A nivel mundial éste 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista, fecha en que se recuerda el asesinato de Julius Fucik, un hecho que marca la historia de la comunicación y hoy en Nicaragua es retomada con mucho compromiso.
Dicen que recordar es volver a vivir, por eso fue que Fucik se dio a la tarea de dejarnos ese documento llamado Reportaje al Pie de la Horca. Hoy ante una Nicaragua, con escenario de un pos fallido golpe de Estado, también debemos hacer un balance entre el pasado con el presente, porque la historia siempre nos habla en futuro. Todo tiene un punto de partida, nada es vacio o inicia de cero.
Este 8 de septiembre los verdaderos periodistas, esos que ante el peligro ven pasar sus vidas y no dan un paso atrás, que ante la muerte, Dios les da la fuerza de esquivarla y poder contar la verdad, conmemoramos esta fecha para elevar el compromiso de seguir haciendo revolución por una mejor patria.
Es cierto, los tiempos cambian de forma brusca por la globalización y la polarización, pero aquel comunicador que está comprometido con la patria y una verdadera causa revolucionaria, no desvirtua su ser. «Papel por papel» recogieron el último escrito de Fucik, que se convirtió en el ejemplo físico de sacrificio ante estas nuevas sociedades. Nicaragua vive un proceso de recuperación; económica, de paz, de seguridad, de estabilidad y nosotros jugamos el mejor papel de ese proceso.
«…No he vivido en vano. Mi vida no ha sido estéril y no tengo por qué echar a perder su fin», esta fue una de las tantas respuestas de los interrogatorios crueles que sufrió Fucik y lo traigo a la actulidad, porque como seres humanos y con la noble tarea de informar, no podemos ser estéril, ante un pueblo nicaragüense que quiere la paz. Nada es perfecto, somos seres humanos, pero debemos ser de esos, que llevan la humildad por delante.
No ahondaré más en Fucik, pero si debo hacer mucho énfasis en el periodismo nicaragüense, aquel que se vendió a los intereses económicos, y al que debe de madurar sobre esta marcha. La comunicación no es instrumento musical o juguete de un niño rico, sino, esa herramienta que genera una mejor sociedad.
Que importante ha sido el avance de la tecnología en nuestra sociedad, pero convertida en la espada de filo invertido, que hace un año hirió la vida de muchos, por los intereses de unos pocos; queriendo reescribir la historia; esa que si dignifica a los nicaragüenses, que le da honra a aquellos, que al igual que Fucik, defendieron sus ideales.
La convicción en esta Revolución, es lo que mueve a éste pueblo humilde, que ha cortado las plumas de esa águila interventora, por eso, como periodistas contemos bien la historia, no seamos mercenarios de la comunicación, sino los redactores de un país mejor. Contemos esas historias de progreso que la revolución nos da, esas historias llenas de esfuerzo, dedicación y con emotiva final.
Viajemos más allá de lo que a simple vista podemos ver; quitarse la corbata y ponerse un pañuelo rojinegro para trabajar, aún debemos de seguir labrando, hay mucha tierra por cultivar, para que vuelva es cosecha.
El Periodismo se hace en la calle, a la par de pueblo, conociendo la realidad, formando parte de ella, no tras un celular o una computadora, la historia no se escribe sola, hay que vivirla; ni facebook, ni twitter, no otra red social las va a contar por si sola. El periodismo no es símbolo de farándula o de competición, es una vocación que se lleva en la sangre para combatir la mentira con mucho coraje.