“Digno par de Miguel Ángel Ortez es el jefe Pedro Altamirano “Pedrón” para los yanquis y “perros”, que tenía en Altamirano un enemigo implacable e indomable”.
Comandante Carlos Fonseca
El 24 de septiembre de 1870 nació el General Pedro Altamirano, en el seno de una familia campesina de San Rafael del Norte. Hombre que dio lo mejor de su vida y familia para defender el decoro nacional, frente a la intervención política, económica y militar de Estados Unidos.
En 1933 el General Sandino comentó al periodista José Román: “Ha sido el más fiel y al mismo tiempo en el que más confianza he depositado. Me acompaña desde el principio de la lucha. Por su perseverancia, su efectividad y su valor como guerrillero, ascendió desde soldado hasta General Jefe del Estado Mayor. El quedó al frente del Ejército cuando fui a México”.
El periodista Belausteguigoitia comentó sobre el General Altamirano: Sandino no tenía entre sus soldados un hombre más deboto, que más creyera en él. Era un guerrillero incansable, que cuando Sandino marchó a México, donde estuvo cerca de un año, sostuve él casi solo, en la montaña, las acometidas de los invasores. (p. 41).
Casi nada se sabe del General Altamirano durante los primeros 50 años de su vida. Se integró a la lucha sandinista en diciembre de 1927. El General Sandino explica sobre sus inicios: Cuando principió la lucha no sabía leer ni escribir y por eso casi siempre le puse como Secretario al General Juan Santos Morales. Durante los azares de la lucha y a pesar de su edad, solamente porque yo se lo ordené, Altamirano aprendió a leer y escribir cancaneando y cacarañando, pero ha progresado mucho y ahora asómbrese, también sabe escribir a máquina, pero con un solo dedo.
El General Altamirano era el Jefe de la Columna No. 1 compuesta de doscientos soldados de línea, más ayudantes, palmazones y civiles. Controlaban parte de los departamentos de Chontales, Matagalpa y Bluefields.
Tomayunca, Mancotal, Santo Domingo, Chagüitón, fueron sitios que supieron de las infatigables marchas de Altamirano. Columna del olvido, era un nombre con que era conocida entre los guerrilleros la columna del jefe Altamirano, evidentemente por razón de los remotos sitios adonde se alejaba. (Comandante Carlos Fonseca).
A Altamirano lo acompañaban en la campaña, en calidad de combatientes, su esposa María Altamirano, igual que sus hijos Melesio y Pedro. En una carta de Sandino conteniendo una orden guerrillera, dirigida a la valerosa esposa de Altamirano, le da el siguiente tratamiento: “Mi muy distinguida doña María”.
En plena lucha por la liberación nacional, el 20 de agosto de 1930, mientras él estaba al frente del EDSN, tres de sus hijos murieron en un encuentro con la Guardia Nacional y la Marina yanqui. Un fragmento de una carta de Sandino fechada el 25 de agosto de 1930 dice:
“El 20 de agosto en un lugar llamado El Balsamo, hubo un encuentro entre la familia del general Pedro Altamirano y el enemigo. La pelea fue corta pero sangrienta. Muriendo en el intercambio de disparos el hijo mayor del General Pedro Altamirano, cuyo nombre era Encarnación, del mismo apellido. También mataron a una niña y una nuera del mismo general, y, además, tres de sus hijos heridos eran de nombres Victorina, Melecios, Pedro hijo. Unos días más tarde Victorina murió como resultado de las heridas. Por parte del enemigo hubo siete bajas, pero permanecieron en el campo”.
A lo largo de su participación en contra de la intervención militar estadounidense, se destacó en la batalla de Saraguazca el 19 de junio de 1930; en ataques y combates en: Matiguás, departamento de Matagalpa en 1930; La Libertad, Santo Domingo y El Jabalí, departamento de Chontales en 1931, entre otros.
Demostró su elevada habilidad de sobrevivencia en las montañas, creatividad para lograr el enmascaramiento, el sigilo de la movilidad y el desplazamiento de sus tropas, lo que le permitió contundencia y certeza en cada una de sus acciones militares.
En los momentos previos del viaje del General Sandino a Managua, el 16 de febrero de 1934, en Wiwilí el General de División Pedro Altamirano estuvo en silencio por varias horas y con su voz ronca le suplicó “…no vaya General…” rompiendo en llanto e insistiéndole que no viajara ante el presentimiento que fuera asesinado por la Guardia Nacional.
Continuador de la lucha después del General Sandino
Después del asesinato del General Sandino el 21 de febrero de 1934, el General de División Pedro Altamirano continuó luchando por la libertad de Nicaragua. Fue infiltrado por la Guardia Nacional por orden de Somoza García, quienes logran el 29 de noviembre de 1937 asesinarlo a traición.
El General de División Pedro Altamirano, hombre de principios morales y patrióticos. Se caracterizó por su fidelidad a la patria, lealtad absoluta al General Sandino y férrea disciplina. De gran valentía, de sacrificio sin límite, de hermandad, de dignidad y honradez demostrada. De inmenso amor a la libertad, de firme decisión al cumplimiento de su deber, de honor, de extraordinario patriotismo, anti intervencionista y anti imperialista. Su ejemplo y legado de lucha perdura en Nicaragua y en las nuevas generaciones de sandinistas.
En los años ochenta, en honor al legado histórico del General Altamirano, se crearon en el Ministerio del Interior las Tropas Especiales “Pedro Altamirano” y algunos años después se conformó por jóvenes del Servicio Militar Patriótico, el Batallón de Lucha Irregular “Pedro Altamirano”.