Barricada

Nicaragua, una gran escuela de Educación Popular

Formar para transformar, para cuestionar la realidad, ir más allá de lo externo para encontrar las causas y consecuencias de la pobreza, pasar de la conciencia ingenua a la conciencia crítica, con acciones que articulen la teoría y la práctica.   La educación popular que nació casi a la par de la teología de la liberación, abrió nuevos caminos para la creación de conocimientos, las llamadas rupturas epistemológicas, desde los saberes populares de los pueblos, que en una continua reflexión sobre la realidad crean y suman sentires y pensamientos.   En 1968 se publicó la obra fundante de la educación popular, la Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire. 

Al mismo tiempo que emergía la corriente de la Educación Popular Liberadora en Latinoamérica, en Nicaragua, un grupo de muchachos y muchachas, vivieron una experiencia de educación popular liberadora en Pancasán y Filo Grande, en el departamento de Matagalpa en el año 1967.  Esa fue la zona escogida para establecer un foco guerrillero, donde el campesinado vivía en condiciones de sobrevivencia.  Tenían trabajo solamente en la temporada de cosecha de café en las haciendas de las personas ricas, el resto del año dependían de sus pequeñas parcelas, del frijol y del maíz.   La comida más frecuente era la tortilla con sal, según anotó Carlos Fonseca Amador, que era el jefe del grupo.

Ahí estuvieron Carlos Fonseca, Óscar Turcios, Silvio Mayorga, Tomás Borge y Gladys Báez, la primera mujer integrada a la guerrilla. En la ciudad, quedaron como responsables de la guerrilla urbana Daniel Ortega y Doris Tijerino.   Delatados por los jueces de mesta, la Guardia Nacional los cercó y les arrebató la vida a varios de los jóvenes sandinistas, entre ellos:  Silvio Mayorga Delgado (Nagarote), comandante de la columna; Rigoberto Cruz, más conocido como “Pablo Úbeda”; Francisco Moreno (Managua), Otto Casco, Fausto García, Carlos Reyna (Managua), Ernesto Fernández (Masaya), Óscar Danilo Rosales, Carlos Tinoco (Corinto), Nicolás Sánchez.   Esto ocurrió el 27 de agosto de 1967.

Educación popular en la montaña

Con las comunidades, se platicaba, se plantaba la duda acerca de las verdaderas causas de la pobreza, primero individualmente después en pequeños círculos de dialogo.   Entre todos y todas se buscaban las verdaderas causas de la desnutrición y el hambre, del analfabetismo, de la falta de tierras para cultivar, de la falta de agua potable y del más básico de los servicios para poder vivir con dignidad.  Se hablaba de las plantas medicinales para cuidar la salud.  Poco a poco, se iluminaron las conciencias.   Después entendieron que la lucha armada era el camino para derrotar al somocismo y aprendieron a manejar los fusiles.

A todos estos nuevos aprendizajes se sumó la alfabetización por orden del comandante Carlos Fonseca Amador, que dijo a sus compañeros:“Y también enséñenles a leer”.    La educación popular es un método para aprender a leer la realidad, a través de la reflexión compartida, pero la alfabetización, el dominio de la palabra escrita hacía falta.   La gesta de Pancasán es sistematizada por el comandante Carlos Fonseca Amador, que redacta en el mismo año de 1967 el Programa Histórico del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en el que se contempla que, una vez alcanzado el triunfo, el FSLN impulsaría una campaña masiva de para exterminar en forma inmediata el analfabetismo.

Alfabetización para iluminar un nuevo amanecer

El 19 de julio empezó el nuevo amanecer en Nicaragua, era el momento de derribar los cimientos ideológicos de la dictadura somocista, del capitalismo y el patriarcado.  El hombre nuevo y la mujer nueva, para una sociedad emancipada, con igualdad.   Casi de inmediato se empezó a organizar la “Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, Héroes y Mártires de la Insurrección”.    Miles de jóvenes, trabajadores de la educación y la salud, conductores, oficinistas, se movilizaron a los más recónditos lugares del país.  La Cruzada fue una gran acción transformadora, única en la historia, que inició el 23 de marzo de 1980, “Años de la alfabetización”, con el fin de reducir la tasa de analfabetismo que era de 50. 35 %, una de las más altas del continente.

La Cruzada fue un hecho educativo político, que puso en práctica la propuesta pedagógica de Paulo Freire.  La Cartilla de aprendizaje de la lecto escritura, titulada como “El Nuevo Amanecer”, como una oración que sintetizaba el momento histórico de cambio.   Cada lección partía de una palabra generadora para incentivar el dialogo que se daba en tres pasos: Observar, Analizar, Transformar.  El método psicosocial de Freire, era el acercamiento critico a la realidad, el cuestionar las falsas verdades que se habían impuesto por medio de la educación tradicional.  A la luz de los candiles, en las comarcas o en los barrios, se abrían los ojos a una nueva manera de entender la propia historia, partir de lo cercano a lo lejano, de lo conocido a lo desconocido, para hacer de la vida un aprendizaje permanente, apropiarse del método dialectico.  Los Círculos de Alfabetización fueron espacios para compartir, para aprender unos de otros, revitalizando los saberes populares y aprendiendo cosas nuevas.  Después del momento del diálogo se aprendía a leer y escribir, a combinar las consonantes y las vocales, a redactar oraciones, frases, párrafos, paso a paso, hasta el dominio del alfabeto.  La combinación del método psicosocial de Paulo Freire y el método de la palabra, es lo que se llamó el Método Mixto. 

La Cruzada Nacional de Alfabetización permitió reducir en seis meses la tasa de alfabetización a un 12.96 %. Pero mas importante que los resultados cuantitativos son los procesos.  Los aprendizajes de la organización, capacitación, movilización, y la educación popular que en Nicaragua sigue siendo una herramienta para hacer de la educación, una acción emancipadora y transformadora.