Barricada

Mañana, hijo mío, todo será distinto

Recordando el atroz asesinato de los compañeros Edwin Castro Rodríguez, Cornelio Silva y Ausberto Nárvaez. 

El 18 de mayo de 1960 Edwin Castro, Ausberto Narváez y Cornelio Silva son asesinados en La Aviación, Managua. 59 años después, el Equipo de Barricada/Historia rinde homenaje a estos tres hombres extraordinarios, que soñaron con heredar a sus hijos un país distinto.

La dictadura somocista, como hemos retomado en otras ocasiones, era represiva, ese era su carácter desde su origen, especialmente, en la aplicación de torturas y asesinatos en las cárceles como La Aviación en Managua o La 21 en León.

El 21 de septiembre de 1956 el poeta Rigoberto López Pérez terminó siendo el “principio del fin de la dictadura” al ajusticiar al dictador General Anastasio Somoza García, una acción planeada con meses de anterioridad con los compañeros Edwin Castro Rodríguez, Ausberto Nárvaez originarios de León y Cornelio Silva de Chontales, un conservador exiliado en El Salvador.

Una vez realizada la acción y con la muerte de Rigoberto, se desató una violenta persecución de los demás involucrados en el ajusticiamiento. El 22 de septiembre la guardia capturó a Ausberto Nárvaez, en los días siguientes a Cornelio Silva, y a Edwin Castro lo capturan el 12 de octubre. Este último tuvo el apoyo de algunos pobladores que lo escondieron, entre ellos, la famosa Garroba, una vendedora de caramelos de León, que lo escondió en Subtiava, en la Isla de Juan Venado en las Peñitas donde los esbirros de la guardia lo encontraron y capturaron.

En enero de 1957 comenzó el Consejo de Guerra en León contra Castro, Nárvaez y Silva. La ley de la dictadura los juzgó y condenó a 10 años de prisión por estar involucrados en el ajusticiamiento del dictador Anastasio Somoza García.

Los años que estuvieron en la cárcel La Aviación fueron torturados en múltiples ocasiones. El 18 de mayo de 1960, en la madrugada fueron masacrados por la guardia genocida, bajo el argumento de la famosa Ley Fuga, siguiendo órdenes del General Anastasio Somoza Debayle, jefe director de la Guardia Nacional.

“La Aviación, lo que es hoy la Central de Policía de Managua Ajax Delgado, precisamente en la zona de las cárceles donde ellos estuvieron, la 14 y 15, y a la par de donde los masacraron a ellos, donde los asesinaron”. Recuerda el diputado Edwin Castro, sobre la muerte de su padre y compañeros.

El 17 de mayo del año 2010, el diputado sandinista dio una entrevista al periodista Alberto Mora, en ocasión  del acto conmemoración del 50 aniversario del asesinato de su padre Edwin Castro Rodríguez y los compañeros Ausberto Nárvaez y Cornelio Silva. Les compartimos extractos de su relato:

Carta a Carlos Fonseca y amistad con Tomás Borge

“[…] Tomás estuvo desde el 56 hasta enero del 59 en la misma cárcel con él, conviviendo las 24 horas del día. Él lo dice y es muy interesante… el cariño que se tenían era increíble y, en la misma carta final de él, dice: “Mi apreciado Carlos, no te equivocas al creer que la libertad dada a los 3 compañeros para Navidad, fue motivo de alegría para mí. La felicidad de los demás siempre ha sido parte de mi propia felicidad; y más aún encontrándose entre los beneficiados, Tomás Borge y el doctor Borge, amigos entrañables, queridos para mí. Por supuesto que esa alegría no estuvo del todo desprovista de cierta tristeza, que se retrataba en los ojos de Tomás, y seguramente en los míos, aun cuando ambos tratamos de ocultarlo.

Después de dos años donde la amistad se fortificó, hasta llegar a ser una completa hermandad, es difícil separarse. Y no provocaba en mí esa tristeza, el que yo me quedara preso; no, hubiese sido igual, si los papeles se hubiesen invertido. Lo que me duele es la separación de quien ha sido el mejor compañero, de quien en estos dos años de íntima convivencia, se ha ganado todo mi fraternal cariño. En dos sencillas palabras del hermano: cuando hay afecto, las despedidas son siempre dolorosas.”

 Visitas a su padre

“Dice que ella (su madre) me llevaba, yo tengo una visión borrosa, tal vez de cuando tenía 3 años, de mi padre, con esa barba rala que dice la volante, pero con las manos empuñadas, no queriendo enseñar los dedos. Y precisamente, no queriendo enseñar los dedos, porque no tenía dedos, no tenía uñas, estaba con los dedos totalmente desbaratados. Era parte de las torturas de la dictadura”.

 Rendimos homenaje a los compañeros, héroes y mártires de nuestra Patria revolucionaria, Edwin Castro Rodríguez, Ausberto Nárvaez y Cornelio Silva, con el poema escrito por Edwin para su hijo:

 

Mañana, hijo mío, todo será distinto.

Se marchará la angustia por la puerta del fondo

que han de cerrar, por siempre,

las manos de hombres muertos.

Reinará el campesino sobre la tierra suya

-pequeña, pero suya-

florecida en los besos de su trabajo alegre.

No serán prostitutas las hijas del obrero,

ni las del campesino;

pan y vestido habrá de su trabajo…honrado

Se acabarán las lágrimas del hogar proletario.

Mañana, hijo mío, todo será distinto.

Sin látigo, ni cárcel, ni fusil

que supriman las ideas.

Caminarás por las calles de tus ciudades,

en tus manos, las manos de tus hijos,

como yo no lo puedo hacer contigo.

No encerrará la cárcel tus años juveniles,

como encierra los míos;

ni morirás en el exilio.

Temblorosos los ojos

anhelando el paisaje de la patria,

como murió mi padre.

Mañana, hijo mío, todo será distinto…