Barricada

El legado de Alfonso Baca, «Baquita»

Al cumplirse 37 años del tránsito a la inmortalidad del líder de la Juventud Sandinista, Alfonso Baca, conocido como “Baquita”, compartimos con nuestros lectores un escrito publicado el 14 de marzo de 1988 en nuestra versión  impresa.

“Quiero expresarte en esta ocasión mis intenciones y, a través de la presente, mi solicitud para ser movilizado en el Contingente ‘Pancasán’. Debo de tener esa oportunidad que definitivamente será un factor importante para mi formación como cuadro de nuestra organización juvenil”, así expresó su decisión de movilizarse voluntariamente al Servicio Militar Patriótico (SMP). Pero en ese momento era vicepresidente nacional de la Federación de Estudiantes de Secundaria, y Pedro Hurtado, coordinador nacional de Juventud Sandinista, le respondió que no era posible que se movilizara a la defensa de la Patria.

Nos referimos a Alfonso Baca, “Baquita”, como le decían sus amigos y hermanos de lucha. Él continuó insistiendo para movilizarse voluntariamente, a tal punto que se le dijo que no fuera inmaduro, que comprendiera que tenía que cumplir con sus responsabilidades como dirigente estudiantil. Sin embargo, todo fue inútil, insistió tanto que ganó la batalla. Un año más tarde, exactamente el 29 de marzo de 1987, envió una carta a sus dirigentes que decía:

“Ya vamos a ajustar un año de movilizados en el BLI ‘Sócrates Sandino’ y les aseguramos que estamos totalmente agradecidos por permitirnos participar dentro del esfuerzo máximo para la juventud, como lo es la defensa de la Patria y, sobre todo, dentro de las tropas de combate. La experiencia es totalmente positiva en nuestra formación sandinista, nos ha llenado de muchos valores y experiencias revolucionarias y humanas”.

Alfonso, hermano, hace dos días, un mes antes de tu desmovilización, nos informaron de tu caída en combate en Las Cuatro Esquinas, Río Blanco, Matagalpa; y en todos nosotros se ha visto expresado el dolor y la furia por la pérdida de un valiente, decidido y digno militante del FSLN y la Juventud Sandinista.

Quien te recuerde, se acordará de vos con una sonrisa en los labios y con tus pícaros ojos, siempre alegre, siempre con una broma para saludar a los amigos […]. Decir otra cosa de vos sería ensombrecer tu radiante juventud. Tus compañeros vinieron a contar a la Redacción de BARRICADA tus anécdotas. Contaron que hiciste un poema que titulaste “La Constelación de los Héroes”, donde mencionabas a tus amigos y hermanos del Servicio Militar Patriótico (SMP) que habían caído; también dijeron que botaste a patadas la champa donde dormías, de arrecho, porque te habían escondido el pañuelo y la estrellita de Militante Vanguardia que te había heredado Memo Lanzas antes de morir, y como te vieron llorar, te devolvieron tu tesoro.

[…] En la rueda que hicimos para platicar de tu vida y para contársela a los jóvenes y al pueblo, un compañero de tu compañía dijo: “El combate lo sorprendió contándole a un campesino la vida de Bernardino Díaz Ochoa”.

En tu expediente de Militante de Juventud Sandinista 19 de Julio encontramos que a los 14 años de edad estabas en un Comité de Acción Popular, que fuiste correo, que reprodujiste propaganda y pasaste armas; que en la insurrección levantaste barricadas y pusiste en alto las banderas del FSLN.

En este momento es importante que las bestias contrarrevolucionarias y asesinas que llegarán a Sapoá, sepan que eras Militante Vanguardia, que recibiste dos veces el reconocimiento de “Guerrillero de la Alfabetización”. Por si fuera poco, también estuviste en la Cruzada Nacional de Alfabetización y, cuando estabas en los BEP, en la UPE de “Peñas Blancas”, fue que te integraste al Movimiento de Voluntarios de Cachorros.

