debía cumplirle a su pueblo, a su historia, que debería alcanzar el grado de revolucionario, que es la manera de ser hombre.
«He de decirte -le dice a su madre en carta del 10 de febrero de 1969-, que entre la pena de tu enfermedad, se me hincha el pecho, orgulloso de tí. No todo lo he aprendido en los libros de la Universidad; lo firme y sólido de mí, lo aprendí de ti. Es mentira que en la escuela me enseñaron a querer y a honrar a la Patria. Con el ejemplo de mis profesores, solamente podría haber sido un delincuente detrás de un escritorio, pero con el tuyo, madre, con tu sacrificio, con tu ejemplo de moral y dignidad, has hecho de mi un hombre, y ese hombre es hoy un revolucionario. (Dice el CHE, que es el grado más alto de la especie humana). Yo creo que me falta mucho para alcanzarlo, pero lo lograre».
Y Julio Buitrago, lo logró con creces, Además, nació como héroe cuando no pudieron matarlo, y sólo necesitó quince años de lucha para demostrarlo.
Fuente: Barricada impresa, 6 de agosto de 1980
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