El 23 de agosto de 1980, hace 42 años, se realizó en Managua el acto del cierre de la Cruzada Nacional de Alfabetización, impulsada por el gobierno revolucionario, liderado por el FSLN.
Hay acontecimientos históricos que quedan marcados en el alma de todo un pueblo, marcados con fuego en la memoria individual y colectiva. Una de esas fechas inolvidables son el inicio de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, el 23 de marzo de 1980 y su finalización, el 23 de agosto del mismo año. Esta proeza se realizó en tan solo seis meses, escaso tiempo comparado con los siglos de opresión cultural, en que las oligarquías y clases dominantes habían mantenido al pueblo de Nicaragua. Saber leer y escribir era un privilegio de propietarios y hacendados, que se reservaban para ellos el derecho de participar en la política nacional, y el derecho de decidir sobre la vida de los campesinos y obreros pobres. En 1979, al triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el índice de analfabetismo era mayor al 50 %.
El mismo año del triunfo, fresco el espíritu insurreccional, se empezó a preparar la alfabetización masiva en toda Nicaragua, la Gran Cruzada Nacional “Héroes y Mártires por la liberación de Nicaragua” (CNA). Se organizaron múltiples equipos de trabajo en el que participarontambién compañeras y compañeros internacionalistas. Era enorme la tarea de organizar la logística: transporte, uniformes, lámparas, hamacas, mochilas, lápices, cuadernos, cartillas y todo lo demás. En lo metodológico, hay que destacar la preparación de la Cartilla de Alfabetización o Cuaderno de Educación Sandinista, que llevó el hermoso nombre de “El Amanecer del Pueblo”, el inicio de una nueva vida en libertad, la construcción de un nuevo ser humano, mujeres y hombres libres.
La cartilla para el aprendizaje de la lecto-escritura que utilizó el método mixto, el psico-social creado por Paulo Freire, que partía del dialogo sobre la realidad nacional, analizarla, para transformarla con acciones colectivas en el barrio, y comunidad. Del diálogo se pasaba al método de la palabra, para ir aprendiendo paso a paso todos las letras y sonidos del abecedario, todo organizado en 23 temas, que respondían al proyecto histórico revolucionario.
Esto requirió preparar los talleres de capacitación a los asesores pedagógicos, que a su vez capacitaron a miles de alfabetizadores y alfabetizadoras, con un enfoque de multiplicación.
La Cruzada Nacional de Alfabetización fue posible por la participación masiva de la juventud nicaragüense, que se incorporó al Ejército Popular de Alfabetización (EPA). Los jóvenes partieron a la Nicaragua profunda, a las comarcas y cañadas, donde compartieron el pan del saber en los hogares campesinos. Más de cien mil muchachas y muchachos, acompañados de maestras y maestros, partieron de Managua con sus mochilas al hombro y sus emblemáticos pantalones de azulón y cotonas grises.
Otros brigadistas se integraron a las Milicias Obreras de Alfabetización (MOA), para alfabetizar en los centros industriales, también se organizaron grupos de alfabetización en centros urbanos. En un emotivo acto, fueron despedidos el 23 de marzo en la Plaza de la Revolución, donde estuvieron tambiénpadres y madres de familia.
Llevaban en sus mochilas las cartillas educativas sobre cómo evitar la malaria y el aprendizaje de las matemáticas básicas, las que pusieron en práctica con sus familias adoptivas. Durante la estadía en las comarcas rurales, los alfabetizadores conocieron la realidad nacional, aprendieron de cómo se producen en el campo, formas de preparar la comida, de la convivencia en la comunidad, sus historias, tradiciones, música. Cada alfabetizador escribió un diario de campo, donde anotaba lo aprendido acerca de la cultura y el folklor del lugar,donde estuvo alfabetizando. Fue un rico diálogo de saberes entre la ciudad y el campo, en las que hubo un enriquecimiento mutuo. Nicaragua se convirtió en una inmensa escuela de educación popular.
Dan testimonio los jóvenes, que participaron en aquella gesta, que la despedida de los hogares que los albergaron fue emotiva. A 42 años de distancia,muchos de aquellos jóvenes alfabetizadores continúan en comunicación con sus familias campesinas, se forjaron lazos de amistad que prevalecen.
Casi en cada casa hay fotografías, cotonas, broches, escarapelas, recuerdos de la hermosa hazaña que unió a toda Nicaragua, con la patria en cada corazón.
El 23 de agosto, las columnas del Ejército Popular de Alfabetización rindieron su parte de la misión cumplida: se alfabetizaron 406.000 personas de 10 años y más, reduciéndose la tasa de analfabetismo del 50.35 % a un 12.96%. Desde entonces,Nicaragua es distinta, se venció la dictadura somocista, se venció el analfabetismo, iniciándose una etapa de revitalización cultural en el país. Cincuenta y nueve de estos jóvenes nobles y heroicos no pudieron estar en el día de la celebración de la finalización de la Cruzada, ofrendaron sus vidas que germinaron como semillas de soles.