Barricada

Fidel y Tomás: luminoso legado para los pueblos revolucionarios de nuestra América y el mundo

El destino es extraño y hace que se encuentren caminos, vidas, historias, sin importar las distancias y el tiempo. Es talvez que la vida es cíclica, que se cuenta para adelante y en ese caracol las almas parecidas se buscan, porque tienen la misma raíz, la misma vocación, sobre todo aquellas que buscan la redención de los pueblos, de la humanidad entera, con fe y determinación. 

Un 13 de agosto de 1926, nació Fidel Alejandro Castro Ruz, en Birán, Oriente, en el verde Caimán como llamó Nicolás Guillén, a su amada Cuba, donde la tierra fértil abunda.  

Cuatro años más tarde, el mismo día, vino al mundo Tomás Borge Martínez, en el departamento de Matagalpa, Nicaragua.   Ambos lucharon desde la adolescencia contra las dictaduras.  Fidel Castro, dirigiendo la toma del Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, prisionero en las cárceles de Fulgencio Batista, fundador del Movimiento 26 de Julio (M-26J), organizador del grupo guerrillero que a bordo del yate Granma desembarcó el 2 de diciembre de 1956.  Fidel, el Comandante del Ejército Rebelde, que el 1 de enero de 1959 derrotó al ejército de Batista.   El Comandante en Jefe, de palabras de fuego, generoso, firme en sus ideas socialistas, militante del internacionalismo, siempre presente en la lucha Sandinista. 

Tomás Borge Martínez, junto con Carlos Fonseca Amador desde los años juveniles, escribiendo en periódicos estudiantiles, redactando proclamas clandestinas y poemas de amor en medio de la lucha.   Uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional en 1961.  Inclaudicable en la lucha armada hasta el triunfo final del 19 de julio de 1979.   Tomás, discípulo de Fidel, porque como él decía: “Fidel es como el padre de todos nosotros”.   Carlos Fonseca, el Che Guevara, Salvador Allende,Tomás Borge, Hugo Chávez, Evo Morales, en distintos lugares, en distintas circunstancias han sido continuidad y fruto de la revolución cubana y de Fidel Castro Ruz.

Fidel y Tomás, elocuentes oradores que iluminaron las plazas con sus palabras de viento y fuego.  Escritores de acuciosos análisis políticos, hábiles estrategas militares.   Granos de la misma mazorca revolucionaria, que vivieron de acuerdo a lo que pensaban.   En homenaje a ellos, compartimos dos de sus escritos sobre el concepto y sentido de la Revolución. 

Las revoluciones verdaderas abren llagas en los costados

«Hay quienes creen sólo en los cinco sentidos. Son los que carecen de fe. Hay quienes creen en el sentido del amor. Son los que tienen fe. Hay quienes piensan que la sociedad es un territorio inmóvil, tal vez un pantano, quizás una vitrina iluminada. Son los que no creen, los que dudan de la posibilidad de los cambios sociales. La clave de esta contradicción es el amor. El amor a Dios o el amor al hombre. A veces el amor a Dios es el amor al hombre. A veces el amor al hombre es el amor a Dios. No hay nada que se parezca tanto a ese amor como una revolución verdadera. Las revoluciones verdaderas producen llagas en los costados -y el que no lo quiera creer, que no lo crea-, hilillos ardientes y rojos cayendo desde la corona de espinas -y el que no lo quiera creer, que no lo crea-. Yo sí lo creo, porque he tocado las llagas y he visto la corona de espinas. Yo sí lo creo, porque he comprobado que las revoluciones resucitan a los pueblos.  A nadie debe extrañar, por tanto, que una revolución auténtica, primogénita del fuego, origine hostilidad, calumnias, agresiones, martirios”.

“Nosotros, los hijos de la lava derretida, creemos en la resurrección, porque hemos renacido después de cada muerte. Aquí está nuestra resurrección, recuperen la fe los que la han perdido.»

Comandante Tomás Borge Martínez

Septiembre 1989

Concepto de Revolución en palabras del comandante Fidel Castro Ruz

“Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.”

Fidel Castro Ruz

1ro de mayo de 2000

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