Mi madre es la más revolucionaria, una Flor que embellece los campos de bravura y fortaleza. Ella que me enseñó el esfuerzo con humildad y solidaridad; con ideales seguros sin tambalear, sin dudar un instante de nuestra identidad.
Madre, mi madre Flor, como su nombre florece la revolución y en tiempos como los actuales, que ya sabemos quiénes son los enemigos del pueblo, a los que venceremos con firme convicción.
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Madre, mi madre en revolución; con su bandera azul y blanco, rojinegro pañuelo en el cuello, con el corazón lleno de Amor.
¡Madre, aquí no se rinde nadie!
Escrito por Edwin Madrigal