Así fue el funeral de Baquita

• “Lo conocimos […] en los frentes de combate. Lo conocimos cuando lloraba, reía, ‘fregaba’, combatía. ¡Qué incrédulos los que crean que está muerto!”, dijo Jorge Pereira, compañero de lucha de “Baquita”, momentos antes de su sepelio.

“Baquita” no estuvo solo, a pesar de que sus familiares más cercanos no se encuentran en el país. Esta ausencia se vio compensada con la presencia de más de cinco mil jóvenes estudiantes y combatientes que acompañaron el féretro hasta el Cementerio Oriental.

La entrega al trabajo, no en palabras sino con acciones, lo que siempre lo distinguió, fue reconocida por la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES) y por la Juventud Sandinista 19 de Julio (JS19J), las que organizaron un homenaje póstumo en la Normal “Alesio Blandón”.

Allí se le entregó a “Baquita” el Título de Maestro Normalista, ya que sólo le hacía falta cumplir con su Servicio Social para coronar la carrera.

La Dirección Política del Ejército le entregó la “Orden Camilo Ortega” y la JS19J lo galardonó con la Orden “Joven Heroico Leonel Rugama”. Medio centenar de niños exploradores de la ANS formaron un cordón alrededor del féretro y los compañeros del Batallón de Lucha Irregular Sócrates Sandino cargaron en hombros los restos mortales de “Baquita”.

De la Normal salió la marcha juvenil integrada por estudiantes de los Institutos Ramírez Goyena, Rigoberto López, Miguel Bonilla, Experimental México, Colegio Centroamérica, Liceo Franciscano y Elvis Díaz, entre otros.

Los colores azul y blanco de los uniformes se fusionaban con los verde olivos de los combatientes, quienes se turnaron durante todo el trayecto para cargar el ataúd.

Los jóvenes recorrieron la Pista de la Solidaridad hasta llegar a los semáforos de Rubenia, y a cada momento, la masa estudiantil se agigantaba.

Sus abuelitas, el amigo, el compañero de estudios, el hermano de lucha y otros miles de estudiantes que lo conocieron, recordaban y comentaban a “Baquita” como el poeta y el dirigente. Las consignas afloraban en cada minuto: “Sin una juventud dispuesta al sacrificio, no hay Revolución”. Esta consigna, acompañada de la canción “Venceremos”, matizaron el funeral.

Muchas cuadras antes de llegar al cementerio, esperaban estudiantes de los colegios vecinos, y la música de la “Tumba del Guerrillero” daba la bienvenida al féretro que venía con un sombrero del SMP, las banderas de Nicaragua y del Frente Sandinista.

Cinco minutos antes del mediodía, el cementerio fue invadido por miles de estudiantes, y ya todo el mundo sabía dónde lo enterrarían: junto a la tumba de Memo Lanzas, su entrañable compañero.

Recordaron sus amigos que “Baquita” siempre decía que “no hay que aguevarse cuando caiga un combatiente, hay que hacerle guevo”. Sus amigos gritaron frente a su tumba: “No creas que nos vas a aguar la onda, porque nos vamos a movilizar en el próximo contingente”.

Jorge Pereira, en representación del BLI Sócrates Sandino, expresó: “Sí, te vamos a enterrar, pero en el cementerio de los inmortales”.

Al momento en que se echaban las paladas de tierra, todos los presentes entonaron la “Consigna”, y más tarde, con las manos agarradas, todos cantaron “Venceremos”.

En el mismo sitio donde él despidió a los mártires de San José de las Mulas, “Baquita” fue sepultado.

En fin, tu vida es un ejemplo de la nueva generación que se forma en Nicaragua. Así es que tengan cuidado los politiqueros serviles del imperio, que cuando quieran arrodillarse como simples cucarachas a pedir perdón, puede ser muy tarde. Con el ardor de nuestros caídos en las calles nos vemos, y si escogen el camino de las armas, también daremos cuenta de sus pellejos.

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