El 28 de febrero de 1986, hace 37 años, en Estocolmo, Suecia, fue asesinado de un disparo el Primer Ministro sueco, Olof Palme, compañero combatiente por la paz, justicia social y autodeterminación de los pueblos. Fue amigo entrañable de Nicaragua y de la Revolución Sandinista.
Sven Olof Joachim Palme, el político sueco más conocido del siglo XX, nació en Östermalm, Estocolmo, Suecia, en el seno de una familia acomodada.
Sus ideas políticas de orientación socialdemócrata fueron influidas por sus viajes por los países empobrecidos, y también por los países más ricos: los Estados Unidos y Europa Occidental. Así pudo darse cuenta de las profundas desigualdades económicas que marcaban y marcan nuestro mundo.
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En defensa del principio de la autodeterminación de los pueblos
Ejerció como Primer Ministro de Suecia en el periodo 1969 – 1976, siendo reelecto en 1982. Es recordado por su oposición a la política exterior de Estados Unidos, a la política del Apartheid en Sudáfrica y a la guerra de Vietnam.
Defendió con firmeza el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino y abogó por el cese de la intervención de los Estados Unidos en Cuba.
Luchando para la abolición del régimen del Apartheid
A lo largo de su carrera política sostuvo una firme posición contra la política del Apartheid, por lo que Oliver Tambo, presidente del Congreso Nacional Africano, lo llamó un «un compañero combatiente que hizo una contribución inestimable por la liberación de Sudáfrica». Se refería Tambo al oprobioso régimen de segregación racial institucionalizado en Sudáfrica por el Partido Nacional y que duró de 1948 hasta 1993.
Cuando se dio la matanza de Soweto, el 16 de junio de 1976, Olof Palme impulsó el boicot comercial a Sudáfrica, tanto en el Parlamento sueco, como a través de Naciones Unidas y denunció que muchas naciones occidentales condenaban el Apartheid pero eran cómplices del régimen y se beneficiaban a través de múltiples inversiones. Apenas una semana antes de su muerte, Olof Palme declaró: «Debemos estar a la altura de nuestra responsabilidad para que este sistema repulsivo llegue a su fin».
Entrañable amigo de Nicaragua y de la Revolución
Olof Palme, fue un gran amigo de Nicaragua y de su proceso revolucionario. En febrero de 1984, cuando arreciaban los ataques de la contrarrevolución respaldada por los Estados Unidos, visitó Mangua, siendo el primer Jefe de Gobierno europeo que lo hizo desde el Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, en 1979.
En esta ocasión, Palme condenó los ataques contra Nicaragua y expresó: «No hay ninguna ley internacional que permita ataques de este tipo».
Vino a Nicaragua como amigo y a ofrecer, sin ninguna condición, la ayuda técnica y financiera a los planes del gobierno sandinista. En esa ocasión, inauguró en la ciudad de Rivas, junto a los miembros de la Junta de Gobierno y Reconciliación Nacional, el hospital Gaspar García Laviana.
Una vida truncada de manera violenta
La vida de este brillante luchador por la paz y la autodeterminación de los pueblos fue truncada de manera violenta. El funesto día viernes 28 de febrero de 1986, cuando Olof Palme y su esposa Lisbet Palme salían, sin guardaespaldas, de un cine en el cruce de las calles Sveavägen y Tunnelgatan, en el centro de Estocolmo, un desconocido le disparó por la espalda con un arma de grueso calibre. El crimen sucedió a las 11 y 21 minutos de la noche. Nunca fue esclarecido.
Han transcurrido 37 años de este magnicidio y el legado de Palme sigue vigente en las luchas por la justicia social, la paz y la autodeterminación de los pueblos.